RENTA MONOPÓLICA Y DEPENDENCIA ENERGÉTICA EN MÉXICO

Héctor Cuapio Ortiz lanzó la siguiente sentencia en el parlamento abierto que comenzó el 17 de enero y terminó el 28 de febrero del 2022, “¿Es necesaria una reforma eléctrica? Como ciudadanos y como trabajadores afirmamos que sí” (Cuapio, 2022). En ese tenor, la izquierda no puede negar la afirmación anterior, pero no se puede reducir la lucha frente a la Contrarreforma Energética en términos morales o éticos, ya que, la iniciativa del 2013 priorizó cínicamente la venta de la empresa estatal y la propuesta de la Cuarta Transformación busca recuperar la rectoría del Estado sobre este servicio estratégico. La lucha política también es económica. La lucha por la soberanía energética debe contemplar la dimensión mercantil y, por eso mismo, la crítica debe sustentarse en su gran fracaso: la iniciativa del Pacto por México no bajó la tarifa de la luz para el consumidor, no modernizó la industria y, todo lo contrario, permitió la corrupción.

Humberto Morales ejemplificó muy bien la tendencia histórica desde la llegada de Felipe Calderón hasta el fin del ciclo de Enrique Peña Nieto, 1) La extinción de Luz y Fuerza despertó el alza de las tarifas a nivel industrial que arrancó a 7. 13 y llegó a 16 MXN/KWh (Morales, 2022), y para la cuestión doméstica fue de 6.7 a 10.2 MXN/KWh (Morales, 2022); y 2) La reforma energética elevó de 13 a 23 MXN/KWh (Morales, 2022) en el sector industrial, y para las familias inició en 10 y finalizó en 19 MXN/ KWh (Morales, 2022). La promesa neoliberal nunca se consolidó bajo el escenario del liberalismo económico y, todo lo contrario, incrementó de manera sistemática.

En palabras de Morales: El precio medio de la energía eléctrica en el ramo industrial tiene una pendiente creciente y volátil desde el 2006 hasta 2019, en cambio los precios de uso doméstico aumentan, pero de una manera más estable sin variaciones bruscas (Morales, 2022). La narrativa neoclásica manifestó abiertamente su rechazo a la inversión pública y criticó su ineficiencia en términos económicos, pero el modelo mercantil capitalista cínico no logró revertir tal situación. Esta situación no sólo tiene relevancia epistémica, sino también práctica ya que el pellejo de la clase trabajadora mexicana está en juego en este caso.

Por otro lado, Cuapio afirmó abiertamente lo siguiente:

“En el gobierno de Felipe Calderón y en apoyo a los intereses privatizadores de las empresas extranjeras, éste demolió al país; prometió que bajarían las tarifas eléctricas y que México crecería a un ritmo agigantado. Nada de eso sucedió; por el contrario, las tarifas eléctricas subieron 28.8%; con ello, el país se sumió en una grave crisis económica” (Cuapio, 2022).

Y más adelante sostuvo:

“Las acciones anteriores han puesto en grave peligro la operación del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) –muchos de los privados incumplen el Código de Red-; lo anterior, convierte al SEN en inseguro y caro para los usuarios de la energía. Los aparentes socios del autoabastecimiento privado prácticamente nada pagan; en el mejor de los casos, sólo pagan un peso por kilowatt hora (Kwh), mientras que los ciudadanos pagamos $2.50/Kwh (Cuapio, 2022)”.

La transición de una industria energética pública a una privada sólo benefició a los intereses de las corporaciones trasnacionales y, además, priorizó un mercado oligopólico cínico y agresivo contra la sociedad mexicana (Hornelas, 2022). En ese sentido, en primer lugar, desde 2006, el Estado ha cedido su injerencia en la industria hasta el 2022(su participación pasó de 70% a 38%) (Necárez, 2022), y, en segundo lugar, la inversión privada ha incrementado, pero, por un lado, lo ha acompañado el subsidio sistemático por parte del gobierno, por el otro, ha impulsado un modelo oligopólico o monopólico.

Felipe Calderón desapareció Luz y Fuerza en 2009 y uno de los resultados fue la pérdida de soberanía energética. La Secretaría de Energía publicó el índice de independencia energética, según las series históricas evidenciaron que la cifra pasó de 1.2 a 0.7 (CFE, 2022). Entonces, la reforma de 2013 incentivó un escenario cínico donde la clase trabajadora mexicana quedó en medio de los intereses más mezquinos. La cuestión es central dado que se beneficiaron los grandes oligopolios y, además, los costos los absorbieron las familias mexicanas y la hacienda pública.

La Comisión Federal de Electricidad (CFE) publicó una serie de datos bastante interesantes sobre el costo hacia la clase trabajadora mexicana, por ejemplo, mientras los consorcios terminan pagando 0.9 MXN/KWh, los hogares cubren una tarifa de 2.3 MXN/KWh y los pequeños negocios de 6.3 MXN/KWh (CFE, 2022). De esta manera, los intereses corporativos están cubiertos en el mercado oligopólico, por un lado, tienen precios preferenciales y, por el otro, las familias y el Estado terminan subsidiando los intereses de estas clases sociales.

El panorama no es nada alentador, puesto que, de no cambiar la trayectoria actual, la situación se tornará muy complicada y la situación española será juegos de niños a comparación de la mexicana. La comparación no es tan descabellada, si se toma en cuenta que las grandes corporaciones energéticas españolas controlan de igual manera el mercado mexicano: Iberdrola es la más importante. En otras palabras, España está asediada por sus propias compañías, entonces ¿qué garantías hay de que respeten a un país periférico? Tomando en cuenta que con un 60% del mercado ya comenzaron a subir las tarifas, la respuesta no necesita de gran reflexión.

El mercado oligopólico fomenta una centralización obscena, tanto de fuerzas productivas como naturales, en ese sentido, el poder económico se convierte en poder de mercado y se fija artificialmente un precio alto. En el caso mexicano es muy fácil comprobar este fenómeno, dado que, la inversión privada está reducida a unas cuantas firmas y muchas de ellas están controladas por grandes corporativos financieros. A contrapelo de la narrativa neoliberal, el libre mercado fue un mito y los monopolios acapararon fuentes de acumulación de capital.

Al respecto, la CFE planteó lo siguiente: “Solo han invertido 11,000 MMUSD de los 44,000 que afirman. Se han financiado de recursos de los contribuyentes y trabajadores mexicanos a través de AFORES, Fondos de la banca de desarrollo y créditos de los bancos comerciales cuyos ahorros son del pueblo mexicano (13)”. Y más adelante, se explicó que “Los privados desplazan a las plantas de CFE de manera acelerada, al pasar en 2018 del 54% al 2021 al 38%, no por ser más eficientes, sino por acumular ganancias monopólicas, basadas en el subsidio que indebidamente obtienen del Estado Mexicano (CFE, 2022)”.

Para 2022, según datos oficiales de la SENER, 10 empresas trasnacionales controlan el 41.1% del mercado energético, CFE solo el 39.5% y otros privados tienen el 19.4% (CFE, 2022). Otro dato que es alarmante, por ejemplo, Iberdrola tiene el control del 19% del sector en cuestión (CFE, 2022), es decir, controla el 50% del 40% dominado por las 10 firmas más sobresaliente en el país. La situación es bastante peculiar, ya que, la simulación liberal proliferó durante años, mientras los oligopolios acapararon las instalaciones de la empresa estatal.

Entonces, la reforma de 2013 benefició, en primer lugar, a 4 compañías trasnacionales (Iberdrola, SAAVI, NATURGY y MITSUI&CO), y, en segundo, las ganancias terminaron indirectamente en grandes fondos de inversión (BlackRock, Vanguard y Capital Group) (CFE, 2022). Es decir, en última instancia, el liberalismo económico terminó beneficiando al capital financiero y, de esta manera, mientras la sociedad mexicana pagó las transferencias de valor al mismo tiempo el capital bancario se llenó de dinero sus bolsillos. Al final de cuentas, el corazón de toda la andada neoliberal fue la tasa de ganancia y el precio alto de la luz estuvo justificado por la ampliación de la cuota de beneficio burgués.

El capital financiero en México está dividido en dos grandes grupos en el sector energético en México, por un lado, está BlackRook que domina a VANGUARD, CAPITAL GROUOP y NORGES BANK (CFE, 2022), y, por el otro, Credit Suisse que tiene bajo su tutela a GLOBAL INFRASTUCTURE PARTNERS (CFE, 2022). La primera monopolizó 15 grandes zonas o extensiones de tierra y la segunda centralizó 10 de las más grandes reservas (CFE, 2022). En otras palabras, dos fondos de inversiones tienen el control de los mejores suelos, ya que, estos son los más fértiles en términos del sector en cuestión. Además del poder oligopólico de mercado se debe sumar, también, la renta monopólica.

Según Marx, el precio monopólico aparece de la siguiente manera:

“Es necesario distinguir si la renta deriva de un precio monopólico porque existe un precio monopólico de los productos o del mismo suelo, independiente de ella, o si los productos se venden a un precio monopólico porque existe una renta. Cuando hablamos de precio monopólico nos referimos en general a un precio únicamente determinado por la apetencia de compra y la capacidad de pago de los compradores, independientemente del precio determinado por el precio general de producción, así como por el valor de los productos (Marx, 2022)”.

Y, luego explica:

“Un viñedo que produce vino de calidad excepcional, un vino que sólo pueda producirse en cantidades relativamente exiguas tiene un precio monopólico. A causa de este precio monopólico, cuyo excedente por encima del valor del producto está exclusivamente determinado por la riqueza y la afición de los bebedores distinguidos, el vitivinicultor realizaría una importante plusganancia. Esta plusganancia, que en este caso emana de un precio monopólico, se transforma en renta y cae de tal manera en poder del terrateniente, debido a sus títulos sobre esta porción del planeta, dotada de atributos especiales (Marx, 2022)”.

Finalmente:

“En consecuencia, en este caso el precio monopólico crea la renta. A la inversa, la renta crearía el precio monopólico si los cereales se vendiesen no sólo por encima de su precio de producción, sino por encima de su valor, como consecuencia de la limitación que impone la propiedad de la tierra a la inversión de capital, no generadora de renta, en tierras incultas (Marx, 2022)”.

Aquí es necesario aclarar las siguientes cuestiones:

En primer lugar, el precio no bajó por la librecompetencia según la que expresó y difundió la narrativa neoliberal. La ideología burguesa prometió una avalancha de inversiones en la industria y aseguró el incremento de la eficiencia del sector. En ese sentido, el libremercado es un sueño fantástico de la economía capitalista, ya que, por lo regular, la tendencia histórica es la conformación de un mercado o competencia monopólica. La reforma energética de 2013 y sus resultados son la comprobación de este proceso o mecanismo económico.

La CFE comentó abiertamente que “se aparenta libre competencia en el Mercado Eléctrico Mayorista. Sin embargo, son pocos los grupos que concentran la generación de electricidad privada y son pocos los dueños y son los mismos, de estas centrales de generación (CFE, 2022)” y después denunció que “Las voces que cuestionan la propuesta de Reforma Eléctrica actual mencionan que terminará con la competencia. Sin embargo, actualmente no hay competencia en el sector eléctrico, la generación es concentrada por 10 grandes empresas (CFE, 2022)”.

La acumulación de capital es el fin último de esta civilización, es decir, se debe ampliar la cuota de ganancia en el tiempo y el espacio. Es importante, porque el fin último de la sociedad burguesa está en la ampliación de la ganancia, es decir, procura a lo largo y ancho el enriquecimiento desenfrenado. La industria energética mexicana quedó secuestrada por el capital financiero y la energía pasó de ser un derecho humano a una simple mercancía que tiene valor de uso y valor de cambio.

Al respecto, la CFE admitió que “en apariencia se nos presenta la competencia con varios participantes del mercado. Sin embargo, detrás de estas empresas se encuentran los mismos fondos de inversión. Esto es, concentración de generación de privados en pocas manos, en pocos fondos (CFE, 2022)” y más adelante sostuvieron que “detrás de los competidores existen fondos que concentran su capital (CFE, 2022)”.

La otra cuestión central es la propiedad privada del planeta y la monopolización de las reservas de acumulación de capital. En ese sentido, la ganancia extraordinaria termina transformándose en renta monopólica. El beneficio burgués se amplia de manera artificial y los intereses mezquinos subsumen al valor de uso, así mismo, la Reforma energética fue el mecanismo para buscar nuevas fuentes de enriquecimiento para el capital financiero y los terratenientes.

La CFE ejemplifica muy bien lo anterior e ilustra que “Blackrock y sus dueños controlan a dos de los generadores de electricidad más grandes del país: Iberdrola y Mitsui (CFE, 2022) y luego denuncia que Global Infraestruture Partners controla, en alianza con algunos fondos como Blackrock y fondos privados españoles a Saavi y Naturgy (CFE, 2022)”. Al final, la competencia oligopólica termina siendo monopólica, donde los competidores se van reduciendo drásticamente hasta quedar el consorcio General Electric y Credit Suisse.

Al final, la fertilidad burguesa subsume a la fertilidad social. La tierra fue puesta a la venta por la única razón de que diera ganancias. Los valores de uso dejaron de ser importantes y ahora toda la lógica giró en el sentido de la valorización del valor. Después de la extinción de Luz y Fuerza, la dominación económica burguesa atraviesa no solo a la fuerza de trabajó mexicana sino también secuestró y explotó a la madre naturaleza.

Al respecto, Camilo Valqui escribió:

“De igual manera, el capital ha instaurado por vez primera en la historia tres esclavitudes modernas: la esclavitud asalariada, la esclavitud de la naturaleza y la enajenación como esclavitud de la subjetividad, que integran el dominio total del capital y que han producido a su vez tres quiebras tectónicas: la quiebra de la

compleja unidad de la madre naturaleza, la quiebra de la compleja unidad del ser humano y la quiebra de la compleja unidad de la madre naturaleza y el ser humano… (Valqui, 2020)”

Y en otro momento remata con las siguientes líneas:

“El siglo XX fue la época del imperialismo, del capitalismo de los monopolios, un capitalismo financiero rentista y parasitario, con profundas contradicciones antagónicas sintetizadas en la contradicción central capital – trabajo (Valqui, 2020)”.

La Reforma Energética propuesta por Andrés Manuel López Obrador es una necesidad histórica y apuesta por cambiar la trayectoria del neoliberalismo en términos energéticos, por un lado, defiende abiertamente la soberanía nacional, y, por el otro, combate sin titubeos la mercantilización cínica de este servicio. A contrapelo de la propaganda burguesa, la transición hacia un modelo estatal debe ser aprobado por el congreso y ser apoyado por la clase trabajadora, porque 1) le devuelve la rectoría del sector a la democracia plebeya, al regresarle el 56% del mercado al Estado, 2) reduce el avance del mercado monopólico del capital financiero al ponerle un límite a la intervención de la inversión extranjera de hasta el 44%, 3) frena el incremento de la renta monopólica ya que le pone un contrapeso al carácter pecuniario del mercado oligopólico por medio de la gestión estatal 4) finalmente y con base en la constitución mexicana, la energía se vuelve en un derecho humano y no en una mercancía.

Referencias

Cuapio, H. (2022). Antecedentes ¿Cómo llegamos a la reforma de 2013? Los principales resultados y problemáticas de las reformas anteriores. 2022, de Diputadosmx Sitio web:https://www.diputados.gob.mx/parlamentoreformaelectrica/pdf/rstnts/P-1-Hector-Cuapio.pdf

Morales, H. (2022). El papel del Estado en la Construcción del Sistema Eléctrico Nacional. México: DiputadosMx

Hornelas, M. (2022). El sistema eléctrico creado por la Reforma de 2013. 2022, de DiputadosMx Sitio web:https://www.diputados.gob.mx/parlamentoreformaelectrica/pdf/foros/1_1/Proyeccion1_1.pdf

Necárez, G. (2022). Sistema Eléctrico, Seguridad Energética y Seguridad Nacional. México: DiputadosMx.

CFE. (2022). DAÑOS A LA HACIENDA PÚBLICA POR REFORMAS ELÉCTRICAS NEOLIBERALES. 2022, de DiputadosMx Sitio web:
https://www.diputados.gob.mx/parlamentoreformaelectrica/pdf/22.01.02_Parlamento-Abierto.pdf

Marx, K. (2022). Renta de los solares. 2022, de UCM Sitio web: https://webs.ucm.es/info/bas/es/marx-eng/capital3/MRXC3846.htmValqui, C. (2020). La Pandemia. Guerrero: UAGRO.

El autor es economista y maestro en urbanismo. Labora en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y es parte del cuerpo académico de ciencias sociales en la Universidad Autónoma de Guerrero. Se especializa en el estudio de la renta del suelo.