¿DEL MARXISMO AL POSMARXISMO?

Göran Therborn, profesor emérito de Sociología por la Universidad de Cambridge (Inglaterra), es una de las voces más autorizadas a nivel global en las  ciencias sociales y el pensamiento marxista. Es por esto que la publicación de este libro en español constituye un hecho que no puede dejarse de lado dentro de nuestro medio. La edición original en inglés entró de lleno en el debate sobre la vigencia política y explicativa del marxismo en el siglo XXI, así lo demuestra la aguda crítica de Gregor McLennan aparecida en la New Left Review (NLR) 79. El libro está compuesto por tres ensayos publicados previamente por separado pero que fueron modificados para aparecer en esta versión. A pesar de ello, forman un argumento coherente que se desarrolla en toda la obra.

TherbornEl primer capítulo, titulado “En el Siglo XXI. Los nuevos parámetros de la política global” muestra el panorama político y social en el que se desarrollan la izquierda y el pensamiento radical en los inicios del presente siglo. Para ello, Therborn expone la dinámica socio-económica entre Estados, mercados y configuraciones sociales como el escenario en el que se da la lucha entre posiciones políticas y presenta los cambios que sufrieron cada uno de estos componentes a partir de la década de 1960. Llaman la atención dos: según el autor, la tendencia global hacia la desindustrialización, patente desde la década de 1980, ha provocado que  el auge del movimiento obrero haya llegado a su fin. Por otro lado, la modernización social ha erosionado profundamente la deferencia tradicional. Estos fenómenos combinados han producido una consecuencia contradictoria: que haya menos clase, en el sentido marxista, pero que haya más irreverencia, lo que ha permitido la aparición de nuevas formas de colectivismo rebelde, como los movimientos indígenas y los fundamentalismos religiosos. A su vez, Therborn presenta en este capítulo un balance de las victorias y derrotas de la izquierda en la segunda mitad del siglo XX. El capítulo concluye registrando la importancia de la caída de la URSS en el contexto geopolítico mundial, aunado a la aparición del posmodernismo y la marginalización del pensamiento de izquierda.

El segundo capítulo, titulado “El marxismo del siglo XXI  y la dialéctica de la Modernidad”, es en realidad una ponderación del legado marxista del siglo XX. El autor comienza mostrando al pensamiento marxista como la “Leal Oposición de la Modernidad”, es decir,  como una alternativa radical a la Modernidad pero que está imbuida en los valores fundacionales de aquélla. Luego, examina los aportes de la Escuela de Frankfurt, principalmente Horkheimer y Adorno, a quienes les concede el mérito de haber continuado a través de la Teoría Crítica la reflexión sobre la dialéctica de la Modernidad, que para el sociólogo sueco es la esencia del marxismo; mostrando de forma ancilar sus diferencias con otros tipos de pensamiento “crítico” como la sociología norteamericana de Lynd y Mills o el falsacionismo de Popper. La recuperación del legado de Frankfurt lleva a Therborn a ofrecer una valoración positiva de su principal heredero: Habermas y su teoría de la acción comunicativa.

Posteriormente, el autor sitúa el trabajo de estos teóricos dentro del campo más amplio que se conoce como marxismo occidental. Al hacerlo, propone una caracterización distinta de la de Perry Anderson: en esta lectura, el marxismo occidental no se explica por la derrota de las perspectivas revolucionarias en Europa occidental sino más bien por el impacto de la Revolución bolchevique en la intelectualidad europea, cuyo resultado fue la superación de la división entre ciencia y ética que se realiza en Historia y conciencia de clase de Lukács. Otro argumento importante en este capítulo es el que brinda sobre las asimilaciones disímbolas del marxismo en las diversas partes del mundo. Según esta interpretación, su recepción estaría condicionada por los caminos a la Modernidad que cada región ha seguido: esto explicaría por qué hay lugares donde el marxismo terminará dotando de vocabulario a los movimientos de liberación nacional en el Tercer Mundo o que ocupará una posición marginal dependiendo del contexto cultural.

La idea central que conduce el capítulo, y que sirve de corolario para todo el libro, es que el triángulo originario de ciencia social, filosofía y política que caracterizaba al marxismo se ha roto irremediablemente en el siglo XX, en el que los primeros dos vértices terminaron dependiendo de nombramientos académicos, mientras que el último prácticamente desapareció. Lo que coincide con la ruptura de la Dialéctica de la Modernidad como Marx la formuló, ya que la expansión del capitalismo no estuvo acompañada de la concentración y fortalecimiento de la clase obrera. La aparición del posmodernismo y el avance de las derechas serían síntomas de este proceso, mientras que las posiciones teóricas radicales que se analizan serían distintas modalidades de respuesta ante tal desafío. Posteriormente, Therborn realiza un repaso sumamente amplio de este campo intelectual comentando y criticando las posturas de autores como Debray, Badiou, Wallerstein, Arrighi, Zizek, Negri, Laclau, Burawoy, Wright, y Castells, entre otros.

El problema más obvio del texto es que, como cualquier trabajo de esta naturaleza, sacrifica la profundidad en aras de ofrecer una gran amplitud en los temas que analiza. Una dificultad mucho más relevante es el evidente desfase entre el análisis de Therborn y el panorama social y político global actual. Esto se debe en parte a lo tardío de la traducción. Cuando el libro terminó de escribirse, los efectos de la crisis económica de 2008 todavía no trastocaban los niveles de vida en EUA y Europa, ni se agudizaban la desigualdad social y los movimientos de protesta alrededor del mundo, fenómenos que pueden ser estudiados con el concepto marxista de clase. El propio Therborn ha registrado este cambio y matizado su postura al respecto en sus artículos más recientes para la NLR (números 78 y 85).

Como ha observado McLennan, desde el comienzo el libro se coloca del lado del posmarxismo, por lo que tal vez el título pudiera prescindir de los signos de interrogación. El análisis que ofrece del marxismo del siglo XX está marcado por esta postura. Colocar a la Escuela de Frankfurt como el núcleo central de su estudio tiene como consecuencia reivindicar una versión del marxismo dislocada de cualquier proyecto político (“encerrada en la Torre de Marfil”, como llegó a decir Bolívar Echeverría); un rasgo muy contrastante con otros autores que Therborn trata mínimamente: tal es el caso de Gramsci y Mills. Una ponderación del legado de estos autores sería más útil para continuar la tradición de crítica radical que la figura de Marx simboliza.

Therborn, Göran, (2014), ¿Del marxismo al posmarxismo?, Akal, Madrid, 198. PP.