MARTINICA (1902)

Montañas de ruinas humeantes, montones de cuerpos mutilados, un mar de fuego que emite vapores humeantes por todas partes, barro y cenizas, eso es todo lo que queda de la pequeña y floreciente ciudad que se encaramaba en la ladera rocosa del volcán como una golondrina revoloteando. Durante algún tiempo ya se había escuchado al … Leer más