MARXISMO LATINOAMERICANO, ACUMULACIÓN Y  SUBJETIVIDAD

La reconfiguración de la dinámica sociopolítica y cultural de Latinoamérica de estas últimas décadas merece ser analizada no solo desde un enfoque histórico e interdisciplinario sino además desde una perspectiva crítica, ya que si solo se abordan los avances de los llamados gobiernos progresistas (pink tide) se corre el riesgo de omitir el constante gatopardismo de las diversas administraciones. En ese sentido, la obra Accumulation and Subjectivity. Rethinking Marx in Latin America, coordinada por la investigadora Karen Benezra es pertinente puesto que, a partir de diferentes interpretaciones (marxistas y postmarxistas), los trabajos allí reunidos dan cuenta tanto de la relación entre acumulación y subjetividad como de los antagonismos de la actual formación social. Dividido en cuatro partes, esta obra analiza la economía política dentro de coyunturas políticas específicas.  

La primera parte titulada “Property and History” discute nociones centrales de la teoría marxista: noción de forma (M. Tomba; K. Benezra), despojo (D. Kazanjian) y subdesarrollo estructural (S. Villalobos-Ruminott). En el texto “On Subsumption as Form and the Use of Asynchronies” Massimiliano Tomba observa tanto la dinámica asimétrica entre centro y periferia como la existencia de diferentes temporalidades para una nueva comprensión de la noción de “subsunción formal”. Aunque el autor no acepta la tesis de un capitalismo racial (Racial capitalism), reconoce el papel del racismo, de la violencia colonial y de la estructura patriarcal en la consolidación de formas de dominación que se articulan con el capitalismo: nuevas divisiones raciales del trabajo, zonas de valorización, etc. (p. 31). En ese sentido, el autor sostiene que es necesario una interpretación que apunte a la multiplicidad de formas de trabajo asalariado y no-asalariado de la globalización neoliberal puesto que nos encontramos ante nuevas formas híbridas de subsunción (p. 33). Siguiendo a K. Marx −aquel del intercambio epistolar con la revolucionaria rusa Vera Zasúlich−, el autor pugna por la posibilidad de un nuevo régimen que combine tiempos históricos en la línea del proyecto de José Carlos Mariátegui. Por su parte, David Kazanjian en “I am he”: A History of Dispossession’s Not-Yet-Present in Colonial Yucatán”, a la luz de El Capital, concretamente del capítulo sobre “La llamada acumulación originaria”, examina la historia de un esclavo afro-yucateco de finales del siglo XVII llamado Juan Patricio acusado de golpear al sacerdote don Ignacio de Esquivel para mostrar la crítica al despojo que no presuponen la posesión previa. A través de la figura del “ejido”, el autor muestra la ambivalencia de formas de posesión impuestas por la Corona española y, al mismo tiempo, reivindicadas por algunos discursos contemporáneos. En “Latin American Marxism: History and Accumulation” Sergio Villalobos-Ruminott aborda los debates marxistas de la década del setenta en torno a la transición del modo de producción, sobre todo, aquellos protagonizados por los teóricos de la dependencia. Sin soslayar el papel de José Carlos Mariátegui en la elaboración de un socialismo original (p. 70), Villalobos-Ruminott considera que los aportes de los teóricos de la dependencia (A. Gunder Frank, E. Faletto, F. Henrique Cardoso, R. Mauro Marini, entre otros) son cruciales no solo para entender la especificidad estructural de Latinoamérica sino además para comprender el peso del imperialismo (p. 74). Si bien, nos dice el autor, la teoría de la Dependencia no fue propiamente hablando una teoría marxista, se inspiró de esta última para explicar la estructura económica como fenómeno internacional e interrelacionado y, por tanto, entender el subdesarrollo económico de la periferia latinoamericana. Cierto, el autor también señala la incapacidad de la teoría de la dependencia para formular la “articulación” entre el modo de producción capitalista con diferentes formaciones socio-económicas precapitalistas en torno a las cuestiones de superexplotación de la fuerza de trabajo local y de los recursos naturales (p. 75). A través de las críticas formuladas por R. Bartra y R. Zavaleta Mercado, Villalobos-Ruminott hace hincapié en las críticas de las teorías normativas y lineales del desarrollo histórico (p. 77). Además, y no menos importante, el autor rescata la importancia de la noción de “colonialismo interno” acuñada por el sociólogo Pablo González Casanova. Finalmente, en “Accumulation as Total Conversion”, Karen Benezra ensaya una interpretación de la noción de transculturación  −propuesta por el antropólogo cubano Fernando Ortiz− en la obra del escritor y antropólogo peruano José María Arguedas con la finalidad de entender el impacto de la expansión capitalista en el altiplano central peruano. De ahí que, para la autora, la vida material y el contenido ético de las comunidades sirvan como un obstáculo para la expansión del capital.     

En “Class and Totality”, segunda parte de la obra, se continúa reflexionando en torno a nociones marxistas: formación socio-económica (M. Starcenbaum), totalidad (J. Ortega) y clase social (P. Pérez Wilson). En “José Aricó and the concept of socioeconomic formation” Marcelo Starcenbaum observa el lugar de la noción de formación social en la obra del pensador argentino José Aricó y, por tanto, su importancia para la renovación del marxismo. Ante las limitantes teórico-políticas del concepto de modo de producción, la noción de formación socioeconómica permitió un acercamiento a la totalidad, esta última compuesta por diversos modos de producción (p. 118). Frente a las interpretaciones economicistas, la noción de formación socioeconómica subrayó la singularidad social e histórica de las sociedades. Para ello, a través del estudio del papel de Cuadernos de Pasado y Presente, el autor examina su impacto en la renovación del pensamiento político de izquierda en Argentina. En ese sentido, el autor señala de manera pertinente, la publicación, en 1973, del Cuaderno 39 titulado “El concepto de formación económico-social”. Por su lado, el investigador Jaime Ortega Reyna aborda, en el texto titulado “An Irresolvable Tension: The Part or the Whole?”, la tensión entre Totalidad y Contingencia en la obra del sociólogo boliviano René Zavaleta Mercado en el marco de la “crisis del marxismo”. Por medio de la noción de abigarramiento, que refiere a contextos sociales donde conviven diferentes momentos históricos y distintas relaciones jurídicas, Ortega Reyna sostiene que Zavaleta Mercado “define un espacio social el cual está configurado por diferentes modos de producción −con sus respectivas formas de articulación y de temporalidad− y, así, pone en cuestión a las concepciones teleológicas y del progreso de la historia en la teoría marxista”. (p. 146). En ese sentido, Ortega Reyna está convencido que la noción de abigarramiento cumple un doble propósito, por un lado, da cuenta de la formación socioeconómica boliviana y, por el otro, teoriza el potencial revolucionario. En “Class and Accumulation” Pablo Pérez Wilson advierte sobre la importancia de la noción de clase social en el análisis de la lógica neoliberal. Al respecto, nos dice el autor, la intersección entre clase y acumulación es crucial para entender tanto la constitución ideológica del Estado-nación como el desarrollo específico del capitalismo (p. 157). Atendiendo el caso del Chile neoliberal y sus respectivos cambios en el régimen de acumulación, Pérez Wilson observa que los conflictos sociales (protestas estudiantiles y movilizaciones populares) han sido un terreno fértil para la reemergencia de la noción de clase en el espacio académico. 

La tercera parte de la obra “Sovereignty and Debt” se concentra en las consecuencias legales, culturales y sociales de los mecanismos de acumulación contemporáneas. En “The ‘Insurgent Subject’ versus Accumulation by Dispossession in Álvaro García Linera and Jorge Sanjinés” la investigadora Irina A. Feldman examina la agenda de Evo Morales (Movimiento al Socialismo-MAS) en relación con la noción de acumulación. En diálogo con algunas ideas de Álvaro García Linera (principalmente las esbozadas en su obra Las tensiones creativas del Proceso de Cambio) y, a la luz del film Insurgentes de Jorge Sanjinés, la autora muestra los avances, pero también las contradicciones y limites, de la administración del MAS. Frente al proceso de la acumulación por despojo (D. Harvey), señala la autora, la propuesta de García Linera fue la de oponer la acumulación de las historias indígenas, anticoloniales y antiimperialistas de los sujetos en acción (p. 180). Si bien la autora propone una lectura benjaminiana de la película de Sanjinés para mostrar la memoria de las luchas insurgentes, desde las asonadas anticoloniales (Túpac Katari, Batolina Sisa, etc.) hasta la victoria electoral de Evo Morales, nos parece que si hubiera recurrido a los aportes de la socióloga Silvia Rivera Cusicanqui (experta en sociología visual y crítica de las administraciones del MAS) quizá hubiera tenido una mirada más cercana y en concordancia a las tesis “Sobre el concepto de historia”, esto es, mostrar que “el estado de excepción” en el que vivimos es la regla (Tesis VIII) y, en ese sentido, entender que la ideología del progreso, expresada todavía en los discursos del MAS, es la catástrofe. En lo que respecta al trabajo de Alessandro Fornazzari, titulado “Debt, Violence, and Subjectivity”, observamos, a través de los ensayos y crónicas de Ricardo Piglia, de Pedro Lemebel y de Witold Gombrowicz, el problema de la deuda. Apoyado principalmente en los aportes de Maurizio Lazzarato, el autor examina la relación entre acreedor y deudor con la finalidad de subrayar tanto la intensificación de la alienación como los cambios en el régimen de acumulación. Por nuestra parte, consideramos que tanto el texto “Capitalismo como religión” (1921) de Walter Benjamin como los trabajos de los teólogos de la liberación (Franz Hinkelammert, Hugo Assmann, Jung Mo Sung, Alberto Moreira, Allan Coelho, por mencionar solo algunos) en los que también se aborda la cuestión de la deuda, siguen siendo actuales pues permiten entender la dimensión religiosa de una sociedad que se concibe como secular pero que, en el fondo, no escapa a la lógica del fetichismo. En “Psychotic Violence: Crime and Consumption in the Apocalyptic Phase of Capitalism”, Horacio Legrás examina el caso de los feminicidios de ciudad Juárez en relación con la dinámica neoliberal. Apoyado en los trabajos de Sergio González y de Rita Segato (concretamente en la idea de “Segundo Estado”), Legrás apunta la relación entre la maquila y la violencia contra las mujeres con la finalidad de entender las formas ilegales de acumulación (p. 220). Finalmente, en “Postmigrancy: Borders, Primitive Accumulation, and Labor at the U.S./Mexico Border” Abraham Acosta se enfoca en el análisis de la transformación que sufrió la jurisprudencia durante la década del ochenta y, de ese modo, observar su impacto en las medidas migratorias. Inspirado en un pasaje de El Capital, concretamente en el de la acumulación originaria, el autor subraya el papel de las políticas de seguridad en el trato que se le otorga a los migrantes centroamericanos. En ese sentido, y siguiendo las ideas de M. Tomba, Acosta sostiene que las fronteras crean “nuevas divisiones raciales del trabajo” (p. 243). Por nuestra parte, y después de leer este capítulo, nos preguntamos sobre cuál sería el papel de La Guardia Nacional de México en el proceso que el autor denomina como “post-migración” (p. 248).

La cuarta y última parte de esta obra, “The Subject and Nature”, reúne trabajos en torno a la noción de sujeto. En “Marx’s Theory of the Subject” Bruno Bosteels hace hincapié en que el efecto ideológico más poderoso del capitalismo −como modo de producción− es el hecho de ocultar su carácter histórico (p. 256). A través de una sugerente interpretación de la lógica hegeliana y de los Grundrisse (Elementos fundamentales para la crítica de la economía política) de K. Marx, Bosteels sostiene que el autor de El Capital ofrece una particular teoría del sujeto la cual es dialéctica pero, sobre todo, histórica. (p. 262). En esa misma vena, cabe hacer mención la lectura que hizo, entre agosto y septiembre de 1914, Lenin de la Lógica de Hegel provocando una superación de las taras de la II Internacional y alejándose de algunas concepciones filosóficas kausty-plejánovistas. Por su lado, Orlando Betancor, en “The Impasses of Environmentalism: Subjectivity and Accumulation in the World-Ecology Project”, aborda el lugar de la subjetividad en los discursos ecologistas que buscan superar la división entre naturaleza y sociedad. Tomando como eje de discusión el trabajo de Jason Moore, el autor discute los límites del discurso del Antropoceno. Desde una perspectiva materialista, Betancor señala de manera pertinente que la devaluación de la naturaleza, y la paralela inferiorización de los pueblos colonizados, de las mujeres y de los esclavos, son las condiciones materiales del proceso de auto-valorización del capital (p. 279). Por tanto, más allá de los despolitizados discursos verdes, el autor sugiere que para entender la crisis ambiental debemos tomar en serio el conflicto entre el objeto del capital (acumulación) y el sujeto. Cierra este capítulo, el texto “Non-Capital’ and the Torsion of the Subject” looks to Badiou’s Theory of the Subject” de Gavin Walker en el que el autor examina, a través de la Teoría del Sujeto del filósofo francés Alain Badiou, la emergencia de una subjetividad revolucionaria. 

En términos generales, esta obra cumple un doble objetivo, por un lado, esboza líneas interesantes para entender la relación, siempre conflictiva, entre acumulación y subjetividad y, por el otro, muestra la fertilidad y actualidad del pensamiento marxista en la compresión no solo de las transformaciones sociopolíticas y económicas en Latinoamérica sino también de la dinámica global del capitalismo.