EDITORIAL
Después de más de tres años de silencio, Memoria vuelve en un contexto nacional preocupante, en medio de una clara ofensiva de las clases dominantes, una embestida reaccionaria compuesta de violencia y de políticas neoliberales. Simultáneamente, desde el otro lado, desde las trincheras de la resistencia cotidiana surgen siempre más frecuentes y prolongados episodios de rebelión.
En medio de este escenario de confrontación, es tarea imprescindible pensar desde la izquierda como postura y en las izquierdas realmente existentes a profundidad, con rigor y sistematicidad, como se venía haciendo obstinadamente en una larga trayectoria, única en nuestro país, de 20 años y 252 números de una revista militante, con un explícito talante anticapitalista, socialista y marxista como fue, y ahora sigue siendo, Memoria.
Retomamos con orgullo los hilos conductores de esta historia de reflexión y de intervención política, las mismas preocupaciones, los mismos acentos, las mismas armas de la crítica que nunca debieron ser depuestas. Al mismo tiempo, apuntamos a un recambio generacional, a abrir un espacio y dar la palabra a una oleada de jóvenes cuya combatividad y radicalidad, demostrada en los últimos años de movilizaciones, va de la mano de su perspicacia crítica y su mirada cargada de perspectivas emancipadoras. Para ello abrimos y mantendremos una serie de columnas, para que la reflexión de destacados integrantes de esta generación se prolongue, se trence y se acumule. No deja de ser sintomático que, de forma espontánea, sus contribuciones en este primer número de la nueva época se sincronizaron en una nítida frecuencia anticapitalista, en torno a la antinomia entre la crítica de la forma y la dinámica del capitalismo y el análisis de experiencias de luchas sociales.
Lo nuevo que no acaba de nacer será obra de esta generación o no será. Otras, formadas por reconocidos compañeros, siguen contribuyendo con experiencia política y con frescura intelectual. Si no se replegaron cuando se volvió de moda convertirse al liberalismo y subordinarse al poder instituido, no lo harán ahora que se encuentran con una juventud que se politiza, organiza y moviliza. Varios de ellos vierten sus reflexiones y sus aportes ya en este primer número, cuyo dossier se centra en el núcleo duro de nuestras preocupaciones: entender el estado actual de las izquierdas mexicanas como punto de partida para pensar e impulsar su fortalecimiento y crecimiento a partir de un perfil radical.
Para generar un primer paso en esta dirección hemos convocado a nueve intelectuales comprometidos con distintas posiciones políticas como forma de dar cuenta de un espectro y abrir un ejercicio de debate, un diálogo necesario para discernir las tensiones y las tendencias de la coyuntura pero también para entablar un intercambio desde la diferencia, sin la pretensión de forzar la unidad pero con la intención de fomentar la convergencia, como condición para hacer frente a las derechas mexicanas, mucho más compactas, al ser el brazo político de clases dominantes con más conciencia de sus intereses, que la mayoría de las clases subalternas.
Un primer ejercicio de debate al que convocamos se sumen otras voces, otras posturas, otras publicaciones para que se pueda expresar cabalmente la naturaleza irreductiblemente plural de las izquierdas mexicanas y que su libre expresión crítica sirva para, sin renunciar a la riqueza de la diferencia y del debate, depurar los prejuicios y las desconfianzas, en muchos casos injustificables, simples productos de cierres autoreferenciales y sectarismos. Creemos que la apertura del debate oxigenará a las izquierdas y nos permitirá a todos pensar con mayor lucidez, como condición para actuar con más eficacia, de forma coordinada y convergente, en los distintos ámbitos de lucha.
Buena lectura.
Massimo Modonesi
UN NÚMERO ILUSTRADO POR DEMIÁN FLORES*
Memoria regresa con un nuevo diseño y el orgullo de que este número se encuentre ilustrado en su totalidad con dibujos del artista juchiteco Demián Flores.
En la larga tradición de artistas mexicanos comprometidos tanto con su trabajo como con las luchas de sus tiempos, el arte actual mexicano cuenta sin lugar a dudas con Demián.
Incasable creador de imágenes, mezclador de gráficas -y también sonidos-, Demián reunió en el libro Dibujos, de 2010, nueve series de trabajos, de los cuales ofreció solidariamente a Memoria una selección.
Esta obra, como él mismo dice, se realizó con un método de trabajo de recuperación, recorte y montaje, logrando una mezcla irónico-lúdica, político-social y de juegos entre la lógica y el absurdo.
Además de los reconocimientos nacionales e internacionales a su trabajo, Demián también es un destacado promotor cultural. Su ímpetu creativo y su compromiso social lo han llevado a fundar varios espacios culturales en Oaxaca y la Ciudad de México, y a ser un compartidor de técnicas, ánimos y lenguajes plásticos con los jóvenes que participan en sus talleres y clínicas.
Esperamos que al pasar las páginas de la revista, el lector disfrute y comparta el entusiasmo que tenemos por la obra de Demián.
*Miembro Artístico del Sistema Nacional de Creadores de Arte del FONCA.