Desde los inicios de la pandemia de Covid-19 los opositores a la Cuarta Transformación (4T) han intentado, por todos los medios, demostrar que el gobierno está haciendo un mal trabajo y que en poco tiempo las calles se iban a llenar de cadáveres.
En un principio se criticó al gobierno por no actuar a tiempo, argumentando que se debería obligar a la población a quedarse en casa. El gobierno argumentó que no era necesario entrar tan rápido en esa fase porque el número de contagios no lo ameritaba, que la ciudadanía tenía que seguir trabajando porque ya llegaría el día en que no lo podríamos hacer y que nunca usaría la fuerza pública contra el mismo pueblo. Al mismo tiempo se criticó al presidente por besar a una niña y por seguir yendo a giras sin respetar la sana distancia.
Poco a poco el gobierno demostró que tenía razón y entonces surgió un líder carismático en la Secretaría de Salud que generó mucha confianza en la población y que hizo que el pueblo se sintiera seguro y confiado en el desempeño de su gobierno para encarar la situación; el Dr. Hugo López Gatell.
Al ver que las cosas no resultaban como esperaban, la oposición intentó demostrar que el problema no era que el Gobierno de México estuviera trabajando bien, sino que sus datos estaban mal. Se llegó al grado de que, el día 18 de abril, en el noticiero de Hechos con Javier Alatorre se exhortó a la población a que no le hicieran caso a López Gatell (debido a que supuestamente varios gobernadores habían desmentido su información y hasta él mismo habría “aceptado sus falsedades” en una entrevista con The Wall Street Journal). Lo que obligó al Dr. López Gatell a negar esta información (incluso el presidente tuvo que subir un video para mitigar el impacto en las redes) y a demostrar que sus datos eran correctos y que ellos no los generaban sino que eran los propios estados los que mandaban la información.
Este no es el único ejemplo de conflicto entre los medios de comunicación y el gobierno, con mucha frecuencia se transmiten imágenes de personas diciendo que el gobierno los está matando o que no existe el Coronavirus-191 o imágenes en donde la gente narra que tuvieron que recorrer varios hospitales cargando a sus enfermos (principalmente personas de tercera edad) para poder ser atendidos,2 pero lo que nunca se aclara es que eso no se debe de hacer: la gente no debe salir de sus casas a buscar hospitales sino que tiene que hablar al 911 para que de ahí los canalicen (e inclusive les manden una ambulancia). Esta información se omite siempre.
Los dos argumentos que mejor le han funcionado a la oposición en esta pandemia son, en primer lugar, los que dicen que se están clasificando mal las defunciones (señalan que las muertes se registran como si fueran de neumonía atípica cuando en realidad son de Covid-19) y, en segundo, los que indican que no se están realizando el número de pruebas necesarias.
En cuanto a la mala clasificación de las muertes, el Dr. Hugo López Gatell lo ha negado en diferentes entrevistas, explicando paso a paso porqué no están mal clasificadas,3 todo esto mientras muestra su inconformidad ante cómo mucha gente toma esta información más preocupados por demostrar que el gobierno está equivocado y no como un acto de solidaridad o empatía con la persona fallecida.4
Respecto a la falta de pruebas (aunque la Organización Mundial de la Salud le ha dado la razón a México en cuanto al manejo de la información)5 la oposición insiste en que no se hacen las pruebas suficientes y que el problema se va a salir de control.
Este argumento lo han querido sostener a base de bombardear en las redes sociales con noticias falsas o maliciosas. Un ejemplo de esto es el caso del post que circula en redes sociales publicado a finales de marzo. En ese post se comparaba a México con países que, en primer lugar, no tenía sentido comparar, ya que son países seleccionados sin algún criterio explícito (como podría ser, por ejemplo, el de si pertenecen a una organización internacional, una región en específico o a partir del tamaño de su población) y no solo eso, sino que inclusive se usaba información de México con datos de los primeros días de marzo y la de los otros países con datos del 24 o 25 de marzo, o donde se compara a México con países que reportan pruebas moleculares junto con pruebas rápidas, mientras que México solo hace pruebas moleculares porque no se le hacen confiables las pruebas rápidas.
Dado que la empresa que hizo este estudio no ubicó a México en el mapa, la oposición lo hizo de manera manual, he aquí la imagen que circularon:
Posteriormente empezó a circular otro post donde se mostraba a México como el país que ha realizado menos pruebas de Covid-19 en relación con los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). La diferencia entre las pruebas entre países es enorme, es por esto que se cuestiona “¿cómo se puede combatir algo que no se mide? ¿Cómo se puede decir que aquí todo está controlado si no se han realizado las pruebas necesarias?”
La finalidad de este artículo es entender, a través de analizar esta gráfica, si es necesario aplicar un mayor número de pruebas o si el número de pruebas no es tan relevante siempre y cuando se cumpla el objetivo de salir de esta pandemia lo mejor librados posible.
Al parecer la gráfica anterior fue realizada por el gabinete de la presidencia del Gobierno de España para demostrar que este país estaba haciendo las pruebas suficientes. Alguien vio el documento y decidió trasladarlo a México para demostrar que no realizábamos las pruebas convenientes y que, comparados con los países que integran la OCDE (a la cual pertenece México junto con otros 35 países), nos ubicábamos en último lugar con apenas 0.4 pruebas por cada mil habitantes, lejos del promedio que es de 22.9 pruebas por cada mil habitantes y muy por debajo de las pruebas realizadas por Islandia, que se encuentra como el país con mayor número de pruebas con 134.9 por cada mil habitantes.
Si bien es cierto que México es el país con menos pruebas, las preguntas que debemos hacernos son: ¿Es importante hacer muchas pruebas? ¿Cuánto le costaría a México estar en el promedio de pruebas realizadas? Y por último ¿es verdad que México no puede actuar sobre algo que aparentemente no midió?
Para contestar estas preguntas decidí hacer una nueva tabla (Figura 3) tomando como referencia la gráfica publicada por Our World in Data (Figura 2) pero actualizando los datos,6 y por otro lado agregando los datos de número de contagios y número de decesos de cada país,7 para poder hacer un análisis más robusto (con información del día 28 de abril).
Esta nueva tabla está dividida en dos, entre los 18 países que han realizado menos pruebas y los 18 con mayor número de pruebas.
En la tabla se ven los países que conforman la OCDE ordenados por el país con menor número de pruebas realizadas, al país con mayor número de pruebas. Además, incluí los datos de su tamaño de población, el lugar que ocupan en cuanto a tamaño de población (numerado de mayor a menor población), el dato de la gráfica de número de pruebas realizadas por cada 10 mil habitantes, el número de pruebas realizadas, la fecha en que el portal actualizó la información de número de pruebas, el total de casos confirmados con Covid-19, el total de decesos por Covid-19, el número de casos confirmados por cada 10 mil habitantes, la posición que ocupa (numerada de menor a mayor) en cuanto a casos confirmados por cada 10 mil habitantes, el número de decesos por cada 10 mil habitantes, la posición que ocupa (de menor a mayor) en cuanto a decesos por cada 10 mil habitantes, y por último el porcentaje de casos confirmados entre el total de pruebas realizadas.
El primer dato importante que podemos observar es que hasta abajo de la tabla (o sea, en la sección de los países con más pruebas realizadas por cada mil habitantes) se encuentran los países con menos población de la OCDE. Islandia cuenta con 341,245 habitantes y Luxemburgo con 625,963, mientras que los países de hasta arriba son el segundo y tercer país con mayor número de población: México con 130,185,417 habitantes y Japón con 126,350,000. Esto indica que los países con menor número de población van a ser los que reflejen un mayor número de pruebas por cada mil habitantes, mientras que en los países con mayor número de población no se ve reflejado el esfuerzo del número de pruebas que hacen. Solo para ilustrar pongo el ejemplo de Islandia y México y también el de Estados Unidos.
El número de pruebas que ha hecho Islandia representa el 75% del total de las pruebas que ha realizado México (47,532 vs. 62,489) pero dado el tamaño de población de México, el número de pruebas que debería hacer para lograr estar a la par de Islandia (respecto a las pruebas por cada mil habitantes, que en el caso islandés es de 139.29) tendría que ser de 18,133,527, si quisiera estar a la par que el promedio de la gráfica (figura 2) que es de 22.9, México tendría que hacer 2,981,246 pruebas. Si el costo de la prueba fuera de mil pesos (en hospitales privados se pueden realizar por dos mil pesos y suponiendo que el gobierno de México pagara la mitad) México tendría que pagar $2,981,246,042 para estar en el promedio y $18,133,526,688 para estar igual que Islandia en la tabla. La pregunta es ¿usted gastaría 3 mil o 18 mil millones para detectar contagios o los usaría mejor para equipar a los hospitales (o mejor, para construir hospitales)? Si su respuesta es que sí realizaría las pruebas, le comento que en el caso de Islandia, Lituania y Estonia menos de 4 de cada 100 pruebas resultan positivas y, por otro lado, el que usted se realice la prueba el día de hoy no significa “inmunidad”, es decir, el día de mañana puede contagiarse y se requerirá que se le realice otra vez la prueba.
Por último me gustaría exponer el caso de los Estados Unidos, el cual ha hecho casi el mismo número de pruebas que la suma de los 16 países con el mayor número de pruebas por cada mil habitantes. EUA ha hecho un total de 5,593,495 pruebas vs. 6,567,774 que han hecho los otros países (representando un 85%) y aun así no logra estar por encima del promedio debido al tamaño de población.
En cuanto a la efectividad de la realización de pruebas, me parece que la mejor manera de analizarla es en comparación con el número de decesos que tiene cada país en relación a su población. Si tomamos los decesos por cada 10 mil habitantes, México tiene 0.11, Japón 0.03 y Australia 0.04, ocupando las posiciones (7, 1 y 2) en países con menos decesos (estos países se ubican entre los 18 con menos pruebas realizadas). Por otro lado, vemos que los países con mayor número de decesos son Bélgica con 6.47, España 5.19 e Italia 4.58, de estos países sólo Bélgica se ubica entre los países con menos pruebas y España e Italia entre los países con mayor número de pruebas. Islandia y Luxemburgo (que son los países con mayor número de pruebas) ocupan el lugar 14 y 26 en cuanto a países con menos decesos por cada 100 mil habitantes.
En conclusión, no se ve reflejado que los países que han hecho un mayor número de pruebas sean los que obtuvieron los mejores resultados en cuanto al número de decesos; si eres un país pequeño y con recursos no está de más hacer muchas pruebas pero si eres un país con gran tamaño de población lo mejor sería usar otra estrategia como lo hicieron Japón y México.
La tercera pregunta ¿es verdad que México no puede actuar sobre algo que no midió? La respuesta es que sí puede actuar, siempre y cuando lo sepa estimar.
En las conferencias vespertinas, el Dr. Hugo López Gatell ha hecho mención de que detrás de las proyecciones que se presentan se encuentra un equipo de científicos de la UNAM y de CONACYT. Este dato es muy importante porque pienso que en las últimas dos décadas, quizás desde el intento del presidente Fox de privatizar a la UNAM, no se hacía mención de los excelentes matemáticos e investigadores con los que cuenta la UNAM o por lo menos no de manera tan abierta.
La UNAM tiene un sitio en internet,8 en donde todos los días se muestra una actualización del número inferido de posibles casos con contagio de Covid-19. Por lo que con este dato y junto con la información que se da todas las noches sobre el reporte de casos se puede llegar a estimar el tamaño del problema.
El día 2 de mayo, la UNAM publicó en su página que el número estimado de casos inferidos son 170,060 y en la conferencia de prensa del Dr. Hugo López Gatell se informó que había 20,739 casos confirmados, 1,972 defunciones y que el 39.64% de las personas contagiadas requirieron hospitalización.
El dato de los casos estimados es muy alto, sin embargo, se explica porque en el caso mexicano se ha pedido a las personas que tienen los síntomas (y que no representan un grupo de riesgo) que se queden en casa y no salgan a realizarse la prueba, por lo tanto, todos esos casos no se registran como confirmados.
Sin embargo, consideramos que el gobierno de México y la Secretaría de Salud saben perfectamente cuál es el tamaño del problema de la pandemia en México, se tiene bien medido y esto le ha permitido generar estimaciones para calcular cuándo entrar a cada fase, cuándo se va a tener el mayor número de contagios y cuándo vamos a tener mayores problemas de saturación en hospitales.
La gran conclusión es que si bien sí es importante hacer pruebas y hay que hacer las necesarias para evitar que el país sufra una catástrofe, al final lo importante no es obtener una estrellita en número de pruebas sino lograr el menor número de fallecimientos, dadas las condiciones en que se dejó el sistema de salud luego de 30 años de neoliberalismo.
Para lograr esto es importante seguir las instrucciones de la Secretaría de Salud: si no tienes nada por lo que salir, quédate en casa; si tienes que salir, usa tu sana distancia; si te contagias y no eres del grupo de riesgo, quédate en casa (si no hay complicaciones en catorce días estarás curado); y si estas contagiado (tienes problemas para respirar o eres del grupo de riesgo por edad o enfermedad) habla al 911 o a LOCATEL, ellos te asignarán un hospital, en algunos casos te enviarán una ambulancia y sino sabrás a cuál hospital dirigirte con disponibilidad de camas y de servicios de intubación.
Por otro lado lo que México ha hecho y evaluamos que ha sido lo correcto es:
En primer lugar, basar su estrategia en un modelo matemático que le permitió estimar y predecir el comportamiento de la epidemia, lo que le posibilitó intervenir en los momentos necesarios. El problema ha sido abordado por un grupo de científicos (expertos de la UNAM y del CONACYT) y no por políticos, grupo encabezado por los doctores Jorge Alcocer y Hugo López Gatell.
En segundo lugar, como expliqué al principio, resistir a las presiones, principalmente de la oposición, ex secretarios de salud, de la industria farmacéutica y la medicina privada, que sin argumentos sólidos y sin tener la información completa, quería marcar la pauta de cómo enfrentar la crisis (en una semana México se convirtió en un país de expertos en epidemiología).
En tercer lugar, el informar y ser transparentes desde un principio generó seguridad en la ciudadanía e hizo que la oposición tuviera menos herramientas para desinformar y desestabilizar, como lo busca. Todos los días a las siete de la noche a partir del 27 de febrero y de manera ininterrumpida, el Dr. Hugo López Gatell ha informado de la situación del país en relación al Covid-19. Responde a todas las preguntas que se le formulan y aunque se cuestione la validez de la información siempre se explica cómo se obtuvo, quién la obtuvo y por qué es importante esta información y no otra, además de que se ha abordado el problema desde varias dimensiones: de género, de poblaciones vulnerabilizadas, de adicciones, de las enfermeras, de la salud mental, etcétera y se han respondido a varios grupos, entre ellos a la infancia.
En cuarto, integrar a todas las secretarías. Considero que en los últimos 20 años y en todas las situaciones desafortunadas que ha vivido México no se había visto tal articulación en un gobierno y esto es gracias al liderazgo del presidente, obtenido por el respaldo popular.
Por último, considero que el gobierno tiene un punto fundamental a su favor al haber actuado sin acudir a una línea autoritaria -como otros países sí lo han hecho. Generando una corresponsabilidad entre gobierno y ciudadanía, se buscó la empatía con un pueblo que sabía que quedarse en casa era un sacrificio, pero al final era la única forma de afrontar de mejor manera el problema.
Espero de todo corazón que cuando usted lea este artículo, México haya podido sortear la pandemia con buenos resultados, por el bien del país y de todos nosotros.
NOTAS
* Salvador Arana es comunicólogo y doctor en Ciencias y Humanidades para el Desarrollo Interdisciplinario, por la Universidad Autónoma de Coahuila. Agradece a Fernando Arana Blanco y Lorena Baca Terán por su apoyo para la elaboración del texto.
1 https://www.youtube.com/watch?v=8AIp0vfKOuY
2 https://www.youtube.com/watch?v=hym6BWc31lI, https://www.youtube.com/watch?v=cyEqYQl43Kw,https://www.youtube.com/watch?v=z_-o_GczBoQ, https://www.youtube.com/watch?v=4KblTLZAQUQ
3 https://www.youtube.com/watch?v=A9b18DLR89U min 29
4 “Me llama un poco la atención que de repente viene por oleadas en las redes sociales y en las columnas periodísticas, una angustia muy importante sobre las neumonías atípicas, y pocas veces veo que esa angustia este como un acto de empatía y de compasión y de respeto y de cariño a las personas que tristemente pierden la vida, más me parece como una obsesión en términos de una confusión o de la persistencia a la ignorancia a pesar de que aquí lo hemos explicado pero que con mucho gusto lo volvemos a explicar las veces que sean necesarias” https://www.youtube.com/watch?v=A9b18DLR89U min 40
5 https://www.facebook.com/watch/?v=369362033979993 min 48.57
7 https://gisanddata.maps.arcgis.com/apps/opsdashboard/index.html#/bda7594740fd40299423467b48e9ecf6