CUBA Y LA PANDEMIA

Salud, solidaridad y otros demonios

¿Cómo ha podido un país como Cuba controlar la pandemia del nuevo coronavirus? Más aún, cuando la isla está bloqueada económica y comercialmente desde hace casi sesenta años (1962) por la potencia hegemónica de EEUU, mantiene una crisis económica con altibajos desde hace treinta años (1990), aumentados -bloqueo y crisis- con el último mandato republicano del vecino del norte, sin dejar atrás las largas listas de ineficiencias económicas internas propias.

La respuesta es sencilla, durante esos casi sesenta años se ha venido construyendo en la isla un sistema de salud pública de acceso universal y gratuito, con políticas públicas dedicadas a la creación de infraestructura para la salud (prevención, acceso y garantías), junto a formación de personal médico, desarrollo de industria farmacéutica y de equipos médicos, todo, bajo principios éticos, donde el centro es la vida de los seres humanos. A este sistema de salud se le suma el conocimiento y la experiencia en el tratamiento de epidemias (dengue y cólera en Cuba, ébola en África, por poner algunos ejemplos).

Todo en conjunto ha propiciado el establecimiento de medidas para la contención y mitigación de la pandemia que van desde el aislamiento y distanciamiento social en diversas escalas, cierre de fronteras, restricción de movilidad, uso obligatorio de mascarillas en lugares públicos, además de la aplicación con efectividad de tratamientos médicos empleados en cada etapa de las personas contagiadas con el virus, estén enfermas o no (asintomático, síntomas leves, graves, críticos).

SISTEMA DE SALUD CUBANO

Tengamos en cuenta que la población cubana es de 11 millones 200 mil habitantes aproximadamente, con un alto grado de envejecimiento que ocupa el 20.8% de la población total en 2019 y llegará a 21,2 % durante este año (2 millones 270 mil personas).

Si uno repasa sólo los números del Anuario Estadístico de Salud 2018, publicado en 2019 por el Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP) encuentra que el personal médico es de un total de 485 479 personas, lo que representa 431.4 por cada 10 mil habitantes, esto incluye toda la gama de médicos, enfermeros, técnicos, etc. De esta cifra en total, 231 606 tienen nivel superior (licenciatura o posgrado), 95 487 son médicos, (84.8 por cada 10 mil habitantes, 1 por cada 118 personas), 61 754 enfermeros, (54.9 por cada 10 mil habitantes, 1 por cada 183 personas). De los médicos hay 13 070 médicos de familia, con especialidad en medicina general integral1.

Existen en todo el país 150 hospitales, 449 policlínicos, con 61 804 camas de asistencia médica y social, 5.5 por cada 1 mil habitantes. La estructura de entidades para la atención médica está dada en hospitales generales, de especialidades, policlínicos territoriales (más de uno por municipio, existen 15 provincias y 168 municipios en total), en dependencia de la densidad poblacional, y, por último, los consultorios de médicos de familia como eslabón de base territorial. Este eslabón es fundamental en la concepción de atención a la salud de manera primaria y preventiva.

Los consultorios del médico de la familia surgen en 1984, se fueron habilitando hasta 1989. El modelo implica atender a unas 600 personas aproximadamente, entre 150 y 200 familias en un espacio territorial. Se integran por una médica y una enfermera, el consultorio debe ubicarse en la comunidad donde realizan su labor, y en la medida que fuera posible, que el personal médico también radicara su residencia allí. Sus objetivos son la atención y análisis de la salud comunitaria que implica tratamientos y recetas de medicamentos aplicando enfoques familiares y personalizados. Además de la existencia de un consultorio y/o visitas directamente a las familias o personas en sus hogares, también realizan vigilancia permanente a grupos en riesgo: adultos mayores, embarazadas, recién nacidos (hasta el año de vida), personas con enfermedades crónicas, discapacidades, etc. También se realizan pruebas de prevención que implican cierta periodicidad como las pruebas citológicas para el cáncer cervicouterino, entre otras. A esto se suma atención a algunas cuestiones de higiene y epidemiología local.

En los años noventa, este proyecto de medicina general integral sufrió los embates de la crisis económica por la caída del campo socialista, por tanto, se adecuaron sus funciones, y se realizaron perfeccionamientos metodológicos para lograr mayor eficiencia y sobre todo la atención primaria a la comunidad.

Para el año 2002, se llevaron a cabo acciones que han posibilitado una mejor atención a la salud pública. Mediante el proyecto denominado “Revolución” se realizó la reparación capital de las instituciones de salud, ampliación y modernización de servicios (ambulatorios, hospitalarios, de urgencia, docentes y asistenciales) para abrir el acceso a servicios en los policlínicos que sólo habían estado disponibles en hospitales como son el ultrasonido (diagnóstico y terapéutico), endoscopia o drenaje biliar, creación de áreas de rehabilitación integral, ampliación de servicios que existían en algunas unidades como es la optometría, estomatología, medicina tradicional y natural, entre otros.

En cuanto a la formación de especialistas para la salud, en Cuba existen 13 universidades de ciencias médicas, 25 facultades de ciencias médicas, 4 de estomatología, 1 de enfermería, 1 de tecnología de la salud, 3 de tecnología y enfermería, 15 filiales de ciencias médicas, para un total de 62 entidades universitarias. Además, existe la Escuela Nacional de Salud Pública, la Escuela Latinoamericana de Medicina y la Facultad preparatoria de Cojímar. Los graduados en educación superior en diferentes licenciaturas relacionadas a la atención de salud pública son 366 494 desde el año 1959 hasta 2018, con una media anual entre 2008 y 2018 de 21 804 graduados.

Por último, habría que destacar que se ha desarrollado una industria médico farmacéutica para la elaboración de medicamentos, equipos médicos, y productos basados en investigaciones de ingeniería genética y biotecnología. Esta última surgió en los años ochenta del siglo pasado como polo científico nacional y recoge más de 30 entidades entre centros de investigación y de servicios, empresas productoras, instituciones reguladoras y universidades. Lo que se produce no sólo es para el consumo local sino para generar bienes y servicios exportables. Sólo en la industria biotecnológica, BioCubaFarma, grupo empresarial sobre la materia, tiene 38 empresas, con 22 mil trabajadores, exporta productos a 50 países y tiene registrada fuera de Cuba 1800 patentes. De ahí la producción, venta e intercambio de tipos de vacunas, interferones, anticuerpos monoclonales, y múltiples medicamentos para el tratamiento de enfermedades virales, elevando los niveles del sistema inmunológico de pacientes.

El sistema de salud pública cubano no ha estado exento de dificultades, ha sido afectado por la crisis económica permanente desde hace treinta años, desde las condiciones de las instalaciones y equipos médicos (reparación y renovación), hasta en cuestiones de limpieza. Por eso el proyecto mencionado de los años 2000 ha sido permanente y se mantiene con lógica de inversión para poder ofrecer no sólo atención primaria, inmediata y con calidad humana, sino también de cantidad y calidad en cuánto a insumos, condiciones hospitalarias, etc. También recibe embates la producción de medicamentos por la falta de liquidez monetaria estatal para obtener materias primas, el retiro de proveedores, la imposibilidad de realizar transacciones financieras internacionales con muchas entidades bancarias, así como la transportación hacia la isla de estos insumos.

Habría que destacar que un papel primordial para generar estas dificultades en el sistema de salud es el bloqueo económico y comercial impuesto a Cuba por EEUU. Arreciado en los últimos años por el gobierno republicano trumpiano al imponer multas a empresas que comercien con la isla, a bancos que realicen alguna operación financiera, apertura legal de la posibilidad de llevar a juicios a empresas extranjeras que mantengan alguna relación económica, comercial o financiera con la isla, etc. En el Informe anual que elaboró el Gobierno cubano en 2019 para cuantificar los daños que provoca el bloqueo y presentado en la ONU se pueden ver las siguientes cifras: las medidas comerciales y económicas han costado a la isla 138 843 millones de dólares a precios corrientes y 922 630 millones de dólares si se tiene en cuenta la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional desde 1959 hasta 2018. El daño a la economía cubana ha sido entre abril de 2018 y marzo de 2019 de 4 343 millones de dólares. En materia de salud, en el mismo período, el daño al sector de la salud cubano ascendió a 104 millones 148 mil 178 dólares, cifra que supera en 6 millones 123 mil 498 dólares al año anterior. Un ejemplo claro es que en el período analizado, “la empresa importadora y exportadora cubana de productos médicos MEDICUBA S.A., realizó solicitudes a 57 compañías estadounidenses en aras de adquirir insumos necesarios para nuestro sistema de salud. Hasta la fecha, 50 de estas empresas no han respondido y otras 3 han alegado que, debido a las regulaciones del bloqueo, no están autorizadas a vender a Cuba ningún medicamento o equipo”.

CAZANDO EL SARS-COV-2 Y LA COVID-19 (CONTENCIÓN DE LA PANDEMIA)

Bajo el sistema de salud pública descrito previamente se puede entender que la lógica del gobierno cubano fue ir a “cazar” el virus en función de la contención y mitigación. Aunque existe la capacidad hospitalaria y de personal para la atención, la mejor opción para salvar vidas humanas ha sido aplanar la famosa curva de contagio utilizando mecanismos de aislamiento personal y territoriales, con medidas de control estricto mediante la estructura de medicina familiar, persona a persona, familia a familia, de los contagios existentes y futuros.

Hay varias formas de pesquisaje para controlar la expansión del virus.

La pesquisa activa es la fundamental, se realiza diario, casa por casa, como exploración clínica sistemática y periódica para detectar la enfermedad de manera precoz. Esta se lleva a cabo por estudiantes de medicina, personal del consultorio del médico de la familia, todos, de la comunidad. A este trabajo se le ha sumado (inicios de mayo 2020) una aplicación digital denominada PesquiActiva, que sería empleada por 60 mil profesionales de la salud y estudiantes de medicina, para aumentar la eficiencia y eficacia del flujo de datos en tiempo real, garantizar la veracidad de la información, incluso las rutas y cantidad de pesquisas reales efectuadas. Si reportan personas con síntomas, la persona es trasladada a un centro hospitalario y se aíslan u hospitalizan sus contactos de los últimos 14 días, según sea el caso (aislamiento para casos sin síntomas, hospitalización si alguno tiene síntomas).

¿Qué son los centros de aislamiento y cómo funcionan?

Estos centros se han ido habilitando en todo el país, en lugares con condiciones para pernoctar (dormitorios, sanitarios, comedores) y cierto espacio para lograr distancia física e higiene sanitaria. Se han usado centros educacionales, deportivos, hoteles, campismos, villas estatales, entre otros. Allí van aisladas las personas sospechosas, que podrían tener el virus, porque han sido contactos de casos positivos, viajeros2 y personal de la salud que atiende la enfermedad COVID-19 y van rotando en su trabajo. El período de estancia es regularmente de 14 días, aunque se están realizando los test (exámenes diagnósticos de la prueba de biología molecular reacción en cadena de la polimerasa, PCR en tiempo real) entre el tercer y séptimo día de estancia para detectar si tienes la enfermedad, aunque no presentes síntoma alguno. En caso de ser negativo, la persona puede irse a su casa con vigilancia epidemiológica territorial (14 días más) por si presenta algún síntoma en ese período.

La atención en los centros es de vigilancia y atención por si alguien presenta síntomas respiratorios. Se trabaja por turnos de 12 horas, un grupo de vigilantes, enfermeras y médicos atienden a los internados y luego los releva otro equipo. Cada cuatro horas miden los signos vitales de los pacientes: frecuencia cardíaca, respiratoria, temperatura.

Aunque hay medidas extremas mediante un protocolo de bioseguridad para el personal de atención que se mantiene en los centros durante 14 días, ellos posteriormente, pasan a otro centro de aislamiento por el mismo tiempo, pero con la categoría de aislado, por si fue contagiado (este protocolo es general para todo el personal que está en contacto con sospechosos, contagiados y enfermos). En muchos de estos lugares, son los trabajadores del lugar y voluntarios los que están atendiendo a todas las personas aisladas; desde directivos, profesores, personal de limpieza y cocina, choferes, cuidando que no sean personas con alto riesgo si se enferman por el virus.

Los centros de aislamiento es la parte del protocolo para contener la propagación de la epidemia que sólo es sostenible con organización, infraestructura, voluntad política y solidaridad de miles de personas que se exponen a diario en este proceso.

Volviendo al método de la pesquisa activa sistemática, es evidente su eficacia por la estructura territorial de atención primaria del sistema de salud pública cubana, si bien se ha usado en otros momentos para otros procesos, se ha ido perfeccionando en estos momentos y ha sido clave para la contención del virus.

Por otro lado, se ha habilitado la autopesquisa o pesquisa digital para mayores de 18 años, mediante una aplicación celular3 donde se exponen los datos personales y los síntomas que puedes tener, en caso de que estos sean de riesgo se le envía una ambulancia para internar a la persona en un centro de aislamiento y hospitalario, según sea el caso. En este caso, a finales de abril, 11 mil personas se habían pesquisado, declarando 1800 tener síntomas y se les envío un médico familiar para verificar su atención. Aunque la herramienta es gratis, tener acceso a internet sigue siendo un costo elevado para la media de la población cubana.

DE LOS DATOS DUROS A LA MITIGACIÓN

Al cierre de la información del 10 de mayo se habían realizado en Cuba 69 182 test de PCR, dando un positivo al 2.6% (1783 casos en total)4. Las mediciones y el reporte se realizan desde el 22 de marzo, fue incrementándose la realización test-día, al punto que desde el 17 de abril a la fecha se han realizado entre 1800-2000 test diarios.

De los casos acumulados, 1783 han sido positivos, 1229 están recuperados, 475 son casos activos, 77 fallecidos y 2 evacuados a sus países de origen. En la actualidad existen 1553 casos sospechosos que se encuentran hospitalizados, 3900 personas están en vigilancia epidemiológica en sus hogares mediante la atención primaria de salud. Es relevante que de la totalidad de los casos confirmados activos, el 47.2% es asintomático, por tanto, portadores del virus y no enfermos, y todos permanecen hospitalizados con tratamientos médicos para evitar la manifestación de la enfermedad y el contagio.

Dentro del protocolo se les realiza a todos los hospitalizados tratamientos médicos. A los asintomáticos se les trata con antiretrovirales, multivitaminas, el uso del Interferón Alfa 2B recombinante (IFNrec) inyectable días alternos, e incluso transfusión de plasma de pacientes infectados recuperados, si la estancia del virus corporalmente es posterior al período de dos semanas. A los 14 días se les vuelve a realizar el test PCR, si todavía están positivos, se mantienen con tratamiento médico, para volverse a realizar la prueba semanalmente. Sólo hasta que la prueba PCR de negativo al virus es que se le puede dar el alta clínica. Una vez en su casa, deben estar aislados en sus hogares por 14 días más, hasta obtener el alta epidemiológica.

Así es el protocolo generalizado con todos los pacientes, aunque si tienen síntomas, se enferman, los tratamientos médicos varían según cada persona y su estado leve, grave o crítico, estos dos últimos implican el uso de terapia intensiva. El promedio de pacientes graves o críticos ha sido del 5%, entre 12 y 15 personas por día aproximadamente, con 77 casos fallecidos, en su gran mayoría de la franja etaria mayores de 60 años y con enfermedades previas, comorbilidades, lo que implica una letalidad entre 4 y 4.3 puntos porcentuales. Recordemos que las cifras globales de casos graves han sido del 15% y la letalidad es de 7% aproximadamente.

Se plantea que el uso de los medicamentos antivirales, que en su mayoría son producciones nacionales, como es el caso del interferón, han incidido en estas cifras, cuestión además que puede ser posible por la detección temprana del virus y su rápido tratamiento. Habría que destacar que el interferón se está aplicando a pacientes en varios países y se están llevando a cabo investigaciones en Wuhan, China, la famosa ciudad originaria de la pandemia. La investigación ya tiene resultados, demostrando la efectividad del medicamento para que los portadores del virus no se enfermen (se aplicó el antiviral a 2944 personas y a 3387 no. El 50% de los que no se le aplicó el medicamento se enfermó de covid-19, el 100% de los se les aplicó no se enfermó).

Por otro lado, en Cuba se está distribuyendo de manera gratuita en la población mayor de 60 años un fármaco homeopático PrevengHo Vir para elevar el sistema inmunológico, se siguen investigando diferentes estrategias de aplicación de medicamentos para prever que los portadores del virus no pasen a estado grave, entre ellas, la vacuna cigb2020 (vacuna terapéutica que persigue elevar la inmunidad innata de las personas en etapas muy tempranas de infección), al igual que la vacuna meningitis Va-Mengoc bc para fortalecer el sistema inmunológico de las personas (aplicada de manera general a la población, no solamente a enfermos).

Como se puede percibir, la industria farmacéutica y biotecnológica cubana con sus medicamentos, más la preparación y experiencia del personal médico, junto a la detección temprana de la infección, se han convertido en los mecanismos de mayor mitigación de la pandemia en la isla, la cual presenta a los sesenta días del primer caso diagnosticado (11 de marzo-11 de mayo 2020) un descenso efectivo de contagiados, enfermos y personas en estado grave o crítico.

La política actual de mitigación y descenso final de la curva de contagio del virus se enfoca en la realización de test masivos en la población mediante una prueba diagnóstica que han diseñado investigadores del Centro de InmunoEnsayo de la Habana (CIE, polo científico). La técnica, denominada ELISA, identifica partículas y gérmenes que causan la enfermedad y se realiza mediante la tecnología de los equipos SUMA (sistema ultramicroanalítico), equipo médico creado en la isla desde los años 80 del siglo pasado en el mencionado Centro de investigación biotecnológica. Este equipo existe en diferentes entidades y en todos los niveles de salud del país, incluida la base territorial. Además, se realizará un estudio nacional de la población, por muestreo, para ver sus niveles de inmunidad y así acotar preventivamente este tipo de enfermedades a mediano y largo plazo.

Habría que comentar que no sólo el protocolo de prevención y atención ha logrado la contención y mitigación de la pandemia, también se tomaron medidas de distanciamiento físico estrictas. Entre ellas, hubo restricción de movilidad, primero se cerraron las fronteras al exterior desde el 24 de marzo, con el procedimiento de aislamiento obligatorio de las personas que arribaban desde el exterior posterior a esa fecha. Se implementó el uso obligatorio de mascarillas en espacios públicos y se fueron suspendiendo actividades escolares, turísticas, recreativas y paulatinamente las laborales que no fueran esenciales. Se restringió el uso del transporte público y privado, e incluso se llegaron a cerrar comunidades dónde se han dado eventos de transmisión local permitiendo solo la entrada de alimentos y bienes que cubren necesidades básicas (Se han dado 44 eventos de este tipo, los cuales se cerraron 21 hasta el 10 de mayo).

DE LOS DEMONIOS INTERNOS

Desde estas medidas necesarias han salido los principales demonios internos, pues portan con ellas el peligro de un uso excesivo o indebido de la fuerza estatal. En este caso habría que señalar el uso de la fuerza policial y la imposición de sanciones administrativas para personas que no usen la mascarilla en lugares públicos. La multa es de 3 mil pesos moneda nacional, que es un saldo elevado para la media salarial cubana. También se ha incrementado la penalidad a personas que cometen infracciones y/o delitos económicos vinculados a la subida de precios de productos de primera necesidad como son los alimentos, al acaparamiento de mercancías para su reventa, al robo de insumos médicos, atentados a la autoridad, entre otros.

En Cuba, uno de los problemas más graves de la crisis económica para la vida cotidiana es cubrir la alimentación debida y algunos bienes de consumo personal para la higiene. Estos productos son escasos, de venta limitada, y llegan por goteo a los diversos espacios mercantiles (bodega de productos subsidiados estatalmente, mercado agropecuario liberado estatal y/o privado, panadería y dulcerías subsidiadas y/o liberadas, tiendas de autoservicio en divisas, etc.). Esto quiere decir que además de que existen diferentes lugares para adquirir bienes imprescindibles, hay que ir prácticamente a diario porque llega algo nuevo normado, o la mercancía se acaba y vuelve a entrar, etc., (lo que existe en un espacio mercantil no lo hay en otro y así sucesivamente). La escasez deriva en largas filas donde las personas han empleado hasta ocho horas diarias en las mismas, con una media de 4 horas, sobre todo en las tiendas en divisas (aquí se adquiere principalmente para la dieta diaria el grueso de la proteína animal y los bienes de higiene). Incluso hay personas que pernoctan desde la madrugada en las afueras de las tiendas para poder comprar alimentos. Esta situación es el más grave problema respecto a la solicitud de no movilidad y el distanciamiento físico a las personas.

En este contexto de pandemia que provoca estrés, por temor, encierro, escaseces de bienes alimentarios y de higiene, de recursos económicos para adquirirlos, donde en muchos lugares ha disminuido también la distribución de agua (en La Habana en un 20%), con temperaturas mayores a 30 ºC y humedad por encima del 95%, se viven procesos de estrés muy graves que conspiran contra la propia contención y mitigación del virus.

A esto se le suma que las fuerzas policiales viven los mismos contextos personales y colectivos, y han aumentado los llamados al orden, provocando en algunos casos un uso de la fuerza no común y excesiva para la realidad cubana. Aunque sean casos específicos, no la regla, se han impuesto multas por quitarse la mascarilla para tomar un poco de aire y agua en una fila de mercado; advertencias, amenazas y multas policiales por estar tomando fotos en las largas filas y aglomeraciones para adquirir productos; decomiso de toda la mercancía y sus instrumentos de trabajo a un trabajador por cuenta propia (carretillero de productos agrícolas) por subir precios a los productos que lleva en venta cuando esto es un problema más del mercado de distribución en general. A la vez, existe el agradecimiento a las fuerzas policiales que organizan las filas contra las personas que especulan con los alimentos, que están al tanto de la restricción de movilidad y lo realizan de manera respetuosa y adecuada, incluso exponiendo su salud y la de su familia. Las actitudes mencionadas inicialmente empañan la actuación intachable de los segundos.

Además, otro fenómeno complejo ha sido la exposición de casos en los medios de comunicación masivos: televisión, prensa diaria, donde se presentan situaciones como el acaparamiento de mercancías para su venta ilegal por personas físicas o naturales, subida excesiva de precios en mercados agropecuarios, robos de insumos médicos, atentados contra la autoridad, cuestiones todas muy graves y sancionables. Pero a la vez, son mezcladas con otras de carácter ridículo o de otro nivel de análisis como el juicio penal a una persona por no llevar mascarilla en la vía pública (cuestión que no es de derecho penal sino multa administrativa) o la exhibición de trabajadores por cuenta propia individuales por determinada subida de precio relacionada al mercado donde habría que problematizar más el asunto por ser un tema de mercado, oferta, demanda, como comenté previamente. Si bien, las primeras situaciones son enjuiciables y de carácter grave, las segundas han ido generando exhibiciones innecesarias que provocan estigmatizaciones, confusiones sobre el uso del derecho, que al final nos lleva por el camino de la cultura jurídica de control, verticalidad e imposición y no de la reflexión de estos problemas de una manera educativa en tanto ética y humanista.

Siempre que hay crisis, más cuando vivimos en una situación única para la humanidad como es una pandemia, cuestión que no sucedía desde hace 100 años exactamente, se generan este tipo de demonios internos sobre los cuales debemos pensar para contrarrestar desde nuestro mayor sentido ético y de respeto por la dignidad humana.

#CUBASALVAVIDAS

Es desde ahí, desde la ética, la dignidad humana por donde se ha movido siempre la isla, como un enjambre de humanidad y solidaridad, lo que se debe expresar en todos los espacios. Por eso no se puede dejar de mencionar, que además de todo el programa de contención y mitigación responsable que han habilitado las autoridades de la isla, que la población ejecuta lo mejor posible a pesar de las graves dificultades económicas, Cuba, dentro de esa inmensa estructura institucional y humana que ha construido para la protección de la salud, tiene la posibilidad de colaborar y cooperar con diferentes países del mundo. En estos momentos la isla tiene 65 colaboraciones médicas en el mundo de manera permanente, y hoy ha enviado 25 brigadas médicas “Henry Reeve” para combatir emergencias sanitarias, en este caso la pandemia, a países de África, Europa, Medio Oriente, América Latina (sobre todo el Caribe y Mesoamérica) con cerca de 1500 profesionales de la salud, (médicos y enfermeras intensivistas o especializados en medicina crítica, medicina general integral, cardiorespiratorios, entre otros).

Ha habido una campaña mediática desde EEUU para denostar estas acciones, específicamente se puede ver en el twitter de la embajada de EEUU en Cuba de manera sistemática. Exponen que el gobierno cubano “explota” a sus médicos, que les paga “miserablemente”, quedándose con los recursos que cobra a los gobiernos que presta el servicio de salud, incluyendo en sus comentarios, de manera aún más vil, que EEUU no impide que la isla adquiera insumos médicos en su país. Son perversos e impresentables tales argumentos. De ese gobierno no necesitamos muchas palabras, sabemos que pasa en EEUU. Es de los países que más contagiados y decesos está teniendo en el mundo por la pandemia, donde los sectores vulnerables, pobres, negros, han sido los más afectados, por la imposibilidad de atenderse ante el colapso del sistema de salud, que en su mayoría no es público. Es la impotencia de la potencia hegemónica, la impotencia de generar vida dentro de un sistema político económico ruin, sustentado en la ideología de mentiras.

Finalmente, es un hecho que las brigadas médicas cubanas implican servicios remunerados, lo cual no se puede afirmar de las brigadas de emergencia actuales, pues no existen datos sobre esto. Pero el hecho de que exista retribución monetaria por los servicios ofrecidos: profesionales, de experiencia, calidad y donde el pedestal es el humanismo y la vida, la remuneración es un derecho, y su reinversión en la salud pública cubana es un pasaje a la vida. Por eso el eslogan no es propaganda, es realidad, #CubaSalvaVidas.


FUENTES

Anuario Estadístico de Salud 2018, publicado en 2019, por el Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP), http://files.sld.cu/bvscuba/files/2019/04/Anuario-Electr%C3%B3nico-Espa%C3%B1ol-2018-ed-2019-compressed.pdf

Agencia Cubana de Noticias, http://www.acn.cu/especiales-acn/62892-como-funciona-un-centro-de-aislamiento-en-cuba-fotos

Cubadebate, sitio digital de información http://www.cubadebate.cu/

Conferencias oficiales emitidas diariamente por el Dr. Francisco Durán García, Director de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública de Cuba.

El Toque, periodismo digital, https://eltoque.com/informacion-sobre-el-coronavirus-en-cuba/

Inter Press Cuba (Agencia de Prensa Internacional) https://www.ipscuba.net/

Informe de Cuba sobre la Resolución 73/8 de la Asamblea General de las Naciones Unidas. “Necesidades de poder fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”, Julio, 2019 http://www.minrex.gob.cu/sites/default/files/2019-09/Cuba%20vs%20Bloqueo.pdf

Ministerio de Salud Pública de la República de Cuba, https://salud.msp.gob.cu/

Periodismo de Barrio, periodismo digital, https://www.periodismodebarrio.org/

Periódico Granma, órgano oficial del PCC en Cuba, http://www.granma.cu/

Telesur, https://www.telesurtv.net/news/cuba-brigadas-medicas-coronavirus-20200423-0016.html?fbclid=IwAR1SuSsgbuAY85m189dsX9H5X_BJFw7UXJJ_piYYu8kR5jTRtCHsvwrWymI

Sitio especializado de la Facultad de Matemáticas y Computación de la Universidad de la Habana sobre las estadísticas del Covid-19 en Cuba, https://covid19cubadata.github.io/#cuba

NOTAS

1 La OMS recomienda que para dar una atención a la salud básica se requieren 23 profesionales de la salud por cada 10 mil habitantes. Fuente: OPS, https://www.paho.org/hq/index.php?option=com_content&view=article&id=10947:2015-pahowho-highlights-need-train-more-nursing-personnel&Itemid=1926&lang=es

2 En Cuba se estableció el cierre de fronteras el 24 de marzo para extranjeros, no para ciudadanos cubanos, que han seguido arribando a la isla mediante vuelos especiales pactados entre los consulados cubanos y las líneas aéreas en funcionamiento, en aras de que no quedaran ciudadanos varados por trabajo o visita en un país diferente al de su residencia. En esos mismos vuelos han regresado ciudadanos de dichos países que se encontraban en Cuba de visita. También en la categoría de viajeros están tripulaciones que arriban por viajes humanitarios.

3 Habría que comentar que en Cuba existen actualmente unos seis millones de celulares en uso, y la aplicación en cuestión no tiene costo alguno, sólo requiere tener un teléfono inteligente, aunque si tiene costo la conectividad a internet.

4 El primer caso positivo en Cuba se detectó el 11 de marzo de 2020, importado por un turista de procedencia italiana.