EL TRABAJO TERRITORIAL DE MORENA

La experiencia de los Altos de Jalisco

El 1 de julio del 2018, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), postulado por Movimiento Regeneración Nacional (Morena), ganó tras dos intentos fallidos la Presidencia de la República. Derrotar al régimen político que tenía más de 80 años en el poder es una verdadera hazaña. Con ello termina una dictadura que al final resultó no ser tan perfecta. El hartazgo provocado por corrupción, privilegios e impunidad, la necesidad del cambio y la organización territorial se impusieron como inevitable tendencia.

“…al que sí ya no queremos es al PRI”, decía la gente. Y, efectivamente, así fue. El voto masivo lo mandó a un lejano tercer lugar. La mafia del poder intentó de todo para frenar a AMLO, mas no pudo evitar la debacle.

¿Cómo fue posible el triunfo de AMLO? La pregunta seguirá analizándose por mucho tiempo. Algunos dicen que las condiciones eran inmejorables; otros, que la estrategia fue impecable y la gente optó por dar una oportunidad al candidato de Morena. Pero la vox populi expresa la esperanza de que con el cambio mejore su situación. “Total –decían–, peor ya no podemos estar”. El hartazgo y la necesidad del cambio precipitaron la caída del grupo de poder que ha hegemonizado el sistema político de México.

El triunfo era inminente; sólo faltaba la organización para hacer realidad lo que todas las encuestas indicaban: que AMLO sería el próximo presidente. El trabajo territorial posicionó al partido a lo largo y ancho del país, y fue fundamental para contrarrestar la guerra sucia y consolidar a AMLO como puntero en las encuestas.

Por tal motivo es muy importante recuperar la experiencia adquirida, desde la mirada de quienes hicimos el trabajo de visita domiciliaria, casa por casa, sin reflectores, de manera silenciosa, dedicando el esfuerzo al convencimiento de un número creciente de ciudadanos, “gastando la suela de los tenis” para llegar a lo que parecía cima inalcanzable.

Gracias al trabajo territorial realizado en la elección se inhibieron la compra del voto y el acarreo. Éste es un aspecto importante en el triunfo electoral si consideramos que en las dos campañas presidenciales anteriores tal trabajo se encargó a corrientes o grupos políticos que simularon o de plano traicionaron a AMLO, como fue el caso de quienes, en Jalisco, llamaron incluso a votar por la candidata del Partido Acción Nacional (PAN) en 2012.

El trabajo territorial empezó a realizarse a partir de la formación de Morena que, como asociación civil arrancó en octubre de 2011 y, como partido político, obtuvo ese estatuto el 9 de julio de 2014. En 2015 se acordó constituir un comité en cada una de las secciones electorales del país. Para julio de 2017 se decidió reforzar la organización en los estados del norte y occidente. De tal manera que a principios de 2018 se registraba un avance de casi 100 por ciento en toda la geografía. La meta era concluir la integración de comités antes que empezara la campaña presidencial.

Históricamente, la presencia de AMLO en el norte y occidente del país había sido marginal; las dos circunscripciones de esta región habían sido para el PAN en 2006 y el PRI en 2012. Los votos obtenidos en el centro, sur y sureste resultaban insuficientes para ganar la Presidencia, pues con los votos del norte se revertía la tendencia. Sin embargo, en el proceso electoral de 2018 se obtuvo un triunfo arrollador incluso en estas regiones. Por ejemplo, en el distrito 02 de los Altos de Jalisco, zona muy conservadora, en 2006 AMLO obtuvo 15 mil 676 sufragios, 11.35 por ciento de los emitidos; en 2012, 17 mil 914 (10.68); y en 2018, 39 mil 80 (25.10). En términos porcentuales se registró un aumento de 135 por cient5o de la votación entre 2012 y 2018. El crecimiento electoral de Morena en el norte y occidente del país, y en particular en el distrito 02 de los Altos de Jalisco, se debe en parte significativa al trabajo realizado intensa y consecuentemente en el ámbito territorial. Por ello importa destacar en que consistió esa labor.

El anclaje territorial como trabajo cardinal

La visita domiciliaria, casa por casa, es la estrategia más efectiva para contrarrestar los efectos negativos de las costosas campañas publicitarias manejadas desde los medios de comunicación masiva. Andrés Manuel está convencido de la importancia de tal trabajo. Para él, esta labor, casa por casa, supone “el trabajo principal”. Representa la mejor forma de entrar en contacto y establecer un diálogo fructífero con la gente para convencerla de la justeza de los argumentos y de la importancia del proyecto de Morena.

Además, el trabajo casa por casa permite tomar el pulso a la sociedad, saber cuáles fueron las motivaciones de quienes se sumaron a la campaña y dónde sitúan sus necesidades más apremiantes.

Así, por ejemplo, una mujer de Teocaltiche, Jalisco, describió de la siguiente manera su motivación para integrarse a Morena: “Quiero que se acaben ‘los levantones’, dijo. “Cómo es posible que así nomás porque sí desaparezca la gente. ¿Por qué?, ¿quiénes son ellos para hacer eso? Votaré por AMLO, pues quiero que, cuando sea presidente, acabe con esta situación”.

Andrés Manuel ha recorrido tres veces el país, y conoce todos sus municipios. Pero los promotores identifican cada rincón de las colonias y los barrios pobres. Esa sólida percepción del territorio, operada desde luego por la gente que lo habita en cada comarca, marcó la diferencia.

Don Mario, quien se dedica a pintar automóviles y tiene una tienda de abarrotes en Teocaltiche, Jalisco, dijo tras platicar con él un rato, en la sala de su casa, sobre el proyecto alternativo de nación: “Me afiliaré a Morena porque me gusta su convencimiento…”.

Tras militar mucho tiempo en el PRI, en 2015 se irritó cuando oyó a su candidato a la presidencia municipal expresarse mal de las comunidades indígenas: “A esos pinches indios –en peyorativa referencia a los habitantes de Huejotitlán– con una despensa que les dé los convenzo de que voten por el PRI…”, le escuchó decir al abanderado.

Por ello, en esa elección muchos vecinos de la localidad no votaron por el PRI, que terminó en tercer lugar.

Como ésas hay infinidad de historias de quienes en esta etapa se incorporaron a Morena. La mayoría inconformes por el desprecio con que los han tratado los políticos corruptos, pero además tienen la esperanza de vivir mejor, debido a lo cual se decidieron por el cambio. Ésa fue la principal tarea de los promotores del voto, convertir toda esa inconformidad en organización, abrir las puertas a la gente harta de la corrupción. Para eso fue fundamental en Morena preparar muy bien a los operadores territoriales en las técnicas de la visita domiciliaria: hacer aflorar la sensibilidad y desplegar herramientas de comunicación, deliberación y argumentación. Fomentar y reforzar el tesón para superar las ocasiones de rechazo. Quienes irían de casa en casa debían ser resilientes, no perder el ánimo, no dejarse abatir por las negativas, desarrollar tolerancia frente a la frustración y resistencia frente a la adversidad.

En los tiempos de paz se concentran las fuerzas

La formación política es otro elemento que explica el triunfo de AMLO. A fin de generar un efecto expansivo, antes de iniciar las campañas, con los promotores se organizó en el distrito 02 de los Altos de Jalisco una serie de talleres encaminados a clarificar los principios, los estatutos y el proyecto alternativo de nación. Para ser más eficaces en campo hay que trabajar en la sensibilización a fin de mejorar la atención y el respeto hacia las personas a quienes nos dirigimos. En la visita domiciliaria centramos la atención en los indecisos (a quienes se dedicaba más tiempo) y reafirmábamos la voluntad de los convencidos en la necesidad del cambio.

Para consolidar la idea de la transformación a veces hubo y todavía hay que caminar por lugares desconocidos, tocar puertas, entregar el periódico Regeneración, hablar de Morena, sus candidatos y propuestas, estar con la gente hasta convencerla de modo paulatino sobre la necesidad del cambio. Para eso, como decía Ricardo Flores Magón, el periódico es un excelente instrumento. En el trabajo de campo importa la creatividad. La formación de un equipo para redactar, editar y publicar una versión local de Regeneración en los Altos de Jalisco supuso una idea genial. Así, tres meses antes del 1 de julio se publicaron tres números de Regeneración Altos Norte, con un tiraje de 10 mil ejemplares en el primer número y 5 mil en los dos últimos. Esto creó un efecto favorable entre los sectores poblacionales que otrora veían a Morena como un partido ajeno a la región.

El uso de Regeneración permitió entrar en contacto rápidamente con la ciudadanía y lograr así que los conceptos y las propuestas llegaran y circularan entre la gran mayoría. Con ello se garantizó el derecho de los ciudadanos a participar en Morena y se evitó dejar relegados o excluidos a muchos.

Andrés Manuel sostuvo que no bastaban los contactos proporcionados por los enlaces o líderes territoriales; había que ir a ver a cada uno, y entrar en contacto con ellos. Sólo así se incorporó a quienes no forman parte de los grupos, a los ciudadanos libres, independientes. Gracias a este esfuerzo cotidiano se integraron a Morena ciudadanos que antes militaban en otros partidos, o que simplemente nunca lo habían hecho.

Antes de iniciar el trabajo se explicó a los operadores territoriales la importancia de su trabajo. Alguien lo definió así: “Se trataba de caminar, caminar y caminar”. Pero también fue de suma importancia saber escuchar, no asumirse con la verdad absoluta. Quien sabe escuchar se vuelve más sensible e indaga los temas de interés de su interlocutor para reorientar el diálogo. De esta manera se logró una presencia importante en los distritos del norte-occidente del país.

El que pega primero pega dos veces

El crecimiento de la votación en estas regiones obedeció a que Morena inició el trabajo territorial antes que los demás partidos. Haber sido los primeros en trabajar en campo fue muy inteligente, pues permitió anticiparse y ser los primeros en entrar en contacto con la ciudadanía. Decía Mark Twain que “es más fácil engañar a la gente que convencerla de que ha sido engañada”. Ir antes que los adversarios al encuentro con la ciudadanía permitió impedir que, de nueva cuenta, la engañasen. Gracias a las redes sociales y al trabajo territorial se contrarrestó la desinformación. Porque cuando los ciudadanos comprometen su voto, resulta difícil convencerlos de otra opción. Cuando los demás partidos se dieron cuenta de esto, Morena les llevaba ventaja. Entonces empezaron a trabajar en el territorio, pero fue demasiado tarde. El factor tiempo estuvo por ello a favor de Morena.

Esta campaña, como casi todas las emprendidas, estuvo marcada también por la incertidumbre; se confiaba en el triunfo de AMLO. Empero, el fantasma del fraude seguía latente y por eso nunca se echaron las campanas al vuelo. Siempre se trabajó como si no se estuviera arriba en las encuestas. Nunca se actuó con exceso de confianza. Una encuesta puede variar de un día a otro. Por eso siempre se apostó al trabajo de campo, al trabajo de convencimiento, a mantener el diálogo constante con el electorado.

Tras un tiempo constaté la importancia de “ver la realidad con los ojos limpios y el corazón abierto”, como diría Juan Goytisolo. Antes de iniciar la campaña en el norte y occidente del país, Andrés Manuel insistió en actuar con humildad y sencillez. Por ello aconsejaba: “deben ser humildes y saber escuchar a la gente”.

La participación ciudadana, clave para el triunfo

Andrés Manuel dedicó tiempo al norte-occidente del país y, especialmente, a Jalisco. Dos de los mítines que realizó en su primer día de campaña fueron los de los distritos 02 y 03, el primero en Lagos de Moreno y el segundo en Tepatitlán. Ambos encuentros fueron multitudinarios; la presencia se notaba en las plazas llenas y en la alegría y esperanza de la gente. Ya en esos momentos había entusiasmo por el cambio. Esas reuniones fueron oxígeno puro, pues motivaron a los promotores que transmitieron ese júbilo a la hora del trabajo de base.

La campaña fue austera en la dimensión económica, pero pródiga en el contacto con la gente y contagiada por la esperanza del cambio. En algunos municipios, como en San Juan de los Lagos, se llevaron a cabo asambleas informativas en las colonias y los barrios más poblados, pobres y marginados. Los candidatos y sus equipos de campaña, junto con quienes promovían el voto, realizaban recorridos antes de la asamblea en toda la sección electoral para invitar a vecinos a participar. El formato de las asambleas permitía la participación ciudadana, se expresaban necesidades y propuestas, la deliberación en colectivo se tornó en herramienta política fundamental. En cada asamblea se invitaba a los participantes a defender el voto. En casi todas se anotaron personas como representantes de casilla, con gran sentido de compromiso pues, como se esperaba, sí estuvieron el día de la elección y acompañaron toda la jornada.

Las asambleas informativas de las secciones electorales demostraron ser un excelente ejercicio democrático y constituyen un antecedente para la rendición de cuentas y la transparencia en el ejercicio de gobierno. Desde luego, debe mejorarse en varios aspectos; por ejemplo, esas asambleas deben tener una intención vinculante y permitir incorporar a los vecinos a las labores de supervisión, evaluación y seguimiento de los programas de aplicación territorial. Sólo mediante la participación ciudadana en los asuntos públicos se logrará el respaldo social a las profundas transformaciones requeridas por el país y a las cuales AMLO se comprometió.

La estrategia organizativa de Morena y, en particular, la decisión de reforzar el trabajo que se venía realizando en los 120 distritos del norte del país dieron excelentes resultados: se consiguió aumentar los votos y se defendieron éstos; incluso en las regiones más conservadoras como en el distrito 02, de los Altos de Jalisco, AMLO logró, como señalé, un aumento de 135 por ciento de la votación respecto a 2012 y se cubrió 75 por ciento de las casillas con al menos un representante de Morena. Con ello se inhibieron la compra del voto y el acarreo de votantes. El esfuerzo de este tipo de estructuras es convencer con argumentos a la gente, mientras que la estrategia del prian estriba en comprar voluntades y acarrear gente sin importar los métodos. Los resultados de la aplicación de ambas estrategias están a la vista.

El triunfo se alcanzó con la participación de miles de personas conscientes de que había que hacer un esfuerzo ese día; con esa intervención y el voto masivo se derrotó la maquinaria del fraude electoral. Este esfuerzo, donde se conjuntaron multitud de voluntades, doblegó al sistema el 1 de julio de 2018.


* Jorge Gandarilla se desempeñó como enlace auxiliar de Morena en el distrito 02 de Jalisco, fue director en la región poniente de participación ciudadana durante el gobierno de AMLO en la Ciudad de México y coordinador de asesores en la delegación Cuauhtémoc en 2012.