ARNOLDO MARTÍNEZ VERDUGO. OBRA DE UN DIRIGENTE COMUNISTA

Los cambios que ha vivido nuestro país y que han creado esta nueva realidad no pueden entenderse sin la lucha de muchas generaciones de políticos y líderes sociales que asumieron la lucha democrática como instrumento de transformación. 

Un personaje determinante en este proceso es Arnoldo Martínez Verdugo, dirigente del Partido Comunista Mexicano (PCM) en su última etapa, quién dejando atrás los dogmas del comunismo tradicional, condujo a los comunistas a la lucha legal y democrática.

El pasado 24 de mayo, el presidente Andrés Manuel López Obrador, depositó los restos de Arnoldo en la Rotonda de las Personas Ilustres, en reconocimiento a su legado y en reivindicación, no sólo de un hombre, sino de toda una generación de mujeres y hombres, que dedicaron su vida a la lucha por los derechos de los trabajadores.

Arnoldo reformó al PCM desde sus entrañas, lo que implicó un cambio de estrategia.

Flexibilizó los componentes más rígidos de la tradición comunista, permitiendo el reingresó de los camaradas purgados por la dirección estalinista, en un esfuerzo por dar nueva identidad al partido, dejando atrás la ideología de la revolución mexicana y su retórica alrededor de la herencia revolucionaria.

Arnoldo y su generación renovaron al Partido Comunista Mexicano, colocándolo en sintonía con las grandes tendencias democratizadoras de esas organizaciones en Europa, alejándolo de las sombras más oscuras del comunismo latinoamericano.

El PCM condenó la invasión soviética a Checoslovaquia, y a diferencia de otros dirigentes de izquierda, Arnoldo no defenestró a la juventud en sus impulsos antiautoritarios al calor de 1968, y si bien planteó su propia perspectiva como líder de partido, no dejó de reconocer que el movimiento estudiantil era el inicio de una profunda transformación. 

Con Arnoldo se abandonó la noción de vanguardismo del partido y planteó el vinculó indisoluble, entre socialismo y democracia. Un socialismo, que poco tenía que ver con un tránsito a una imaginaria dictadura del proletariado y una democracia que tampoco se veía en el espejo de un régimen al servicio de las clases dominantes y sus aliados.

Ello abrió paso a nuevas formas de participación política, primero con la candidatura de Ramón Danzós Palomino en 1964 y el Frente Electoral de Pueblo, y más adelante, en 1976, con la candidatura a la Presidencia de la República de Valentín Campa Salazar, quién obtuvo, sin registro ni prerrogativas, más de 900 mil votos, lo que encaminó al partido hacia la lucha político-electoral, apostando a la disputa de los asuntos públicos y la unificación de las izquierdas.

El PCM se convirtió en la fuerza política de izquierda más importante del país, dejando atrás la proscripción y la clandestinidad, ganando en 1979, 18 diputaciones, creando las condiciones para, en 1981, dar paso a la fundación del PSUM, del que fue su candidato presidencial en 1982, y más adelante a la formación del PMS.

Con la ruptura de la Corriente Democrática del PRI y la formación del Frente Democrático Nacional con Cuauhtémoc Cárdenas como su candidato presidencial en 1988, Arnoldo fue un firme promotor de la alianza que enfrentó el gran fraude electoral, del que emergió el PRD, al que se cedió el registro obtenido por los comunistas en 1979, tras la negativa de Salinas de Gortari de reconocer el registro al nuevo partido.

Arnoldo fue ante todo un hombre de principios y sólidos valores éticos. En su práctica política se apuntalaron las exigencias sociales que hoy tienen lugar en la democracia mexicana, como el derecho al aborto o el reconocimiento de la autonomía indígena, así como la ruptura del monopolio del poder bajo una noción de democracia entendida como el derecho a la autodeterminación de las personas.

La lucha que emprendió por los derechos humanos, las libertades políticas y la democracia, permitió amalgamar las demandas de una sociedad diversa y transformar el rostro a la izquierda mexicana que hoy asume nuevos retos en la conducción del país.

Su generación tejió un camino transformador en el México autoritario de aquellos tiempos. Quizá su mayor aportación y la de su generación, fue iniciar, el 15 de agosto de 1981, un esfuerzo unitario que permitió que el PCM no navegara hacia el naufragio anticipándose a la caída del Muro de Berlín, años después.

En la recopilación de su discurso en este libro se pueden encontrar intervenciones que apuntalan su perspectiva de libertades políticas, derechos humanos y democracia: el derecho al aborto, la lucha parlamentaria, la libertad religiosa, e incluso, el impulso a que los integrantes del ejército y el clero gozaran de los mismos derechos que el resto de los ciudadanos.

Las definiciones más significativas de su liderazgo se establecieron en el XIX congreso del PCM, donde se registró una verdadera modernización de la izquierda mexicana. Muchos de los grandes problemas de ese tiempo y del presente, tienen una respuesta de izquierda en ella: desde la diversidad sexual hasta la ecología.

Arnoldo no pactó con el gobierno a cambio de migajas, ni que el PCM se encontrara en las periferias del poder, lo cual lo aleja de otras perspectivas de la época –de Vicente Lombardo Toledano a Rafael Aguilar Talamantes– permitiéndole actuar con autoridad moral e independencia en sus relaciones con el poder.

Arnoldo fue consecuente en llevar a fondo la ruptura con las visiones dogmáticas y sectarias. No había más clase “destinada”, las tareas políticas se situaron en el aquí y en el ahora, con una visión de país. En el caso del México de la segunda mitad del siglo XX se asumió la democracia, entendida como autonomía y libertad. 

La generación Arnoldo y sus camaradas, encontró un entorno complicado y adverso, pero supo salir al paso, modificándole el rostro a la izquierda mexicana y con ello, también a una parte significativa de la nación, lo que queda plenamente acreditado en el libro que hoy se presenta.


* Palabras en la presentación del libro Arnoldo Martínez Verdugo. Obra de un dirigente comunista en la Feria Internacional del Libro en el Zócalo, 16 de octubre de 2022.