SEIS TESIS SOBRE LA POLÍTICA DESPUÉS DEL 6 DE JUNIO

Después de la reorganización de la política nacional lograda en las elecciones del 6 de junio, es esencial el diálogo que discuta y precise el sentido y la trascendencia del resultado electoral: si alimenta o no el cambio político ocurrido de 2018 a la fecha, con sus aciertos, problemas y limitaciones Para algunos, aún no se viven diferencias sustantivas ante el neoliberalismo.  Y para otros, ya vivimos en una transformación radical de las cosas. Al respecto, seis tesis para reflexionar sobre el sentido de esta coyuntura. 

PRIMERA: Es posible una expansión en varios sentidos de la democracia. El 52.6% del electorado decidió expresar sus preferencias por la vía pacífica y legal, hubo incidentes de violencia minoritarios. La participación ciudadana, el funcionamiento institucional del PREP y los conteos finales, dan certidumbre y pueden reconducir a los intentos de polarización y de recursos golpistas al cauce de la lucha electoral con cierta garantía institucional. 

La llamada “transición democrática” no garantizó el voto libre del 2006 a la fecha, y, por el contrario, fomentó la compra del voto como principal vía corrupta para ganar elecciones, con la manipulación de los Instituto Electorales. Esta elección puede ayudar a consolidar la democracia en un medio muy difícil. Las clases políticas realmente existentes, y rigurosamente pluripartidistas, se educaron en esa escuela del mercadeo de derechos y del mercado político. Pero también se registran defensas ciudadanas ante trampas y violencia.  El voto libre aún debe afrontar batallas en los estados y municipios.   

La democracia fue un asunto temprano de las izquierdas actuales en su sentido más plural y amplio. Una fusión de movimientos populares, izquierdas sociales y clasistas, liberales democráticos y de nacionalismos surgidos del PRI, que abrieron el camino democrático para afrontar al neoliberalismo naciente en 1988, han cambiado de liderazgos, pero no de propósito.   En 2021 las izquierdas pueden consolidar, expandir y proyectar la democracia hacia contenidos de horizonte popular, de una pluralidad de movimientos (mujeres, pueblos, la diversidad etaria, de género y de identidades regionales) y de fortalecer a la nación. Esta democracia es un asunto de las izquierdas, en sus realizaciones y en sus actuales limitaciones. 

SEGUNDA: el 6 de junio fue un referéndum ciudadano a favor de la continuidad de las reformas que impulsa la 4T y que consigue la mayoría simple en el Congreso, con la cual se puede aprobar el Presupuesto anual, pieza clave para los tres años próximos. Fue por tanto una derrota para el principal objetivo del PRIANRD de tomar el control del presupuesto. 

De ello depende que se consoliden varios ámbitos esenciales de la transformación: 

  • Rehabilitar y expandir un Estado social (educación, salud, vivienda); continuar las transferencias directas de ingresos a los sectores mayoritarios y aumentos sostenidos de los salarios.  
  • Nuevas reglas de trato entre Estado y Empresarios que cancelen la corrupción, los privilegios y las exenciones fiscales, regulen las actividades depredadoras y extractivas, y permita expandir la base fiscal gravable.
  • Una política soberana para fortalecer la autosuficiencia del país en ámbitos diversos, desde la energética hasta la alimentación, la ciencia y la tecnología.
  • Los tres megaproyectos orientados al centro y sur del país que equilibren la marcada desigualdad regional entre el norte y centro sur

Hay una reorganización a fondo de la estatalidad autónoma, que suprima la asociación subordinada a los mega poderes corporativos, y se oriente en un sentido de fortalecer a la nación y atender de maniera prioritaria a su base popular, dentro de la obligación de atender a todos los mexicanos.   

TERCERA: La derrota de los partidos opositores no significa un tiempo de tregua sino la intensificación del conflicto político con un marcado carácter de clase. En verdad se recuperaron del nocaut del 2018: El PAN y el PRI continúan como la segunda y tercera fuerza política lejos de Morena, la alianza Va por México es primera minoría en el Congreso Federal, gana ciudades importantes y logra por primera vez en su historia 7 alcaldías en la ciudad de México. 

Sin embargo, su recuperación fue por respiración artificial, un respaldo de los grupos de poder empresariales afectados por los cambios en curso. El grupo Monterrey y asociados del centro del país, como Claudio X. Gonzáles padre e hijo, controla a la COPARMEX, al Consejo Coordinador Empresarial y a Gustavo de Hoyos. Ellos rescataron a partidos desinflados, la Triada, para controlar el presupuesto en las elecciones intermedias, y preparar las bases para ganar las elecciones del 2024. 

A fines de abril del 2020 logran la cohesión de importantes grupos empresariales, con muchos que prefirieron esperar, y de los medios masivos, varias organizaciones de la sociedad civil, los llamados justamente “intelectuales orgánicos” para impulsar la creación de un frente unitario contra la 4T. Surgió la Alianza Federalista de 15 gobernadores y la creación de un bloque unificado de opositores en el Congreso para pelear por el Presupuesto. Recibieron el generoso reflector de los medios masivos. Los intelectuales orgánicos lo barnizaron con supuestas defensas de la democracia, de la república y la modernidad, amenazada, según ellos, por el nostálgico de los años setenta, AMLO. El conflicto político es también una guerra de clase, así se construyó el neoliberalismo, y así se quiere ahora recuperar el poder político. Lograron una plataforma política, bases sociales donde destacan las clases medias que se sienten, con sus razones varias, maltratadas y continuaron con la guerra sucia mediática. Los tres años que vienen no serán de tregua, sino de alta conflictividad contra ese polo duro que aún no aglutina en un solo frente a los empresarios ni a las clases medias, y donde será fundamental mantenerlas en el cauce democrático, y vigilar todo intento de golpe blando. 

CUARTA: La mayoría calificada para introducir reformas constitucionales es esencial para hacer avanzar a la 4T con nuevas reformas de gran calado.  Dependecomo ocurrió en 2019, de crear alianzas con varios partidos y de los cambios de bancada que pueden ser a favor o en contra. Aún se requiere de ajustes de gran calado: la cuestión fiscal que debe expandir y consolidar su base gravable, para neutralizar a los poderes financieros de la deuda; erradicar la corrupción y la toma de postura de jueces y del poder judicial a favor de los excesos empresariales; el muy alto costo de un sistema de partidos sin fuerte representación social; la escasa sensibilidad del Banco de México y del sector financiero hacia las necesidades de apoyos y fomento económico.  Una complicada arquitectura institucional y legal que quiso inmunizar al peculiar neoliberalismo a la mexicana de cualquier cambio de ruta, y de “contagio” con las clases populares. 

Y para ello deberá hacer alianzas en el Congreso en una circunstancia donde los pequeños partidos ganaron valor, el Verde, Movimiento Ciudadano, con una fuerte cultura de “mercadeo político”. Es un segmento variable.  El PRI en particular enfrenta una situación especial, oscila entre mantenerse en la actual alianza o cambiar de barco. Coahuila parece la más decidida a quedarse. El Estado de México es el mayor centro de poder del priísmo nacional y meditará sin duda y a fondo los pasos a seguir. En Hidalgo y Oaxaca Morena ganó sus congresos y avanzó en los municipios. Tienen elecciones en el 2022, y pueden ponderar llegar a algún tipo de acuerdo, sólo por imaginar, continuidad en su territorio, a cambio de apoyos en el Congreso.  Sin embargo, el punto central es que las iniciativas de reformas no se empalidezcan en exceso a fin de lograr amplios acuerdos pluripartidistas. 

Quinta: De los 15 estados en disputa para las gubernaturas, del Norte, Centro y Sur del país, en 11 gana Morena, (las dos Baja Californias, Campeche, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Sinaloa, Sonora, Zacatecas).  Territorialmente, se expande la 4T, ¿Qué significa?   

Hay una renovada presencia en el Norte y el centro occidente, los territorios duros del PRIAN, que son las regiones ganadoras con la integración mexicana a América del Norte, espacio de la Alianza Federalista y de tensiones políticas y culturales con el centro – sur del país.

Se acentúa la pluralidad social, política y geográfica de la 4T, su carácter de coalición amplia con una gran base popular. La presencia de grandes centros urbanos y de clases medias debe obligar a abrir políticas hacia este componente central de la coalición. En este sentido, lo ocurrido en la ciudad de México con las 9 delegaciones ganadas por Va por México, es un foco rojo que exige rehabilitar la política de coalición amplia, pues la oposición seguirá con la guerra sucia.

En la nación, Morena tiene la mayoría territorial con 17 estados, que le permite un trayecto de construcción de coaliciones amplias con base popular a una escala no imaginada. El 2024 tiene ya, si se aprovecha, una amplia base de despegue. 

Sexta:  El tablero de la política mexicana muestra una guerra de posiciones en la noción gramsciana, donde la 4T avanza golpe a golpe, no sin reveses, dentro de la gran panza de un neoliberalismo sistémico aún en pie, aunque tiene rota la pieza clave de la captura del Estado, por el momento.  Avanza con iniciativas de shock y con medidas de estabilidad y alianza con los poderes de facto que limiten su cohesión y la confrontación abierta. Con medidas de fomento y apoyo a la economía popular y apertura de negociaciones con empresarios sobre proyectos de infraestructura. Con la defensa de la soberanía ante el imperio vecino y mantener abierta agendas de colaboración que contengan el intervencionismo imperial.  Y avanza con un proyecto de nación soberana y popular que impulsa otra forma histórica de relaciones entre capitalismo, sociedad y estado, a partir de la fuerte autonomía soberana de este último.  En ese sentido, es precursor y parte de la segunda oleada latinoamericana que se sacude las formas corruptas y de exceso acentuado, de las asociaciones entre corporaciones y estado. Y también es precursor y parte del regreso del estado social que registran Europa y la América, en combinatorias políticas complejas donde el proyecto de restaurar la dominación corporativa previa se confronta con las exigencias de la sociedad acentuadas por la pandemia. La 4T es parte de un torbellino de cambios que sacude al mundo, y no la regresión provinciana que pinta la oposición. Deslindar, aclarar, criticar, señalar sus límites y errores en este trayecto, es parte sustantiva de la luchas culturales de este presente y su futuro.