DE LO SUPERFICIAL A LO DESCONOCIDO

Destejiendo los rostros ocultos del NAICM

Introducción

El uso político de la saturación del aeropuerto internacional de la Ciudad de México (AICM) Benito Juárez derivó en la planificación de un megaproyecto urbano, motivado por el deseo de acelerar un proceso de transformación espacial de lo perirrural a lo urbano, denominado “AICM y la gran transformación metropolitana del DF” (2014) a escala regional. Dicha transformación, se pensó, abarcaría las zonas periurbanas existentes entre la Ciudad de México y la región oriente del estado de México. Paralelamente, dicho proceso también incluía un proyecto de reocupación de los terrenos que hoy ocupa el AICM. Dada su supuesta incompatibilidad aérea con el aeropuerto en Atenco-Texcoco, tal espacio habría tenido que ser eliminado. Desde 2014, los terrenos referidos ya eran objeto de especulación inmobiliaria.1

La intención de construir un nuevo aeropuerto internacional de la Ciudad de México (NAICM) en la región Atenco-Texcoco2 ha atravesado por diversas etapas (2000-2018). La más reciente, 2014-2018, fue un último intento por impulsar uno de los proyectos político-económicos más ambiciosos de las últimas décadas del México neoliberal.

Más allá de un tema de despojo de tierras ejidales, como se pretendió durante 2001 y 2002, durante el gobierno de Vicente Fox Quesada,3 esta segunda etapa se caracterizó por experimentar una compleja cadena de problemáticas multifactoriales. Las evidencias confirman que las dimensiones problemáticas de dicho proyecto fueron diversas y van desde aspectos económicos (financiamiento),4 pasando por aspectos técnicos, ingenieriles, ambientales e hídricos, hasta socioculturales.

El presente texto expone el contexto de la última etapa de dicho proyecto. Por otro lado, y tras señalar que el proyecto en cuestión posee múltiples ejes problemáticos, se advierte que en las próximas líneas se hace mayor hincapié en los efectos en los rubros ambiental e hídrico, pues desde la perspectiva de este trabajo son los aspectos que mayor interés adquirieron a lo largo de amplios e interrumpidos debates y foros, impulsados en el marco del proceso de oposición a dicho proyecto, configurado desde abril último, en medio de la pasada coyuntura electoral mexicana.

Modernizando la cuenca del valle de México

Más allá de las promesas que el desarrollo y progreso, como banderas del bienestar “nacional”, señalan, está la realidad, expresada por lo general de modo más bien honesto y, no pocas veces, desmitificando las quimeras del pensamiento neoliberal.

A lo largo de los últimos años, la retórica de la “modernización del país” no ha dejado de estar presente. Las reformas estructurales de primera, segunda y, en la actualidad, tercera generaciones siempre han tenido de manera explícita la promesa de llevar a México a la vanguardia en el mundo (Castañeda, 2018). Todavía durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, el común denominador de su campaña fue siempre “modernizar a México”, bajo la consigna de que esta propuesta “sacará del atraso al país” y cuyo eslogan también se utilizó para justificar la construcción del NAICM (2014). Sin embargo, el pensamiento moderno está en crisis. Sus promesas en cuanto a bienestar social (incluyente e integral) y la democratización del poder como dos de sus principales ejes se encuentran en una profunda crisis de desgaste y credibilidad. No obstante, su principal nodo dilemático se localiza en la “doble separación de lo humano y lo no humano y la distinción entre el mundo natural y el social” (Latour, 2007:14). Esa contradicción ideológica “encierra su destrucción y la del ambiente en el planeta” (Toledo, 1991:13) en tanto el hombre,5 al tomar la naturaleza como recurso desechable, condena –en el mediano y largo plazos– a la desaparición ambos. La transformación del planeta por el trabajo del hombre se topa con su límite. La depredación de la naturaleza amenaza agotarla como recurso para el hombre” (Villoro, 1993:4).

 Tras más de medio siglo de advertencias señaladas por grupos ecologistas6 como el Club de Roma,7 el Grupo de los 1008  o el Instituto Tecnológico de Massachusetts9 (MIT, por sus siglas en inglés), las alarmas están encendidas. La crisis actual es civilizatoria y tiene “dos principales dimensiones: una ambiental y otra social (Toledo:1990). Ambas están hoy intrínsecamente vinculadas, de modo que problemas ambientales se traducen en sociales y a la inversa. Su resonancia es bidireccional,10 si bien el efecto y los rostros de su manifestación resultan múltiples y diferenciales según cada contexto. Respecto a la primera, “el cambio climático, por ejemplo, es la manifestación más reciente de la destrucción planetaria que el capitalismo ha provocado, utilizando desmedidamente recursos naturales finitos como el agua, la tierra, los hidrocarburos y la biodiversidad” (Massieu, 2016:179). 

Desde esta perspectiva, la crisis ambiental no se entiende sin la social, pues la acción del hombre sobre la naturaleza la ha provocado. La paradoja aquí “es que alcanza a las elites privilegiadas del planeta, la única fuerza destructiva imposible de atacar” (Toledo, 1990:10). Por otro lado, en la referencia a la crisis social, desde la perspectiva de este trabajo, dicha crisis tiene dos dimensiones problemáticas: una política y una económica.

En el terreno político observamos un proceso de desencanto hacia las promesas que promovía la figura del estado de bienestar y, a su vez, de la sobrevalorada democracia moderna, tanto en los países de centro como en los de la llamada periferia. Por su parte, en la esfera económica, la desregulación de las economías y las nuevas tecnologías han abierto nuevas posibilidades de pensar e imaginar el dinero en la vida social de la humanidad. El binomio política-economía ha dado paso a un nuevo poder. Dicha plutocracia, definida como “estado corporativo” por la periodista Naomi Klein,11 se refiere al uso intercambiable del poder, en la arena política y en la económica.

A partir de la tesis de que deterioro ambiental es promovido principalmente por la cultura capitalista, han comenzado a surgir conflictos socioambientales que pueden ser entendidos como el choque entre dos lógicas antagónicas (una que busca preservar la vida; y otra, ponerla en riesgo).

La expansión de la industria aeroportuaria es un fenómeno cada vez más problemático, pero poco estudiado. La teoría del pico de Hubbert, o cenit del petróleo, estima que la humanidad ha consumido en sólo 100 años cerca de la mitad del petróleo existente al inicio. Esto significa que la generación de comienzos del siglo XXI se enfrenta al descenso de la disponibilidad del recurso esencial para el mantenimiento del sistema económico y del modo de vida actuales. Ello constituye tal vez el mayor desafío a que se enfrenta la sociedad de nuestros días, pues no hay otro recurso conocido con sus cualidades y prestaciones. De manera paralela y paradójica, en los últimos años se registra un aumento en la construcción de aeropuertos en todo el mundo, resultado de la inercia del capitalismo industrial y el uso de las tecnologías. Conforme a los teóricos de la sociedad del riesgo, la tesis fundamental es que las crisis ambientales tienen su origen en el industrialismo (Mercado, 2010:197).

Actualmente, la insistencia por cancelar proyectos aeroportuarios se localiza en territorios de centro como Londres, Montreal o Estambul y periféricos, como México. Pero ¿qué hay detrás del rechazo a la construcción de proyectos aeroportuarios en distintas partes del mundo? Las implicaciones ambientales para el contexto local, el despojo de tierra y el ruido son algunos ejes localizados en diversos procesos de oposición. Sin embargo, se antoja revelador que sólo en algunos casos particulares (regularmente grupos ecologistas de países europeos) la crítica y la preocupación lleguen a una escala global, donde la escasez del petróleo y la contaminación atmosférica que genera dicha industria ocupan el centro de la oposición.

Dichos grupos de activistas, académicos y ecologistas, en acción desde la década de 1960, han señalado y sostenido luchas y resistencias para evitar la expansión de tal industria. La organización internacional Stay Grounded- Global Anti-Aerotropolis Movement,12 a principios de 2018, con la participación de pobladores de la región del Loira-Aquitania en Notre Dame des Landes, Francia, logró la cancelación definitiva por el gobierno galo de un proyecto aeroportuario ahí. A finales de febrero del 2017 se registró también la cancelación de una nueva pista (la tercera) que se prendía añadir al aeropuerto de Viena, Austria. De manera contraria, a mediados de 2017 el presidente de China anunció que en 2019 abrirá en Beijín sus puertas el aeropuerto que se convertirá en el mayor del mundo.13 La actual administración del Estado mexicano anunció el 4 de septiembre de 2014 la reactivación de la construcción de un nuevo aeropuerto de la Ciudad de México que, según sus afirmaciones, será el tercero después del señalado. Cuando nos referimos a una reactivación de dicho proyecto, es porque 17 años atrás (2001) ya se había realizado dicho anuncio, pero de voz del entonces presidente, Vicente Fox.

La principal justificación de dicho proyecto aeroportuario radica en que desde hace poco más de dos décadas se dibujaba en el horizonte la saturación del actual AICM Benito Juárez. Al respecto, en abril de 2018, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo señaló que éste fue diseñado para atender 32 millones de pasajeros. No obstante, hoy recibe 47 millones. Adicionalmente, en 2012 rebasó 52 veces su capacidad óptima. Para algunos analistas, se trata de una saturación provocada por la nula coordinación con aeropuertos cercanos al valle de México: Toluca, Puebla, Querétaro y Cuernavaca, opción que permitiría habilitar un sistema aeroportuario metropolitano, según sucede en países como Francia o Inglaterra. En este sentido cabe señalar la inexistente revisión de un proyecto aeroportuario en Tizayuca,14 Hidalgo, opción explorada en la década de 1990 por el entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de León y, más tarde, durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, pero actualmente descartada.

La decisión de construir un nuevo aeropuerto con un área de 4 mil 430 metros cuadrados15 sobre la superficie del ex lago de Texcoco fue una decisión política orientada por intereses económicos desde las décadas de 1980-90. Actos de corrupción y especulación inmobiliaria fueron una constante de dicho proyecto. De acuerdo con diversos estudios realizados, desde 1999 se realizó la compra de terrenos aledaños a la zona por desarrolladores inmobiliarios para completar el proyecto detrás del NAICM, en la región oriente del estado de México. Adicional a esto, hay registro de la entrega sin justificación de hectáreas al grupo Antorcha Campesina en la misma región. Esto, en el marco del proyecto complementario al NAICM, conocido como Aerotrópolis, del cual poco se mencionó durante el proceso de arranque de las obras en Texcoco. En la manifestación de impacto ambiental se señala que tal aeropuerto contará además con una “aerotrópolis” que, de acuerdo con el oficio resolutivo número SGPA/DGIRA/DG/09965, emitido por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) de fecha 28 de noviembre de 2014, se define escuetamente –en la página 28– como “área de desarrollo comercial, parques empresariales y zonas libres de comercio…”16 Más puntualmente y según el creador de esta idea, Kasarda (2013) se define una aerotrópolis (airport city) como “la manifestación urbana concreta del encuentro global local con el aeropuerto sirviendo como su interfaz física” (Kasarda, 2013:26). Se trata de un núcleo comercial centrado en el aeropuerto (ciudad aeroportuaria) y corredores periféricos y grupos de negocios vinculados a la aviación y el desarrollo residencial asociado (Kasarda, 2013:25), a fin de ofrecer a los pasajeros “un hogar de paso”, y así rentar una habitación en un hotel, detenerse en una plaza comercial o incluso poder acudir a una galería de arte, mientras esperas para abordar tu vuelo. La inspiración para dicho proyecto fue la Aerotrópolis de Belo Horizonte, Brasil, la única existente hasta hoy en Latinoamérica. Dicha obra complementaria implicaría la instalación de cerca de 2 millones de habitantes, para quienes el abasto de agua de figuraba como un grave dilema.

El polémico proyecto ya en vías de ser cancelado, de acuerdo con los resultados de la consulta nacional17 realizada del 25 al 28 de octubre de 2018, realizada bajo auspicio de la próxima administración (Morena), tiene múltiples dimensiones problemáticas, como hemos señalado. A continuación se exponen algunas de las principales aristas problemáticas en cuanto a los efectos ambientales pasados, presentes y los que se esperaban.

Efectos ambientales e hídricos del NAICM

En primera instancia, el aspecto más controversial y, a su vez, preocupante fue la selección de la superficie del ex lago de Texcoco, como terreno para construir el NAICM. El debate en cuanto al destino de la superficie del ex lago de Texcoco data desde mitad del siglo pasado. El proceso de disecación, iniciado con la llegada de los españoles durante el siglo XV fue en aumento durante el Porfiriato y posteriormente; la razón: los altos niveles de salinidad del lago. De acuerdo con estudios, se trata de una tres veces mayor que la del agua de mar.

Durante el mandato de Adolfo López Mateos, en consecuencia, las fuertes corrientes de aire que levantaban los residuos de sal de la superficie del ex lago de Texcoco ocasionaron graves daños a la salud de los habitantes de la Ciudad de México y, por tanto, el futuro de la superficie del ex lago de Texcoco se colocó en la agenda del momento. Para 1965, el ingeniero y rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Nabor Carrillo, con un grupo de ingenieros y científicos, ideó la recuperación de una zona de más de 14 mil hectáreas para regular las aguas residuales y evitar las tolvaneras, a través del Proyecto Lago Texcoco, el cual pocos años más tarde daría nacimiento al lago Nabor Carrillo,18 el único cuerpo de agua permanente en la zona. Se encuentra a unos 3 kilómetros de donde se construyen las pistas del aeropuerto y mide 917 hectáreas: 1.35 veces todo el Bosque de Chapultepec, con sus 3 secciones. Atrae –según los propios documentos del grupo aeroportuario– a por lo menos 185 mil aves migratorias al año de 250 especies, según el último registro de la Comisión Nacional del Agua (Conagua). De manera paralela, el lago Nabor Carrillo funciona como un regulador hídrico: captura aguas pluviales y residuales (negras), gracias a lo cual se ocupa de tres actividades importantes.

Dada su relevancia, en 2012 José Luis Luege Tamargo, ex director general de la Conagua, escribió un extenso informe para advertir del principal riesgo de construir el nuevo aeropuerto internacional de México (NAIM) en la zona federal del lago de Texcoco, mas fue ignorado. Para evitar inundaciones en las instalaciones del NAICM se usaría el lago Nabor Carrillo, en adición de otros lagos artificiales que, de haber continuado la obra, se habrían construido y cuya infraestructura buscaba evitar inundaciones en el aeropuerto. Esto, sin ninguna consideración de las que se generarían en toda la región oriente del estado de México y, por consiguiente, en la Ciudad de México. Por si fuera poco, también se preveía el entubamiento de más ríos en Texcoco y la desecación del ex lago a lo largo de 145 kilómetros lineales, parte de las obras hidráulicas del NAICM, lo cual impedirá la recarga de mantos acuíferos y agravará su sobrexplotación, de acuerdo con análisis realizados por investigadores de la Universidad Autónoma Chapingo.19 

La Ciudad de México es de tradición y origen lacustres. Paradójicamente, hoy sufre desabasto de agua potable, pero al mismo tiempo padece de un exceso de líquido derivado de las precipitaciones pluviales, sobre todo en la zona sur. En fechas recientes, el director general del Sistema de Aguas de la Ciudad de México señaló que sólo hasta 2019 puede garantizarse el abasto del agua para la ciudad.20 Los problemas de abasto para la urbe van en aumento y, correlacionados con la construcción de la aerotrópolis, llevaría un conflicto de acceso al agua, a una escala desconocida.

Otro tema central es el daño que poco más de 200 cerros sufrieron por la necesidad de extraer material pétreo (basalto y tezontle) para rellenar la superficie del ex lago de Texcoco, dada su naturaleza lacustre. De acuerdo con la manifestación de impacto ambiental modalidad regional (MIAMR), “se calcula un volumen de aproximadamente 35 millones 448 mil metros cúbicos de material requerido para la nivelación del terreno; la fuente de suministro serán los bancos localizados en Ecatepec, Chimalhuacán, San Vicente Chicoloapan, Ixtapaluca y Texcoco” (GACM, 11-83). Durante la fase 1, una vez que se retiren 7 millones de metros cúbicos (por las excavaciones del terreno), “el volumen para relleno será de 15 millones 986 mil metros cúbicos, el tipo de material que se empleará será tepetate y tezontle” (GACM, II-83). El relleno se obtendría de “bancos de préstamo… las excavaciones a cielo abierto destinadas a extraer material útil para la construcción” (GACM, II-148). De principios de 2016 a lo que va de 2018 se evidenció la presencia de empresas mineras, así como los daños que estaba generando en el ambiente en municipios de las regiones oriente y norte de la entidad.

Otro aspecto problemático es la incompatibilidad de número de bancos señalados en la MIAMR (donde se incluye un mapa con sólo 13), que cuentan con “autorizaciones en material ambiental” y que podrían ser usados: Nezahualcóyotl, San Miguel, La Esperanza, La Providencia, todos con aglomerado; Ixtlahuaca, con andresita; Santa Catarina, Tlahuilco, Tepexpan y Totolcingo, con tezontle; e Ixtapaluca y Chimalhuacán, con arena, grava tepetate y tezontle” (GACM, II-149). Sin embargo, en la práctica, hasta septiembre de 2018 se estimó la presencia de más de 160 minas, de acuerdo con estudios elaborados por profesores, investigadores y habitantes de la región. De igual manera, hoy se sabe que 90 por ciento de las compañías o empresas mineras que trabajan en los cerros presenta uno de los siguientes marcos:

I) Sin autorización. En esta categoría se encuentran empresas mineras que operaron sin autorización. Algunos de los municipios afectados por esta modalidad son San Antonio Ixtlahuaca, Ejido de Santa María Coatlán del de Teotihuacán y Tepetlaoxtoc.

ii) Con autorización. En este rubro encajan las empresas que, por omisión o con complicidad entre la Semarnat, empresarios o dueños de minas con partidos políticos, obtuvieron permisos. En tales casos se hallan San Mateo Chipiltepec, Acolman, San Luis Tecuautitlán, Tezoyuca, Chiautla, Pueblos de Ahuatepec y San Marcos Tlaxuchilco. Una mención especial merece Tepetlaoxtoc, pues registra en mayor número de estas empresas (entre 40 y 60), de las cuales 26 fueron permisos federales y 23 estatales.

iii) Incumplimiento del contrato de explotación de minas. Otras empresas lo hicieron con plena omisión de las reglas establecidas en los permisos de la Secretaría de Medio Ambiente del estado de México. Esta situación es la de menor porcentaje y los casos I y II , los de mayor presencia. En términos generales se observa un comportamiento diferenciado por las empresas mineras; no obstante, el daño es el mismo. En los casos de incumplimiento se localizan diversas comunidades de San Martín de las Pirámides.

iv) Uso de los socavones en cerros como tiraderos de lodos tóxicos. En este caso se hallan las comunidades Tequexquináhuac, San Luis Huexotla, San Miguel Tlaixpan, San Nicolás Tlaminca (zona arqueológica Texcotzingo y área natural protegida), San Miguel Coatlinchan, San Dieguito (Xochimanca) y Tlapacoya (Ixtapaluca). Son algunas de las que registrarán esta afectación.

v) Finalmente, se llegó al intento de pensar la mutilación el cerro del Chiconautla (donde se encuentran petrograbados prehispánicos), en los límites de Ecatepec, Tecámac y Acolman. Ello, porque éste podría complicar las operaciones de despegue de aviones.

Anudando a eso, la principal obra de infraestructura vial aledaña al aeropuerto, la autopista Texcoco-Pirámides, de más de 17 kilómetros y que rodeará el NAICM, se construye en tierras ejidales de San Salvador Atenco y Texcoco.21 La Texcoco-Pirámides conectará las autopistas México-Pirámides y Peñón-Texcoco, así como el corredor México-Tuxpan, con la terminal aérea. Al respecto se reportaron múltiples enfrentamientos entre pobladores locales y funcionarios de gobierno, así como empleados de tales industrias. Los conflictos fueron un derivado de la inconformidad de habitantes de los municipios referidos.

Finalmente, afectaciones a la salud pública por la llamada “marea roja” derivada de los trabajos mineros a cielo abierto fueron también una constante que por varios meses señalaron habitantes de la región.22 

Muchas de las afectaciones son consecuencia de otra, en un espiral de devastación. La elección de la superficie del ex lago de Texcoco fue el centro del problema ambiental e hídrico.

Conclusión

La decisión de construir un nuevo aeropuerto fue política y estuvo acompañada de intereses económicos fundados en la ganancia de un lucrativo negocio inmobiliario, el cual durante los últimos 20 años fue el verdadero proyecto detrás de los múltiples intentos de ejecutar esa obra. La saturación del actual aeropuerto internacional de la Ciudad de México fue el motor mediante el cual se buscó su justificación. La invisibilización de sus efectos ambientales e hídricos en la cuenca del valle de México supuso uno de muchos errores que, aunados a la falta de planeación a escala metropolitana y a sus costos, al tiempo que salieron a la luz, enterraron este proyecto.


* Antropóloga social por la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa, estudiante del posgrado en desarrollo rural, Universidad Autónoma Metropolitana, Xochimilco, medina.alejandra.d@gmail.com

1 En agosto de 2014, el titular de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza, recibió tres proyectos propuesta para ocupar los terrenos del actual AICM, una vez construida la obra aeroportuaria en Texcoco. La consultoría española Idon realizó tres posibles propuestas de reocupación: a) Polo económico y urbano de oriente (Nuevo Santa Fe); b) Ciudad del ocio, cultura (Nuevo Chapultepec) y deporte; y c) Ciudad del conocimiento. Dirección URL: https://aristeguinoticias.com/3010/mexico/empresarios-pretendian-quedarse-con-terrenos-del-aicm-tenian-pensado-una-especie-de-santa-fe-amlo/

2 Quienes han estudiado la región Atenco-Texcoco, al oriente del estado de México, se han encontrado con la dificultad de tomarla por su división política; o bien, por sus características topográficas. Esta última ha sido la variable más utilizada para ubicar a los municipios de la zona.  Atenco y Texcoco experimentan afectaciones ambientales profundamente dañinas e irreversibles, y su región pertenece a lo que muchos estudiosos denominan el “Acolhuacán Septentrional”: el viejo señorío de Texcoco (Viqueira, 2001:133). Dicha región no es homogénea; por el contrario, su interior esta subdividido en subregiones, delimitadas por características topográficas.

3 En 2000, Vicente Fox, quien fuera el presidente que abanderaba la promesa de democrática en México, anunció la realización del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México. Para 2001 se formó el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), integrado -en ese momento- por habitantes de 13 pueblos de Atenco, los cuales serían afectados por la construcción de tal proyecto, dado un permiso expropiatorio promovido por el mismo mandatario. Un año después, el permiso fue cancelado, dando así una victoria a este grupo de comunidades que, cabe decir, tuvo gran fuerza porque logró conjuntar el descontento de la mayoría de habitantes de cada comunidad, canalizándolo con los grupos y cuadros preexistentes en la región.

4 De acuerdo con las investigaciones realizadas por la Organización, Desarrollo, Educación e Investigación, el proyecto está caracterizado por un financiamiento opaco y porque supone un negocio frágil y vulnerable. Al respecto, el control de 51 por ciento de la contratación lo concentran sólo 5 empresas. Se registra opacidad en el uso y manejo de recursos, pues no hay claridad sobre el porcentaje de recursos públicos y privados. También se detectaron contrataciones por contratos directos sin licitación. Del importe, 78 por ciento se concentra en apenas 15 contratos. Dirección URL:  https://torredecontrol.projectpoder.org

5 El pensamiento moderno también se caracteriza por una exclusión del papel activo de las mujeres en la sociedad. Es importante señalar la exclusión del papel femenino en la vida social en los ámbitos público-y la vida social pública. No estatus de ciudadana.

6 En su conjunto, tales voces iniciarían –desde el corazón mismo de la modernidad– la promoción de una postura crítica frente a los efectos hacia el ambiente derivados del sistema económico y su lógica capitalista.  Así, en ese marco comenzaría una serie de acciones a escala internacional, en aras de conjuntar las voces críticas pronunciadas desde distintas geografías.

7 Club de Roma es una organización no gubernamental fundada en tal ciudad en 1968 por un pequeño grupo, en el que había científicos y políticos. Sus miembros están preocupados por mejorar el futuro del mundo en el largo plazo de manera interdisciplinar y holística. Su publicación Los límites de crecimiento (1992) “indicaba que un crecimiento económico continuado llevaría a un colapso, sea por acumulación de la contaminación o por extinción de recursos” (Gudynas, 2004:49).

8 Fundado en 1985, el Grupo de los Cien es el defensor ambiental más influyente de México, compuesto por más de 100 personalidades destacadas en las artes, la cultura y la ciencia.

9 El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) es una universidad privada de investigación situada en Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos de América. Fundado en 1861 en respuesta a la creciente industrialización de EUA, el MIT adoptó un modelo universitario politécnico europeo e hizo hincapié en la instrucción de laboratorio en ciencia aplicada e ingeniería.

10 No obstante, también es cierto que hay problemáticas propias de cada dimensión que no necesariamente tienen relación. Los feminicidios o el comportamiento de una comunidad de hormigas, por ejemplo, son problemáticas aisladas una de otra. Es decir, en este sentido me refiero a las problemáticas que las conectan entre sí y que son además el eje trasversal de la presente crisis global (socioambiental).

11 La periodista señala que si bien desde hace muchos años ya era observable la conducta “flexible” de pasar de un lado a otro, dicho comportamiento político no es sólo más evidente ahora sino que no hay diferencia entre ser, simultáneamente, un funcionario público (tener un cargo en el Estado) y un empresario o mercader de negocios. Los ejemplos de este juego de “personajes” se observa en todo el mundo.

12 Dicha organización parte de señalar a la aviación como la principal causa del daño ambiental global. Adicionalmente, rechazan la construcción de las ciudades aeropuerto (aerotrópolis), parte de la planeación de centrales aéreas en todo el mundo, https://antiaero.org/tag/stay-grounded/

13 AM EDT (3 de julio de 2017). En 2019 abrirán el aeropuerto más grande del mundo: ¿cómo será? Dirección URL: http://www.telemundo.com/el-poder-en-ti/2017/07/03/en-2019-abriran-el-aeropuerto-mas-grande-del-mundo-como-sera?image=8249254

14 Quintana, M. (31 de marzo de 2014) Nuevo AICM en Tizayuca ofrecerá mejores oportunidades que en Texcoco. Dirección URL: http://t21.com.mx/aereo/2014/03/31/nuevo-aicm-tizayuca-ofreceria-mejores-oportunidades-que-texcoco

15 Esto es seis veces el tamaño del AICM Benito Juárez y del campus de Ciudad Universitaria.

16 Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, concesionario del proyecto, declaró que las cifras de uso y aprovechamiento de agua “no incluyen el desarrollo de aerotrópolis”.

17 De acuerdo con los resultados, la votación final arrojó 29 por ciento a favor de Texcoco y 69 a favor de acondicionar la base aérea de Santa Lucía, Zumpango. La segunda opción fue el proyecto que Andrés Manuel López Obrador, presidente electo de México, promovió durante su campaña, como remedio para la saturación del AICM.

18 El lago Nabor Carrillo podría considerarse en un papel ecológico como sitio de refugio, alimentación, reproducción y crianza de multitud de aves migratorias que llegan ahí cada año para el cultivo de Spirulina spp (cianobacterias) o de otras especies con pH óptimos altos y como un “bosque” o “pulmón” del área, pero resaltando la importancia de utilizar procesos de tratamiento primarios del agua que alimentan el lago más efectivos (Maya, Jiménez, 2002).

19 Salinas Cesáreo, J. (22 de agosto de 2018) Obras del NAICM acelerarán el agotamiento de acuíferos. Dirección URL: https://www.jornada.com.mx/2018/08/22/estados/027n1est

20 S/A (26 de septiembre de 2018) Sólo se garantiza el abasto de agua para el 2019 en CDMX. Dirección URL:  https://www.excelsior.com.mx/comunidad/solo-se-garantiza-el-abasto-de-agua-para-el-2019-en-cdmx/1267750

21 Periódico Regeneración (17 de julio de 2017), “Denuncian agresiones y daños al medio ambiente por construcción del NAICM”. Dirección URL:  https://regeneracion.mx/denuncian-agresiones-y-danos-al-medio-ambiente-por-construccion-del-naicm/

22 La Jornada (10 de junio de 2018), “Devastación ambiental y territorial por el NAICM, advierte el FPDT”. Dirección URL:  https://www.jornada.com.mx/2018/06/10/estados/022n1est

Bibliografía

Arias, J. (2018) “Aproximación multifactorial al NAICM”, en La Jornada.

Dirección URL: http://www.jornada.unam.mx/2018/03/25/cartones/0

Arrighi, G. (2018) “Spatial and other ‘fixes’ of historical capitalism”, en Chaos and governance in the modern world system. Minneapolis, MN: University of Minnesota Press. Pp. 45-89

Bartra, A. (2006). El capital en su laberinto. De la renta de la tierra a la renta de la vida. Universidad Autónoma de la Ciudad de México.

Carillo, M.; y Crispín, L. (2015) “Dinámica histórica de la región Atenco-Texcoco”, páginas 33-56, en Agricultura y campesinado en la región Atenco-Texcoco, Universidad Autónoma Chapingo, México, 2015.

Cruz, A. (2015) “La agricultura campesina, el desarrollo rural y su integración en la docencia de la MCDRR”, en Agricultura y campesinado en la región Atenco-Texcoco, Universidad Autónoma Chapingo, México, 2015.

Cruz, S. (2002). “Procesos urbanos y ‘ruralidad’ en la periferia de la zona metropolitana de la Ciudad de México”, en Estudios Demográficos y Urbanos, número 49, enero-abril de 2002, páginas 39-76, El Colegio de México, AC.

Distrito Federal, México. Dirección URL: http://www.redalyc.org/pdf/312/31204902.pdf

Escobar Toledo, Saúl, (1990), “La ruptura cardenista”, en Historia de la cuestión agraria mexicana. El cardenismo: un parteaguas histórico en el proceso agrario, tomo 5 (primera parte), Siglo XXI-CEHAM, México, páginas 9-38 (30 p).

Giddens, A. (1999), Un mundo desbocado, los efectos de la globalización en nuestras vidas, Taurus, página 95.

Giglia, A. (2010) Las reglas del desorden metropolitano mexicano. Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, Siglo XXI Editores, México.

Gudynas, E.; y Acosta, A. (2011) “La renovación de la crítica al desarrollo y el buen vivir como alternativa”, en Utopía y Praxis Latinoamericana, volumen 16, número 53, abril-junio de 2011. Universidad del Zulia
Maracaibo, Venezuela, páginas 71-83.

Gudynas, E. (2004) Ecología, Economía y Ética del Desarrollo Sostenible, quinta edición. Una mirada histórica del desarrollo sostenible, Centro Latino Americano de Ecología Social y Desarrollo, Economía, Ecología, Equidad América Latina para los textos originales, Montevideo, Uruguay, páginas 47-66.

Haesbaert, R. (2011) “Definir territorio para entender desterritorialización”, en El mito de la desterritorialización, del fin de los territorios a la multiterritorialidad. Siglo XXI, México, páginas 31-83.

Klein, N. (2007) “Un estado corporativo”, en La doctrina del shock, el auge del capitalismo del desastre. Ediciones Culturales Paidós,  páginas 413-438.

Godelier, M. (1996) Racionalidad e irracionalidad en la economía, Siglo XXI, México, páginas 268.

Harvey, D. (2002) “Globalization and the ‘spatial fix’, en Kapital Magazine. Dirección URL: https://publishup.uni-potsdam.de/opus4-ubp/frontdoor/deliver/index/docId/2251/file/gr2_01_Ess02.pdf

Iracheta, J. (2001) Las grandes ciudades en el contexto de la globalización: el caso de la zona metropolitana del valle de México, Toluca, México: UAEM.

Jiménez, M. (2010) “Comunidades de la ribera lacustre de Acolhuacán”, páginas 177-208, en Texcoco en el nuevo mileno, cambio y continuidad en una región periurbana del valle de México, Ibero, Ciudad de México, 2010.

Jessop, B. (2094) Spatial fixes, temporal fixes, and spatio-temporal fixes, Departamento de Sociología, Lancaster University, Lancaster LA1 4YL, Reino Unido, en http://www.comp.lancs.ac.uk/sociology/papers/jessop-spatio-temporal-fixes.pdf

Pérez, M.; y Zamora, S. (2010) “El mercado de ropa de Chiconcuac como detonador del desarrollo regional”, páginas 55-82, en Texcoco en el nuevo mileno, cambio y continuidad en una región periurbana del Valle de México, Ibero, Ciudad de México, 2010.

Magazine, R.; y Martínez, T. (2010) “Continuidad y cambio en la región de Texcoco”, páginas 13-30, en Texcoco en el nuevo mileno, cambio y continuidad en una región periurbana del valle de México, Ibero, Ciudad de México, 2010.

Magazine, R. (2010) “De la ciudad al pueblo: cambios en las prácticas laborales en el Acolhuacán neoliberal”, páginas 107-129, en Texcoco en el nuevo mileno, cambio y continuidad en una región periurbana del valle de México, Ibero, Ciudad de México, 2010.

Martínez Alier, J. (2006) El ecologismo de los pobres. Conflictos ambientales y lenguajes de valoración, segunda edición. Icaria-Flacso: Barcelona, 363 páginas.

Massieu, Y. (2016) “Sustentabilidad, soberanía alimentaria y políticas públicas en México, ¿misión imposible?”, en Reflexiones sobre la soberanía alimentaria, búsquedas y alternativas para el desarrollo en México, Torres, F., y otros (coordinador), UNAM, páginas 177-211.

Mercado, A.; y Ruiz, A. (2006) “El concepto de las crisis ambientales en los teóricos de la sociedad del riesgo”, en Espacios Públicos, volumen 9, número 18, páginas 194-213. Universidad Autónoma del Estado de México, Toluca, México.

Moreno, E. (2012)
 “Caracterización social urbana y territorial de la región oriente del estado de México”, en Quivera Revista de Estudios Territoriales, volumen 14, número 1, enero-junio de 2012, páginas 2-19,
Universidad Autónoma del Estado de México,
Toluca, México.

O’Connor, J. (2000) “¿Es posible el capitalismo sostenible?”, en Papeles de Población, volumen 6, número 24, abril-junio de 2000 Universidad Autónoma del Estado de México, Toluca, México.

Soto, J. (2016) “La reducción del suelo agrícola en la región de Texcoco, estado de México”, en revista Alteridades, Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa, año 5, número 9, septiembre de 2015-febrero de 2016.

Dirección URL: http://www.udgvirtual.udg.mx/paakat/index.php/paakat/article/view/238/378

Toledo, V. (2014) “México, contexto social, cultural e histórico de sus contextos regionales”, en México, regiones que caminan hacia la sustentabilidad. Universidad Iberoamericana de Puebla, páginas 35-175.

_____ (2012). “Consenso de los commodities, giro ecoterritorial y pensamiento crítico en América Latina”, En OSAL (Buenos Aires: Clacso), año XIII, número 32, noviembre.