COVID19, CRISIS MUNDIAL Y RECESIÓN EN MÉXICO

La irrupción de la pandemia de Covid19 al final del 2019 en China y su rápida difusión al resto del mundo no es la causa de la profunda recesión en la que está inmersa la economía mundial. La desaceleración de la dinámica económica mundial en 2018-2019 y la contracción del comercio internacional desde el final de 2018 manifestaban ya el desenvolvimiento de tendencias recesivas globales. Durante 2019 la actividad económica en algunos espacios del mercado mundial se desaceleró, en otros como América Latina prácticamente se estancó e incluso varios países como México entraron en recesión. Las medidas que se fueron instrumentando en todo el mundo desde los primeros meses de 2020 para enfrentar la pandemia, distanciamiento social e interrupción generalizada de actividades económicas no esenciales, ciertamente fueron el principal factor detonante de que las tendencias recesivas globales se concretaran y se agudizaran. Por ello, la pandemia de Covid19, aunque no fue la causa, ha determinado la extensión y severidad, sin precedentes, del estallido de la crisis; su evolución, por consiguiente, será factor fundamental de la duración y trayectoria de la actual recesión.1

El mundo está enfrentando una crisis que, de manera inmediata, presenta dos dimensiones en cuanto a sus causas, despliegue y efectos: una económica y otra sanitaria. Ambas dimensiones, retroalimentándose entre sí, han tenido consecuencias devastadoras: a la mitad del año 2020 se estima que la contracción de la actividad económica mundial fue alrededor de -10%, mientras que el número oficial de defunciones rebasó ya las 600 mil personas.2 Esta doble crisis, por ello, está teniendo manifestaciones económicas, sociales, políticas, culturales y sicológicas profundas que tendrán efectos duraderos. ¿Qué tanto y en qué dirección afectarán estos hechos las estructuras económicas, sociales y políticas neoliberales, que se volvieron hegemónicas durante las últimas cuatro décadas? Ello se dilucidará en los espacios de debate académicos, sociales y políticos pero, sobre todo, en las acciones de los distintos sujetos que conforman nuestras sociedades.

La crisis que vivimos, sin duda integral, es expresión de los estragos de largo plazo que el sistema capitalista ha ocasionado sobre el planeta y sus habitantes. La depredación ecológica y la pauperización de las condiciones de trabajo, vida y reproducción de los trabajadores, agudizadas en la fase neoliberal del capitalismo, resultantes ambas de métodos productivos guiados por la rentabilidad, que según se requiera pueden ser más o menos extensivos o intensivos, son la causa última de la crisis sanitaria y económica que estamos viviendo. La debacle ecológica, que tiene como una de sus manifestaciones extremas el cambio climático y sus impactos sobre los ecosistemas en que cohabitan seres vivos y virus, es una de las causas del aumento del riesgo del estallido de pandemias como la que enfrentamos. El desmantelamiento sistemático de los servicios públicos de salud durante las últimas cuatro décadas ha sido determinante central de la incapacidad institucional, no sólo en las periferias capitalistas sino en los centros “desarrollados” del mercado mundial para enfrentar eficientemente la pandemia de la Covid19.

En este trabajo se analizan, en primer lugar, las tendencias recesivas mundiales que se manifestaron desde 2018. En segundo lugar, el despliegue de la recesión en México durante 2019 y su profundización debido a la pandemia. En tercer lugar, se hace una reflexión general sobre las inciertas perspectivas inmediatas y de largo plazo.

1. Tendencias recesivas en el mercado mundial

Tendencias recesivas cíclicas, que son consustanciales al funcionamiento normal del capitalismo, se manifestaban en el mercado mundial desde 2018. Tales tendencias se desplegaban en el marco de la persistencia de un conjunto de contradicciones estructurales del funcionamiento del sistema capitalista mundial que fueron factores detonantes de la Gran Recesión del 2007-2009: particularmente, la relativa hegemonía financiera especulativa que desvía el plusvalor y el crédito hacia la formación de burbujas especulativas de todo tipo en detrimento de la inversión productiva.3 El desarrollo de una progresiva crisis de los mecanismos vigentes de reproducción de las relaciones económicas, sociales y políticas en los espacios de acumulación nacionales y mundiales agravaron las tendencias recesivas. La salida de la Gran Bretaña de la Unión Europea (BREXIT), las guerras comerciales impulsadas por el gobierno de Trump y, especialmente, la creciente confrontación entre Estados Unidos (EUA) y China son algunos de los factores de disrupción en el funcionamiento del mercado mundial. La actividad económica también ha sido negativamente afectada, tanto por el descontento social y político cada vez más generalizado de las clases “no propietarias” -asalariados formales en empresas capitalistas y en el sector público, profesionistas independientes, empleados informales, subempleados y desempleados, pequeños productores urbanos y agrícolas- frente a la precarización de sus condiciones de trabajo y de vida resultante de políticas económicas dictadas por “oligarquías” cada vez más reducidas y poderosas, como por el acentuado desgaste de los sistemas tradicionales de representación “democrática” y de los partidos políticos tradicionales: el estallido de protestas a lo largo y ancho del mundo se ha multiplicado (Zimbabue, Argelia, Haití, Hong Kong, Puerto Rico, Honduras, Líbano, Ecuador, Chile, Irán, Colombia, Francia); al mismo tiempo, avanzan proyectos políticos y gobiernos nacionalistas, xenófobos y aislacionistas retardatarios (desde Estados Unidos y Gran Bretaña, hasta Hungría, Polonia, Brasil e India, entre muchos).

Es en este contexto que el volumen del comercio mundial de bienes (medido por el volumen de exportaciones), que se había incrementado continuamente desde el fin de la Gran Recesión de 2007-2009, tras llegar a un nivel máximo en el tercer trimestre de 2018 comenzó a disminuir como resultado de las guerras comerciales y el creciente proteccionismo. (Gráfica 1) Por su parte, la dinámica de crecimiento en términos reales del Producto interno bruto (PIB) mundial se desaceleró en 2018 y 2019 principalmente por el estancamiento de la Unión Europea (UE) y la desaceleración en Estados Unidos (EU). China, a pesar de disminuir su ritmo de crecimiento, sostuvo su papel dinamizador del mercador mundial.4 La actividad económica del conjunto de América Latina prácticamente se estancó en 2019 arrastrada por las recesiones en Venezuela, Nicaragua, Argentina, Haití y, en menor medida, México.

2. México: recesión y covid19

La dinámica de la actividad económica de México comenzó a desacelerarse desde el final de 2015. (Gráfica 2) Tras un leve repunte en 2018, en el segundo trimestre de 2019 el país entró en una moderada recesión que implicó la reducción del -0.3% del Producto Interno Bruto (PIB) durante 2019; entre febrero de 2020 y el mismo mes de 2019 la contracción del nivel general de actividad económica fue de -2%. La recesión fue inducida en lo inmediato por la aguda contracción, desde el inicio de 2019, de la industria de la Construcción y por la desaceleración, en el último trimestre, de la industria Manufacturera (Gráfica 3). Estas fuerzas recesivas tuvieron como principal factor detonante la disminución, desde agosto de 2018, de la inversión productiva en Maquinaria y equipo y en Construcción no-residencial (-13% hasta febrero de 2020) que, además de detener la expansión de la planta productiva, ha afectado negativamente a los subsectores manufactureros de Maquinaria y equipo y de Equipo de transporte y al sector de la Construcción. (Gráfica 4)

Una característica relevante de la recesión en México es que sus factores detonantes son más políticos que económicos. A pesar de las garantías económicas que López Obrador (AMLO) reiteradamente ha ofrecido al sector empresarial desde su campaña y después de su triunfo electoral y toma de posesión, un segmento de grandes empresarios decidió, por motivos políticos e ideológicos, instrumentar una estrategia integral de resistencia al gobierno entrante. Una de las expresiones económicas directas de tal estrategia ha sido el bloqueo de la inversión productiva privada, que se inició desde el mes posterior a la elección y que se agudizó al principio de 2019 con el inicio del combate contra la corrupción institucionalizada en la que han participado en los anteriores sexenios funcionarios públicos y grupos empresariales con la complicidad de organismos reguladores autónomos y de la “sociedad civil”, de muchos medios de comunicación y, por supuesto, de la “intelectualidad” orgánica de los gobiernos del PRI y del PAN.

La disminución de la inversión productiva fue reforzada por el debilitamiento de los ingresos por exportaciones que resultaron de la persistente disminución de los precios del petróleo desde el final de 2018 y del volumen de las exportaciones manufactureras a partir de septiembre de 2019, especialmente las automotrices hacia Estados Unidos y Canadá. Esta última disminución, parcialmente revertida al final del año, derivó en gran medida de la incertidumbre generada por la demora en la ratificación del nuevo Tratado Comercial de México con esos dos países (TMEC), sustituto del TLCAN, por parte de los dos últimos signatarios. (Gráfica 5)

3. La profundización de la recesión

En México las medidas de contingencia frente a la Covid19, el distanciamiento social, la interrupción de actividades no esenciales y la “domiciliación”, por medio del uso del internet y otros medios de comunicación, de otra amplia gama de actividades (por ejemplo, las educativas), comenzaron a instrumentarse en la mitad de marzo; al final de dicho mes se declaró la emergencia sanitaria. Las medidas restrictivas frente a la pandemia fueron extremas durante abril y mayo; comenzaron a relajarse en la segunda mitad de junio y en julio. Los impactos de dichas medidas sobre la economía, que ya estaba en recesión, fueron rápidos y profundos. Mientras que en marzo la disminución en el nivel de actividad económica fue marginal, en abril la caída fue extrema; de hecho, nunca antes vista: -17% global debido al desplome, por un lado, de sectores de Servicios no “domiciliables” como Hoteles y restaurantes (-60%), Comercio minorista (-31%), Transporte (-26%) y Servicios culturales, deportivos y recreativos (-24%)5 y, por otro, de las industrias de la Construcción (-33%) y la Manufactura (-31%).6 (Gráfica 3) En mayo, en cambio, después del drástico ajuste, la contracción fue mucho menor; datos parciales, disponibles para el sector secundario, indican que éste sólo se contrajo en -5% frente al -25% de abril.

Los impactos sobre los niveles de ocupación también han sido muy fuertes. El empleo formal del sector privado, medido por el número de afiliados al IMSS, se redujo en 1.1 millones entre junio y febrero de 2020. Los sectores más afectados han sido Servicios (32% del total), Construcción (22%) y Transformación (22%). Aunque la disminución en términos absolutos es elevada, su proporción con respecto al total de afiliados es relativamente menor: solamente -5.4%. En México, país en que el empleo informal es mayoritario, el impacto sobre los niveles de ocupación ha sido particularmente duro sobre los trabajadores no-formales. Los efectos de la Covid19 se han manifestado de una forma peculiar: no tanto en el aumento de la desocupación abierta total (que se incrementó, según la Encuesta telefónica de ocupación y empleo,8 en 400 mil personas en abril), sino en la drástica reducción de la ocupación (-12.5 millones en marzo) y de la Población Económicamente Activa. Al “retirarse” de esta última 11.5 millones de personas, habiendo perdido su empleo, no han buscado otro para, seguramente, enclaustrarse en casa. La Población económicamente inactiva superó, con 50.2 millones de personas, a la activa. De ellos, sin embargo, el 40% está disponible para trabajar, cuando haya oportunidad, una vez se levanten las restricciones frente a la pandemia. En mayo, según la misma encuesta, marginalmente aumentó la ocupación y disminuyó la desocupación abierta.

4. Perspectivas: duración y profundidad de la recesión

Los datos preliminares de la dinámica del PIB para el primer trimestre de 2020, de -3.4% en el plano mundial (Gráfica 1) y de -1.8% en México (Gráfica 2), muestran apenas los primeros impactos de la pandemia de Covid19. En el segundo trimestre, cuando se profundizaron las restricciones frente a la pandemia, la contracción de la actividad económica ha sido mucho más profunda (como se señaló antes, el FMI estima la disminución del PIB mundial en -10% durante el primer semestre de 2020; en México, la disminución acumulada hasta mayo ha sido de alrededor de -18%). El paulatino levantamiento de restricciones está reactivando la actividad económica, especialmente en China y otros países de Asia Oriental que han logrado contener la pandemia. Lo mismo seguramente sucederá en el resto del mundo durante el tercer trimestre de 2020. Sin embargo, en todos los países en que se han implementado medidas de normalización, se han presentado rebrotes de Covid19 que han llevado a la reinstauración de medidas de contención, no en niveles nacionales, pero sí en sectores y regiones específicas. En algunos países se ha presentado una segunda oleada ascendente de infecciones y defunciones.

Las perspectivas inmediatas, en este contexto, son totalmente inciertas. Dependen, por un lado, de la posibilidad de una segunda oleada generalizada de la pandemia durante el próximo otoño e invierno. Este tipo de escenario sería catastrófico, pues revertiría la incipiente recuperación en curso. Por otro lado, el avance positivo en las pruebas de varias vacunas, que en caso de confirmarse podrían comenzar a aplicarse al final de 2020 o principio de 2021, generarían un escenario positivo que permitiría una recuperación económica relativamente rápida. Las perspectivas de mayor plazo dependerán de la capacidad organizativa de las sociedades para enfrentar la crisis civilizatoria a la que nos ha llevado el capitalismo. Si no se revierte la debacle ecológica y humanitaria que vivimos, “contingencias” globales como la pandemia del Covid19 se repetirán de manera amplificada.

5. Síntesis de conclusiones

i) La pandemia de Covid19 no es la causa de la recesión mundial más extensa y profunda que ha experimentado el capitalismo por lo menos, hasta el momento, desde la Gran depresión de la década de los treinta del siglo pasado. Sin embargo, sí fue el factor explicativo de la naturaleza generalizada y violenta de la crisis y su evolución determinará en gran medida la duración e impactos de la recesión.

ii) En México los impactos económicos, sobre la producción y el empleo, aunque comenzaron al final de marzo, fueron contundentemente negativos en abril. En mayo ya fueron marginales. Seguramente en junio y, sobre todo en julio, habrá una parcial recuperación en los indicadores en la medida en que se relajaron desde junio las restricciones, sobre todo en las industrias de la construcción y de transformación y, en menor medida, en algunos servicios.

iii) El abanico de perspectivas inmediatas es incierto y amplio: desde una segunda oleada generalizada de infecciones y defunciones, que daría fin a la incipiente recuperación económica en curso, hasta un control médico del brote, que permitiría el desenvolvimiento de una salida a la recesión. En el largo plazo, la posibilidad de evitar nuevas crisis como la de la pandemia de Covid19 requiere, necesariamente, del desmantelamiento del capitalismo.

GRÁFICA 1. MUNDO Y AMÉRICA LATINA. 2015/1-2020/1: Volumen de comercio internacional de bienes (índice trimestral del volumen exportaciones) y dinámica de la producción (cambio % anual del PIB real)

Fuentes: FMI, “World Economic Outlook Reports”: https://www.imf.org/en/publications/weo; UNCTAD: “UnctadStat”: https://unctadstat.unctad.org/wds/ReportFolders/reportFolders.aspx

GRÁFICA 2. MÉXICO. 2015/1-2020/1: Dinámica trimestral y anual del PIB real (cambio % del PIB a precios constantes)

Fuente: INEGI, “Banco de información económica”: https://www.inegi.org.mx/app/indicadores/bie.html

GRÁFICA 3. MÉXICO. 2018/01-2020/05: Nivel de actividad económica mensual. Economía total y sectores seleccionados (2013=100)

GRÁFICA 4. MÉXICO. 2018/01-2020/04: Inversión productiva mensual (Formación bruta de capital fijo no-residencial) Economía total y componentes (2013=100)

Fuente: INEGI, “Banco de información económica”: https://www.inegi.org.mx/app/indicadores/bie.html

GRÁFICA 5. MÉXICO. 2018/01-2020/05: Valor mensual en dólares de las exportaciones de mercancías. Economía, sectores y subsectores seleccionados (2013=100)

Fuente: INEGI, “Banco de información económica”: https://www.inegi.org.mx/app/indicadores/bie.html


NOTAS

* Abelardo Mariña Flores. Área de Investigación Sociedad y acumulación capitalista, Departamento de Economía, UAM-Azcapotzalco. E mail: abmf@azc.uam.mx.

1  Reiterar el hecho de que la emergencia del coronavirus no es la causa de la recesión no es trivial. Para los “teóricos”, más bien ideólogos, y políticos defensores del capitalismo es estratégico el planteamiento de que las causas de las crisis son siempre “exógenas” al funcionamiento normal de los mercados: postulan que son resultado de intervenciones estatales que limitan la libre competencia, o bien de accidentes fortuitos. Esta hipótesis es falsa. Las crisis y sus efectos, al ser inherentes al capitalismo, son inevitables. Las políticas económicas ni provocan ni evitan las crisis; inciden, por supuesto, en su duración, en su profundidad y en la “distribución” social, sectorial y geográfica de sus secuelas. Los efectos de incidentes contingentes no inmediatamente económicos, como la pandemia de Covid19, están mediados siempre por las fluctuaciones, tendencias y fundamentos sociales e institucionales estructurales de la acumulación de capital.

 2 Fuentes: FMI, “World Economic Outlook Reports”: https://www.imf.org/en/publications/weo; Worldometer, “Coronavirus Updates”: https://www.worldometers.info/coronavirus/

 3 Véase Mariña Flores, Abelardo y Sergio Cámara Izquierdo, (2010), “Naturaleza y perspectivas de la actual crisis: una caracterización marxista de largo plazo”, en Política y Cultura, núm. 34, otoño 2010, UAM-X, México, pp. 7-31.

 4 En su conjunto, la UE, EU y China, generan la mitad del PIB mundial. La tasa anual de crecimiento del PIB real de la Unión Europea disminuyó de 2.9% en 2017 a 2.3% en 2018 y a 1.7% en 2019; la de Estados Unidos cayó de 2.9% en 2018 a 2.3% en 2019; la de China, cuya economía ya es la más grande del mundo y que ha sido motor mundial en las dos últimas décadas, se redujo de 6.9% en 2018 a 6.1% en 2020, la tasa anual más baja desde 1990. Fuente: FMI, “World Economic Outlook Reports”: https://www.imf.org/en/publications/weo

 5 En contraste, servicios Profesionales y corporativos, Educativos y Financieros han sido escasamente afectados por la contingencia debido a que sus actividades han sido extensamente “domiciliadas”.

 6 Las industrias de Electricidad, gas y agua y, sobre todo las Extractivas han sido menos afectadas.

 7 Fuente: IMSS, “Asegurados”: http://datos.imss.gob.mx/dataset/asg-2020

8  Fuente: INEGI, “Encuesta telefónica de ocupación y empleo”: https://www.inegi.org.mx/investigacion/etoe/. Esta encuesta ha sustituido temporalmente a la Encuesta nacional de ocupación y empleo (ENOE). Sus datos no son estrictamente comparables a los de la ENOE.