LA GUERRA EN UCRANIA

DECLINACIÓN DEL IMPERIO AMERICANO Y EL ASCENSO DE CHINA

La actual guerra en Ucrania, iniciada por la invasión del ejército de la Federación Rusa el 24 de febrero de 2022, calificada de “operación militar especial” ha surgido como reacción a la posibilidad de que Ucrania se pudiera incorporar como un miembro más de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). El presidente Vladimir Putin considera lo anterior como una amenaza a la seguridad de Rusia y por ello, se ejecutó la orden de invadir a Ucrania. 

Sólo tres días antes de que el ejército ruso traspasara las fronteras de Ucrania, Rusia había reconocido a la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk, dos estados que se han declarado como Independientes en la región de Donbás en el este de Ucrania y que cuentan con poblaciones rusas.[1] En estos estados se habían concentrado las disputas, en especial desde 2014 que a raíz de un conflicto político interno en Ucrania en el que fue depuesto el presidente Víktor Yanukóvich.[2] Este conflicto había quedado latente, aún después de que se firmaron acuerdos entre las partes que se reavivaron cuando se iniciaron las pláticas para que Ucrania formara parte de la OTAN, lo que constituyó una afrenta a la seguridad de Rusia. Este conflicto se ha convertido en una disputa de intereses estratégicos, económicos y políticos de las actuales grandes potencias: Estados Unidos, Europa, Rusia y China principalmente. Sin embargo, desde la perspectiva histórica debe mirarse fundamentalmente como una expresión de la estrategia de los Estados Unidos frente a los nuevos desafíos a su hegemonía mundial, frente a Rusia y en especial contra China, que han sido declarados los enemigos de su liderazgo global. Debemos recordar que desde 2017 China fue declarada oficialmente como el principal adversario de los Estados Unidos.[3]

En este artículo el análisis sobre el “imperialismo americano” tiene un fuerte sesgo hacia la región de Asia y en especial, su política con respecto a China. Una de las razones principales tiene que ver con lo que ha señalado el profesor Chalmers Johnson al decir que el más importante legado de época de la guerra fría se encuentra en Este de Asia ya que la riqueza y el poder de esta región ha venido a alterar el balance del poder mundial.[4] En este sentido, para muchos analistas que miran la actual guerra en Ucrania desde los lentes de la geopolítica, señalan que es indicativa del rumbo del mundo hacia el dominio de la región Euroasiática, que unirá a toda Europa oriental y a China  que será la potencia económica mundial más importante en este siglo XXI y a la que se unirán todos los países que constituyen su periferia económica y política en Asia y otras partes del mundo.[5]

RUSIA EN ESTADO TERMINAL, ESTADOS UNIDOS EN DECLINACIÓN Y CHINA EN ASCENSO

Desgraciadamente esta nueva guerra de Ucrania nos ha traído recuerdos de hechos y momentos que hoy vuelven a tomar nuevas dimensiones y cuyo análisis nos permite valorar la actual situación geopolítica a escala global. Primero señalar que el organismo centro de la disputa es la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que junto con otras organizaciones como el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI), fueron el resultado de la organización de los poderes imperialistas después de la segunda guerra mundial para apuntalar su dominio sobre diversas partes del mundo. 

 La OTAN en especial fue una organización creada para frenar el avance del socialismo y no se disolvió después del colapso de la URSS. No sólo no se disolvió, sino que se expandió hacia las ex repúblicas soviéticas en Europa del este, lo que provocó preocupación en la nueva Federación Rusa que se transformó en un país capitalista. Esta ampliación de la OTAN se dio después de los EEUU aseguraron a la URSS que ni una pulgada de la jurisdicción militar se movería en dirección hacia el Este de Europa.

Los Estados Unidos apoyaron, -como lo han hecho reiteradamente en el pasado en otros países- fuerzas fascistas para dar el golpe de 2014 en Ucrania contra el presidente Viktor Yanukovich. Estos grupos querían ser miembros de la OTAN sabiendo que los Estados Unidos los apoyaría. Más tarde esta fuerza fascista declino ya que en las elecciones de 2019 sólo consiguieron una votación del 2.1%. Pero Putin señaló que una de las causas de la ”operación militar especial” era para erradicar la nazificación de Ucrania.[6]Así, la pregunta que debemos hacernos es cuál ha sido el tipo de estrategia que ha buscado Estados Unidos llevar a cabo en Ucrania, con el propósito de irritar a Rusia en los últimos años. El activista Abby Martin, al que hemos citado, dice que “Rusia se habría unido a la OTAN si la hubieran invitado”. ¿Por qué se ha elegido la confrontación?[7]

La respuesta la da su colega Brian Becker al señalar que “si los Estados Unidos trata a Rusia como otro país capitalista, entonces Alemania y otros países en Europa gravitarían en la dirección de Rusia”. Ellos son socios comerciales naturales y socios políticos, especialmente Alemania”, y señala: “la verdadera razón de la continuidad del antagonismo, es el temor de los Estados Unidos de perder su hegemonía en Europa.[8] La OTAN fue diseñada para colocar a Europa Occidental bajo la completa subyugación del imperialismo americano.[9] En la misma dirección apunta Noam Chomsky sus comentarios al decir que la principal demanda de Putin era la seguridad de que la OTAN no afiliara nuevos miembros, y específicamente ni Ucrania y tampoco Georgia. Obviamente no habría conflicto si no hubiera habido una expansión de esta situación o si la expansión hubiera ocurrido en armonía con la creación de una estructura de seguridad en Europa que incluyera a Rusia. Para Chomsky esta crisis lleva 25 años en gestación, conforme Estados Unidos ha rechazado con desdén las preocupaciones de Rusia por su seguridad.[10]

La línea explicativa que hemos encontrado como consecuencia de los señalamientos anteriores es la que nos dice que los Estados Unidos han querido mantener el espectro de Rusia como una constante amenaza, aún después del colapso de la URSS. El sistema político de los Estados Unidos se nutre de las amenazas a su imperio mundial a través de los regímenes comunistas, autoritarios, terroristas y otros que simplemente quieren hacer valer sus deseos de soberanía e independencia. Por ello, y también por otras razones intrínsecas a Rusia, es que los Estados Unidos han querido mantener el espectro de una Rusia amenazante aún después del fin de la URSS. Y una de las formas de hacer a Rusia una amenaza es precisamente utilizar de la extensión del mecanismo de la incorporación a la OTAN de países en la nueva frontera de Rusia que surgieron después de 1991, ya que este país ha señalado que tal acción no sería permitida pues la considera como una agresión a su seguridad nacional. Rusia no podría consentir la instalación de misiles en los países contiguos a su frontera. 

El creciente poder militar dentro del gobierno de los Estados Unidos que surgió desde la segunda guerra mundial, es una de las poderosas razones que explican sus conductas internacionales. Vuelvo a traer ideas del profesor Chalmers Johnson sobre este fenómeno que aparecen en su extraordinario libro sobre el militarismo americano en donde señala lo siguiente: “el establecimiento militar se convirtió en un cartel gigante, operado para beneficiar a sus cuatro principales servicios: el ejército, la naval, los cuerpos marinos, y la fuerza área, casi igual en la forma en la que opera la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) cuyas funciones consisten en mantener las ganancias de cada uno de sus miembros”.[11]

Otras razones poderosas que han aflorado con motivo de este conflicto tienen que ver con las relaciones históricas entre Rusia y Europa. Como se ha señalado, para los Estados Unidos no es conveniente que existan relaciones estrechas entre la Unión Europea y Rusia, ya que la primera tendría una propensión a una dependencia energética de la segunda, como un primer paso hacia una integración económica más intensa al integrarse una unidad territorial inmensa (Rusia) con grandes recursos naturales, y la Unión Europea, un conjunto de países con recursos financieros y tecnológicos. Debemos recordar que en el pasado la visión de Gorvachov era la de establecer un hogar común europeo sin alianzas militares, que era una concepción no lejana de la iniciativa estadounidense de una Alianza para la Paz de 1994 cuya finalidad era crear un sistema de seguridad cooperativo con una limitada relación con la OTAN, que fue socavada por el presidente Clinton. En este sentido, un dilema que se le presentó a Rusia después de la desaparición del comunismo tenía que ver con la elección de mantener el imperio, lo que significaba apartarse de Europa y frenar la democracia, o integrarse al continente y favorecer la democracia.[12]

 Se puede afirmar que cada vez que Putin transforma un conflicto político en uno militar valida los sueños febriles de los extremistas halcones de Washington y, por otro lado, refuerza la idea en los líderes y ciudadanos de los Estados de la OTAN que es benéfico vivir bajo la sombra del artículo 5 de este organismo (defensa colectiva). La opción de la neutralidad, tipo Finlandia se evapora, como queda demostrado por el cambio en la aceptación de la población de Ucrania de integrarse a la OTAN que pasó en los últimos años de ser una minoría a una mayoría. Finlandia y Suecia han señalado, después de la invasión rusa su deseo de ser miembros de la OTAN, confirmando esta tesis.[13]

Para Putin, según este autor, más que resistir al expansionismo de la OTAN, lo verdaderamente importante es reunir de nueva cuenta a la Bielorrusia y Ucrania bajo el dominio ruso. Putin ve como indiscutiblemente integrados al Estado ruso a regiones como Ucrania por la identidad lingüística y nacional. Por esta razón se opone al control de nacionalistas ucranianos que rechazan el dominio imperial ruso. Volver a integrar a estas regiones al corazón ruso es el objetivo principal del gobierno en manos de Putin. La cuestión de la seguridad nacional tiene un valor secundario. Lo importante es el regreso de Ucrania a su condición natural como parte del mundo ruso. Esta fórmula implica la creación de un satélite leal en Ucrania contra los deseos de su población. Así, lejos de prevenir una nueva guerra fría, en realidad la garantiza.[14]

El conflicto escala desde 2013-14 cuando agentes rusos apoyaron las protestas contra el nuevo régimen de Ucrania y su transformación en una insurgencia militar apoyada directamente por fuerza rusas. Los nacionalistas rusos en Donbás son tanto de extrema derecha como sus contrapartes del batallón Azov. Se vive un proceso de radicalización nacionalista. En esta respuesta a la guerra, debe quedar claro que no debemos concentrar nuestra atención a la cuestión de la OTAN, pues así lo quiere la elite nacionalista rusa, con la idea de olvidarnos de que constituyen un gobierno represivo, cleptocrático y militarista.[15]

Este análisis sobre la verdadera estrategia rusa es compartido por la especialista japonesa Yoko Hirose, quien señala que lo que está en el centro de la diplomacia en el gobierno del presidente ruso V. Putin es la defensa de sus esferas de influencia. En primer lugar, los antiguos estados soviéticos y luego, los estados que constituyeron el antiguo bloque comunista. Rusia ve el territorio de la antigua Unión Soviética como extremadamente valioso.[16] Ha utilizado la guerra híbrida desde hace años, fundamentalmente al difundir información favorable a Rusia en Ucrania para desestabilizar a su gobierno.[17]

Pensamos que un factor clave para Rusia es que nunca realizó reformas económicas, como la de China, que le hubieran permitido tener un campo de maniobra mayor. Es una economía relativamente pequeña, comparada con la de Estados Unidos (12 veces menor) y otros países europeos. Su peso histórico ha residido en su gran extensión territorial, con recursos como el petróleo, el gas y la producción de cereales. Sin embargo, es una superpotencia militar en donde encuentra el balance con su política de disuasión nuclear como lo hace ahora en este conflicto. ¿Ganará, perderá? ¿Dividirá a Ucrania, con una parte rusa? ¿Cuál es el destino final de Rusia? Jean Meyer señaló desde hace años que Rusia seguirá jugando un papel mayor en su zona; entre Alemania y Asia. Y recuerda la exclamación de Mohamed V, sultán otomano del siglo XIX que dijo: “¿Derrotar definitivamente a Rusia? ¡Olvídenlo! Su mero cadáver nos aplastaría”.[18]

Pasemos ahora a realizar un análisis de las relaciones de Rusia y China en este conflicto.[19] Nuestra hipótesis es que en esta guerra los Estados Unidos tienen como destinatario final a China. El apoyo dado a Ucrania fue hecho con la finalidad de atraer a Rusia y forzarlo a invadir y crear el teatro de guerra que, además de ser un jugoso negocio para los productores de armas, ponía en un dilema a Rusia. Si no realizaba la invasión y Ucrania se convertía en miembro de la OTAN, Rusia y Putin en lo personal quedarían desacreditados en su papel de potencia mundial. Estados Unidos estaba casi en una apuesta de ganar-ganar, ya que el peso de pérdidas humanas ni la destrucción de ciudades serían americanas. Así que estaríamos ante un caso de operación militar rusa forzada por estas condiciones y la que probablemente estuvo dentro de los cálculos de Washington.  Poco antes de la invasión, Putin visitó China y junto a Xi Jinping expresaron a través de un comunicado que la alianza entre ellos es estratégica y de cooperación para el desarrollo la humanidad.[20]China no condenó la invasión, como cabía esperar, ni se ha sumado a la política de sanciones económicas. Ha realizado llamados a la diplomacia y el arreglo por la vía del diálogo. Por supuesto esta posición de China sobre el conflicto en Ucrania, imaginamos que ya había sido prevista en Washington y ha servido para presentar a China ante el mundo como una potencia insensible, autoritaria y alejada del bloque americano-europeo.[21] Para Chomsky posiblemente China esté relativamente satisfecha con el curso de los acontecimientos. Muy probablemente es lo mismo en Washington. Los dos han ganado con la tragedia. Y la euforia entre los productores de armas y combustibles fósiles es inocultable.[22]

A la pregunta de si ¿Rusia y China trabajan para juntos para promover “un nuevo orden democrático mundial”? Chomsky contesta lo siguiente: “la idea de dos estados autoritarios trabajando para promover la democracia en el mundo me parece una mala broma…es desde luego, ridícula… Lo harán del mismo modo en que Estados Unidos trabajaba para “promover la democracia” en Irak. Con raras excepciones, la clase intelectual y la mayoría de académicos proclamaron con vigor la nueva doctrina, como supongo ocurre hoy también en Rusia y China”[23]

Es posible que a Estados Unidos le convenga una guerra larga, sin importar el resultado, quizá la apuesta es que el ejército ruso se mantenga como en Afganistán, que tuvo que salir después de 14 años de una guerra de desgaste que no pudo convertir en un triunfo. Pero a China posiblemente no le conviene un conflicto largo por las consecuencias económicas que ello pudiera tener sobre su economía muy entrelazada con los mercados mundiales. Así, lo último que los chinos desearían es un mundo dividido con una nueva cortina de hierro aislando a Euroasia.[24] Las decisiones tomadas por Washington y Beijing, sobre el conflicto de Ucrania, tendrán una influencia muy grande sobre el futuro de las relaciones entre estos países.  

El comunicado conjunto de China y Rusia del 4 de febrero ya mencionado, “para reordenar el sistema internacional” hizo que en Estados Unidos muchos analistas asumieran la hipótesis de la venia de Xi para la invasión a Ucrania y por lo tanto deben ser tratados como enemigos comunes de la lucha entre democracia y autoritarismo.[25] Por otro lado, se afirma que Rusia y China no tienen intereses alineados perfectamente. China tiene mucho más que perder. Putin es una especie de incendiario del sistema internacional que dirige un país en declinación terminal. China por el contrario se ve como una potencia en ascenso y por tanto sus intereses se ven profundamente afectados cuando los Estados Unidos y la Unión Europea miran a China y Rusia como enemigos intercambiables.[26] Creemos, por otro lado, que para China no sería incómodo que Rusia saliera debilitada de esta confrontación, pero sólo hasta el límite en el que se pudiera volver más dependiente de China, y en el futuro pasara a ser más que un igual, un país subordinado al gran y nuevo imperio chino.

Somos de la idea de que Estados Unidos ha gestado la crisis de Ucrania para atraer a Rusia al conflicto y quizá la idea será muy parecida a la que utilizó en Afganistán; dejar un conflicto militar de larga duración para debilitar a Rusia. Por otro lado, y quizá lo más importante es que el verdadero objetivo es la contención de China a mediano y largo plazo. China es el verdadero desafío a la hegemonía estadounidense y quiere mostrarle lo que le puede pasar en caso de invadir a Taiwán. China por su parte, está tomando nota de la alianza formada por los americanos alrededor de Europa y otros países occidentales, incluyendo a Japón y otros países como Australia en contra de Rusia. Así, la construcción de una hegemonía china a escala global deberá pasar por esta prueba.[27] En esta línea de pensamiento sobre la construcción de la hegemonía global de China tenemos que destacar que, la legitimidad de la hegemonía americana tuvo sus raíces en la derrota del fascismo en Europa y en Asia durante la segunda guerra mundial, que logró imponer la visión de las democracias liberales como sustrato ideológico del nuevo imperialismo, que como hemos visto ha sido el contenido de contradicciones profundas. La futura hegemonía china deberá descansar, por el contrario, en un gran cambio de paradigma, fundada en un sistema autoritario modernizante a escala global.

 Finalmente, para concluir nos enfocaremos a realizar un breve análisis sobre la declinación de Estados Unidos. Debemos recordar qué desde la aparición del libro de Paul Kennedy sobre el auge y caída de los grandes imperios, publicado en 1987, en el que indicaba que los Estados Unidos estaban ya en una línea de descenso por su sobredimensionamiento estratégico y militar que ya no correspondía a su crecimiento económico, se inició un gran debate sobre la declinación americana que se diluyó por la caída de la URSS en 1991. Sin embargo, este libro y sus ideas fueron indicativas de lo que hemos visto durante las siguientes dos décadas, especialmente a partir del ascenso económico de China desde el año 2000.

Estados Unidos ha entrado en una etapa en la que su poder unilateral se ha venido erosionando. Así, no fue sorprendente que el propio presidente Joe Biden afirmara en su discurso de toma de posesión que es el momento de reparar las alianzas en el mundo para enfrentar los retos actuales y los del futuro. El liderazgo americano, dice Biden, “deberá prepararse para enfrentar el avance del autoritarismo, incluyendo las crecientes ambiciones de China que desafían a nuestro país, y la determinación de Rusia para dañar y descarrilar nuestra democracia. Y todos estos nuevos retos, incluyendo la pandemia, la crisis climática y la proliferación nuclear, deberán resolverse con el concierto de un trabajo común entre las naciones. No podemos hacer esto hacer solos” (We can´t do it alone).[28]

Según el gran pensador Immanuel Wallerstein, es la debilidad del imperialismo americano, y no su fuerza de antaño, lo que determina la forma tan agresiva de su conducta en esta era. Los tres hechos que marcan esta debilidad han sido el ascenso de competidores económicos, la revolución mundial de 1968 que significó el cambio de mentalidades a escala global y finalmente la derrota en Vietnam. Todos estos hechos marcaron el principio de la declinación de los Estados Unidos.[29] Este aplicó toda una serie de medidas para contrarrestar esta declinación. Reducir los salarios y los costos de las empresas, bajar los impuestos y los gastos del bienestar social. Por otro lado, evitar la proliferación nuclear, que es una amenaza a su poder global militar. Finalmente, ponerle un alto a la Unión Europea, a quién apoyó en sus inicios, pero a la que ya ve también como una amenaza al querer convertirse en un tipo de Estado que pudiera competirle.[30]

Para Wallerstein el colapso de la URSS fue un desastre para los Estados Unidos ya que era el arma más poderosa que tenía en relación con Europa occidental y el Este de Asia. Sin embargo, los halcones han entrado en acción, después de considerar que las políticas diplomáticas, manejadas multilateralmente aplicadas desde Nixon lo que han hecho es acelerar la declinación. Lo que hay que hacer es cambiar la estrategia radicalmente con acciones decididas, abiertas de acción imperial. La guerra por el bien de la guerra (war for the sake of war)[31]. Por ejemplo, la guerra en Irak no fue tanto por el petróleo sino para intimidar a países en el tercer mundo y a Europa.

Pero los halcones no han ganado todavía el partido. Según Wallerstein, se han apoderado de la maquinaria del Estado desde los ataques a las torres gemelas en Nueva York el 11 de septiembre del 2001. Saben que es ahora o nunca y deben empujar a los Estados Unidos hacia más guerras. Sin embargo, no tienen garantías de que tendrán éxito pues tienen como enemigos a capitalistas que creen en la unidad del capital y por lo tanto estarían en contra de disrupciones en la economía global.[32] Este es un punto álgido y que no existía en la época de la guerra fría, es decir la integración de Rusia y China a la economía global. La pregunta que debemos hacernos en el actual horizonte, es si se podrá aislar a estas economías de los flujos de la economía global existente en nuestros días, y cuáles serían las consecuencias.

Por ejemplo, el historiador marxista hindú Vijay Prashad señala que con la globalización impuesta por Washington ya por más de treinta años, Rusia se convirtió en una fuerza de este proceso al ser integrada con la exportación de productos de energía y también por la nueva riqueza que fue sustraída del viejo régimen y transferida a los nuevos multimillonarios rusos que la han invertido en los mercados financieros internacionales y no es fácil ahora, por lo tanto romper de la noche a la mañana, sólo porque así lo dicta la Casa Blanca, pues estas relaciones económicas tienen raíces profundas que no pueden ser rotas repentinamente. Si las sanciones económicas logran romper la integración de Rusia en el sistema internacional habrá una catástrofe aún mayor.[33]

Wallerstein nos recuerda que la contradicción básica del capitalismo a lo largo de su historia es que todos ellos tienen un interés en común derivada del hecho de que existe una lucha mundial de clases. Al mismo tiempo, todos los capitalistas son competidores de otros capitalistas. Son contradicciones fundamentales del sistema y serán muy explosivas. Hemos entrado en un mundo muy caótico, como resultado de la crisis del capitalismo como un sistema. Este mundo caótico estará presente por los siguientes veinte o treinta años. Nadie tendrá el control, y menos que nadie el gobierno de los Estados Unidos. Los Estados Unidos han perdido legitimidad y es por ello que ya no le podemos llamar poder hegemónico. Y no contar con legitimidad, es un punto crucial. Este gobierno va a la deriva en un momento en el que intentará poner todo en su lugar, sin lograrlo. Esto no es ni bueno, ni malo, pero no debemos sobreestimarlo, ni la fuerza sobre la que se apoya.

La declinación de los Estados Unidos según Chomsky es hasta cierto punto real, y su factor primordial es doméstico. Si lo vemos profundamente dice, mucho del deterioro interno es resultado del impacto brutal de los programas neoliberales de los pasados 40 años.[34] Además cuenta ahora con una derechización del Partido Republicano, ya como una fuerza protofascista. Un país ahora con unos niveles de violencia urbana sin competencia en el mundo industrializado y con el mayor arsenal de armas en manos del gobierno, pero también de la población. La creciente desigualdad económica, apuntalada por la pandemia y nuevas y feroces olas de racismo y políticas contra los migrantes se añaden a este cocktail explosivo. Así, los Estados Unidos parecen ser un gran peligro para la humanidad existente hasta nuestros días.[35]

Para concluir, vamos a escribir una idea crucial en todo este análisis, del pacifista Brian Becker que dice lo siguiente; “aún si la OTAN es disuelta y se acaba la hegemonía de los Estados Unidos, un mundo multipolar no es necesariamente la solución. La única solución es el socialismo, que es un sistema que no requiere la guerra pues no está basada en la competencia, sino en la cooperación entre las poblaciones dentro de una nación y entre los pueblos de todo el mundo”.[36] Ojalá, tengamos tiempo para alcanzar esta meta.


*  Una versión más extensa de este artículo se encuentra en la Revista Observatorio del Desarrollo. Investigación, reflexión y análisis de la Universidad Autónoma de Zacatecas, 2022.

**  Profesor-investigador de la Unidad Académica de Estudios del Desarrollo de la UAZ.

[1] Noam Chomsky ha dicho que esta invasión rusa de Ucrania es un grave crimen de guerra, al nivel de la invasión estadounidense de Irak y de la invasión de Polonia por Hitler y Stalin en septiembre de 1939. El periódico La Jornada realizó traducciones de entrevistas a Chomsky realizadas entre marzo y abril de 2022 que aparecieron originalmente en la página web de la organización Truthout(https://truthout.org/)-   

Todas las citas de Chomsky en este artículo provienen de este material.  

[2] Los Estados Unidos apoyaron y promovieron en 2014 la disidencia política antirrusa que fue refrendada posteriormente con el arribo del actual presidente Zelensky en 2019.

[3] Véanse los comentarios al comunicado de la National Security Strategy de Timothy R. Heat en https://www.rand.org/blog/2017/12/americas-new-security-strategy-reflects-the-intensifying.html

[4] “Blowback. The Costs and Consequences of American Empire”, A Metropolitan / Owl Book, Henry Holt and Company, New York, 2000. p. 32.

[5] La estrategia económica y política de la llamada Ruta de la Seda (yidai yilu) puesta en acción por China en 2013 hará posible esta integración a la que se han unido 147 países en todo el mundo.

[6] Tomado de la entrevista hecha a los activistas Brian Becker (Answer coalition) y Abby Martin (Emprier Files). Morning Star, March 3, 2022.

[7] Ibid.

[8] Ibid

[9] En Asia, como hemos visto, la estrategia fue la subyugar principalmente a Japón y a Corea del Sur para hacerlos satélites en la contención del comunismo.

[10] Noam Chomsky ha dicho que esta invasión rusa de Ucrania es un grave crimen de guerra, al nivel de la invasión estadounidense de Irak y de la invasión de Polonia por Hitler y Stalin en septiembre de 1939. El periódico La Jornada realizó traducciones de entrevistas a Chomsky realizadas entre marzo y abril de 2022 que aparecieron originalmente en la página web de la organización Truthout (https://truthout.org/)-   

Todas las citas de Chomsky en este artículo provienen de este material.  

[11] The Sorrows of Empire. Militarism, Secrecy, and the End of Republic Los Estados Unidos cuentan con 725 bases militares en todo el mundo. El departamento de la defensa ha desplazado al departamento de estado en la formulación de la política exterior y concluye que los Estados Unidos podrán colapsar por las mismas razones de la URSS: contradicciones económicas internas, rigidez ideológica, sobre-dimensionamiento imperial e incapacidad para reformarse. 

[12]  Esta idea es de Helene Carrere de Encause citada por Jean Meyer, Rusia y sus imperios 19894-1991, México, FCE, 1997, p. 488.

[13] Gregory Afinogenov, “The Seeds of War”, Dissent, March 2, 2022.

[14] Ibid. 

[15] Ibid.

[16] Yoko Hirose, “Russias´s invasion of Ukraine shines ligth on hybrid warfare as military strategy”, The Yomiuri Shimbun, April 2, 2022.

[17] Ibid.

[18] Jean Meyer, Rusia y sus imperios 19894-1991, México, FCE, 1997, p. 488.

[19] Las relaciones entre estos dos países históricamente han sido muy complejas, incluyendo las de la era en las que eran países comunistas, y supuestamente debían convivir en gran armonía, lo que no sucedió. Pero este es un cuento aparte de nuestro interés en este ensayo.

[20] Es un comunicado conjunto del 4 de febrero que en sus partes generales parece más una réplica de los comunicados de los Estados Unidos, sobre el apoyo a la democracia, los derechos humanos, la cooperación internacional y el valor de los organismos internacionales. ¡El mundo invertido ahora ideológicamente! Comunicado en http://en.kremlin.ru/supplement/5770

[21] El presidente Joe Biden asumiendo un papel de juez mundial, advirtió a China de las consecuencias de apoyar a Rusia en una entrevista telefónica el 18 de marzo de 2022.

[22] Chomsky, op. cit.

[23] Ibid.

[24]Vijad/Preshad, https://www.democracynow.org/2022/4/15vijadprashadrussiaukraineglobalsouth

[25]  Además, en dicho comunicado, ya citado, China y Rusia reconfirmaron sus planes conjuntos para desarrollar la Unión Económica de Euroasia en colaboración con la Ruta de la Seda. 

[26] Ryan Hass, “Ukraine an opportunity to test China’s Outlook”. https://www.eastasiaforum.org/2022/03/10/ukraine-an-opportunity-to-test-chinas-strategic-outlook/

[27] La hegemonía china a escala mundial deberá enfrentar, además, el ambiente desfavorable a su liderazgo como lo muestra la encuesta de Pew Research Center. https://www.pewresearch.org/global/2020/10/06/unfavorable-views-of-china-reach-historic-highs-in-many-countries/

[28] https://www.whitehouse.gov/briefing-room/speeches-remarks/

[29] Estas ideas están tomadas de su artículo, “U.S. Weakness and the Struggle for Hegemony”. Monthly Review,  Nov, 01, 2019

[30] Ibid.

[31] Ibid. Los halcones (hawks) en la historia política de Estados Unidos se remontan hasta 1812 cuando la facción que buscó la guerra con Inglaterra fue bautizada con este apelativo.

[32] Ibid.

[33] Vijay Prashad, op. cit.

[34] Chomsky, op. cit.

[35] Un recuento de la violencia nos da que en 2021 hubo 693 tiroteos masivos. Los hogares cuentan con casi 400 millones de armas y es ahora el país más desigual económicamente del grupo de las 7 economías más desarrolladas (G7).

[36] Brian Becker, op. cit.