FILOSOFÍA DE LAS CIENCIAS PARA LA LIBERACIÓN DE LAS AMÉRICAS
El 14 de febrero de 2024 fue un día de luto para la filosofía y las ciencias sociales de “nuestras” Américas. y del mundo. Fallecía en Buenos Aires, su ciudad natal donde quiso terminar su periplo vital, Ricardo Juan Gómez (1935-2024), gran maestro de tres generaciones universitarias en Argentina, Estados Unidos y Ecuador. Internacionalmente conocido como prestigioso filósofo de las ciencias, fue quizá (y sin quizá) el mejor desenmascarador epistemológico del neoliberalismo y, consecuentemente, defensor a ultranza de un mundo relacional y más justo.
Tal como aconteció con tantas y tantos argentinos desplazados e injuriados por el terrorismo de Estado, su biografía puede desglosarse en un conjunto de etapas anteriores a la dictadura, lo padecido y obrado durante ella, y después. Ricardo Juan Gómez realizó estudios de magisterio en la prestigiosa Escuela Normal de Profesores “Mariano Acosta” de la Capital Federal y se inició en la carrera docente como maestro de escuela primaria, con una clara vocación didáctica que siempre se manifestó en sus clases, conferencias y escritos. Más tarde, luego de graduarse como profesor de matemáticas y física (1959), terminó la carrera de filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires en 1966, y comenzó una brillante trayectoria académica universitaria. Fue profesor de Matemáticas y de Filosofía de las Ciencias en varias universidades nacionales; en la de La Plata, llegó a ser director del Instituto de Lógica y Filosofía de las Ciencias, director y editor de Cuadernos de Lógica y Filosofía de las Ciencias (1971-76), decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (1973-74) y director del Programa de Doctorado en Filosofía de las Ciencias (1972-76).
Desde su infancia, cuando en conversaciones con los obreros de su padre comprendió que la clase trabajadora había alcanzado el goce de su dignidad y derechos en los gobiernos de Juan D. Perón, Ricardo Juan Gómez adhirió al peronismo sobre todo en la defensa de la justicia social. Perseguido, exonerado de sus cargos, encarcelado y obligado a exiliarse por su inclaudicable convicción política, pudo completar los estudios de posgrado en la Universidad de Indiana (maestría en Historia y Filosofía de la Ciencia y doctorado en Filosofía, en 1978 y 1982, respectivamente). En los Estados Unidos accedió nuevamente a la cátedra universitaria, alcanzando la titularidad en el Departamento de Filosofía de la Universidad Estadual de California en 1983, donde se lo nombró profesor emérito en 2011. A instancias de Rodolfo Mario Agoglia[1] y de Arturo Andrés Roig, compatriotas también exiliados que organizaron en la Universidad Católica de Quito los estudios y la investigación en filosofía, impartió allí clases de Filosofía de las Ciencias (1978-1984), y, con el retorno de la democracia en la Argentina, al reorganizarse los estudios de posgrado fue profesor invitado permanente de esos Departamentos en las Facultades de Filosofía y Letras y de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires. Por su saber, claridad conceptual y expositiva, entusiasmo intelectual, bonhomía y sentido del humor, los seminarios de Gómez adquirieron carácter de leyenda académica en éstas y otras universidades. Socio fundador de SADAF (Sociedad Argentina de Análisis Filosófico) en 1972, fue posteriormente miembro de varias sociedades científicas, tales como American Philosophical Association, Philosophy of Science Association, North-American Kant Society, Society for Philosophy and Technology, British Society for the Philosophy of Science, la Sociedad Iberoamericana de Filosofía y de ASOFIL (Asociación de Filosofía Latinoamericana y Ciencias Sociales). Entre otras distinciones, obtuvo el Premio Konex 1996 en Lógica y Teoría de la Ciencia, fue nombrado Honors Professor of the Year en la Universidad Estadual de California en 1998 e Investigador Honorario de SADAF en 2014; la Pontificia Universidad Católica de Quito le otorgó el Diploma al Mérito Académico en 2015 y se le confirió el Premio Konex de Platino 2016 en Lógica y Filosofía de la Ciencia.
Sus publicaciones sobre Historia y Filosofía de las Ciencias, Epistemología y Filosofía de la Tecnología dan comienzo en 1971, con «Sobre la vigencia del concepto aristotélico de ciencia» (Cuadernos del Instituto de Lógica y Filosofía de las Ciencias, n2), reeditado prácticamente sin modificaciones en 2016[2]. Una lectura retrospectiva permite encontrar en este trabajo temprano dos rasgos característicos de toda la obra del filósofo: 1) una seria formación erudita, que cuaja en análisis precisos de las cuestiones clásicas del “canon” académico y de las más recientes de la epistemología, la filosofía de la tecnología y la economía contemporáneas; y 2) una exposición precisa, con fino análisis de textos y argumentos, y didácticamente organizada de los problemas, para mostrar supuestos, debilidades y logros de los autores tratados, confrontando con otros estudios, hasta arribar a conclusiones plausibles. Más de cincuenta artículos, un buen número de notas y entrevistas, y varios libros, a los que habrá que ir sumando la publicación de trabajos y papeles no editados todavía, constituyen la herencia escrita de Ricardo Juan Gómez, venero de investigación disponible no sólo para especialistas en filosofía de las ciencias, sino para quienes deseen conocer una forma sui generis de filosofar responsable desde América y con clara intención liberacionista.
Desde sus primeras contribuciones, la discusión intensa sobre la presencia y necesidad de valores científicos y extracientíficos en las ciencias constituyó un punto nodal de su pensamiento y se mantuvo en el tiempo, sobre todo en textos como La dimensión valorativa de las ciencias. Hacia una filosofía política[3] y El largo camino de Euclides a Gödel. En torno al poder y límites de la razón científica[4], a los que cabría añadir varios artículos anteriores. En el libro de 2014, de modo explícito, Ricardo Juan Gómez esboza una filosofía política de las ciencias in fieri (“de camino”, señalaba), que se niega a la reducción de ésta a mera lógica del lenguaje científico y a las versiones positivistas y/o empiristas de la filosofía, así como también abomina la desaparición de la política y su sustitución por una tecnificación experta de la toma de decisiones políticas[5].
Tal posicionamiento lo condujo finalmente a sostener con énfasis que la Filosofía de las Ciencias y de la Tecnología es una Filosofía Política con consecuencias en la práctica científica y más allá de ella. Como señala en su último libro de 2021, Tecnología y Sociedad. Una filosofía política, no sólo “debe tomar en cuenta el hecho básico de la imbricación social de toda práctica científica o tecnológica”, sino “colaborar para promover que las ciencias traten de ser funcionales al logro social”[6].
Lo suyo fue más allá de un compromiso de buenas intenciones propio de todo ciudadano responsable. Se trató de la fidelidad a lo largo de toda su existencia al ideal de dignificación humana y justicia social que conoció en sus primeros años, enriquecido por la experiencia académico-política y las lecturas del marxismo y de la filosofía de la liberación. En este sentido cabe recordar que Enrique Dussel siempre reconoció la fecundidad del diálogo entre ambos, lo citó varias veces en sus textos y recordó con especial afecto la “experiencia inolvidable” de un trimestre académico en la State University of California durante el cual releyeron a Marx[7].
En esta línea debe leerse su defensa de la economía como ciencia social crítica y, en consecuencia, la oposición tenaz al neoliberalismo, a su supuesta cientificidad y a Karl Popper, su “legitimador”, que profundizó a partir de la última década del siglo pasado escribiendo varias obras (como autor o editor), que se citan en nota al pié de página[8]
Contra la idea neoliberal del fin de la historia y adhiriendo al “principio vida”, como Dussel, en su último libro se hizo eco de discusiones contemporáneas sobre el ecocidio, la sostenibilidad y las responsabilidades de los seres humanos respecto de los seres vivos y la naturaleza. Por ello sostuvo que la agencia humana debe desplegarse inspirada en una “ecosofía liberadora radical”: “La ecosofía es la filosofía para ese lugar utópico; para el lugar de lo que es nuevo en el futuro, requerido por lo que es el presente, al cual queremos superar como condición de nuestra propia supervivencia humana”[9].
Finalizo esta necrológica con el testimonio de gratitud de gran parte de las comunidades filosóficas de los tres países que de modo particular fueron beneficiarias de la docencia del maestro y amigo Ricardo Juan Gómez. Su sabiduría, reforzada por la erudición actualizada en los problemas contemporáneos de las filosofías de las ciencias y la epistemología de las ciencias económicas, la pasión de su palabra, su lealtad a las causas por la liberación de nuestros pueblos, su generosidad y humildad, su humor benévolo, su mirada y su sonrisa harán imborrable su recuerdo.
* Algunos datos e ideas para esta colaboración están tomados de Bonilla, Alcira B., “La Filosofía de las Ciencias como Filosofía de la Liberación. Una lectura intercultural nuestroamericana a textos de Ricardo J. Gómez”. En Eduardo R. Scarano (Compilador), Racionalidad política de las ciencias y de la tecnología. Ensayos en homenaje a Ricardo J. Gómez, 2022, Buenos Aires / Los Ángeles, Argus-a, pp. 247-272.
[1] Amigo y colaborador estrecho de Agoglia en la gestión platense, Gómez escribió un sentido y completo artículo sobre éste: “Rodolfo M. Agoglia: filósofo, maestro y mártir”. En Bonilla, A. y Casalla, M, eds., Actas. Perspectivas de la filosofía argentina. Jornada de homenaje al Prof. Carlos Astrada y a los profesores de la Universidad de Buenos Aires que participaron en el I Congreso Nacional de Filosofía 1949-2019. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: UPCN, pp. 153-167.
[2] Gómez, Ricardo J., “Sobre el concepto aristotélico de ciencia. Reconstrucción y vigencia”. Disputatio. Philosophical Research Bulletin, Vol. 5, N° 6, Dic. 2016, pp. 237-265.
[3] Gómez, Ricardo J., La dimensión valorativa de las ciencias. Hacia una filosofía política. Bernal, BA: Universidad Nacional de Quilmes, 2014..
[4] Gómez, Ricardo J., El largo camino de Euclides a Gödel. En torno al poder y límites de la razón científica. Buenos Aires: Editorial Docencia, 2015.
[5] Gómez, Ricardo J., La dimensión valorativa de las ciencias. Hacia una filosofía política. Bernal, BA: Universidad Nacional de Quilmes, 2014, p. 224.
[6] Gómez, Ricardo J., Tecnología y Sociedad. Una filosofía política. Buenos Aires: Ciccus, 2021, p. 177.
[7] Dussel, Enrique, Hacia una filosofía política crítica. Bilbao: Desclée de Brouwer, 2001, p. 305, n. 8.
[8] Gómez, Ricardo J., Neoliberalismo y Seudociencia, Buenos Aires: Lugar Editorial, 1995; Neoliberalismo Globalizado. Refutación y Debacle, Buenos Aires: Macchi, 2003; (como editor) The Impact of Globalized Neoliberalism in Latin America. Philosophical Perspectives, Newbury Park,Cal.: Hansen House, 2004; Neoliberalismo, fin de la historia y después, Buenos Aires: Punto de encuentro, 2014; La dimensión valorativa de las ciencias. Hacia una filosofía política, Bernal, BA: Universidad Nacional de Quilmes, 2014; Sir Karl Popper. El Legitimador, Buenos Aires: Docencia, 2015; El fin de la ciencia, la historia y la modernidad. Una mirada crítica, Buenos Aires: Ciccus, 2020.
[9] Op. cit., 2021, p. 192.