ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA COMO PRAXIS PEDAGÓGICA

NUESTRA EXPERIENCIA EN LA ESCUELA DE FORMACIÓN A SUJETOS COOPERATIVISTAS

Los días 4, 11, 18 y 25 de julio y 1 y 8 de agosto se llevó acabo la Escuela de Formación a Sujetos Cooperativistas (Escuela) en la Utopía Cuauhtlicalli de la Alcaldía Iztapalapa. Nuestra participación se hizo presente varias semanas antes en donde se prepararon y discutieron una serie de temas que conformarían el núcleo de la experiencia.[1] Nuestra participación tuvo tres etapas: 1) en la elaboración de las cartas descriptivas; 2) como participante – estudiante y; 3) como talleristas de la Escuela. Nos involucramos con el ánimo de aprender y practicar desde la educación popular y la investigación acción participativa (IAP) la Economía Social y Solidaria (ESS) como un acto pedagógico que permite transformar la realidad desde la formación política. Lewin (1973) sugiere que la IAP es un proceso en donde la experiencia de enseñanza popular considera acción, investigación y entrenamiento como un triángulo que debe mantenerse unido en beneficio de todos y cada uno de los componentes. La ESS representa una oportunidad de llevar a la universidad enseñanzas desde otro lugar en donde la economía contribuya a la construcción de bienes y servicios públicos. En la Escuela se apostó que desde el saber práctico se detonaría la formación de un sujeto cooperativista ya que la ESS implica nuevos valores que pueden ser adquiridos mediante la práctica. Por ello, la ESS “no es sólo un proyecto para una nueva economía, sino para una nueva sociedad” (Gadotti, 2009, p. 41). Para nosotroxs, el desafío desde la academia es llevar la experiencia de la Escuela como fuente para poder transformar a la universidad y compartir con la sociedad mediante la generación de relaciones dentro de un aula distinta a la que estamos acostumbradxs en donde estén presentes las prácticas y valores de la ESS. 

Nuestra experiencia en la Escuela representa un aprendizaje en esa posibilidad. Estamos convencidos que las prácticas de la ESS implican un cambio de cultura que sólo la formación política puede crear. Por eso, en la Escuela existe una probabilidad de reeducar a los participantes de forma colectiva para formar sujetos cooperativistas desde la solidaridad, lo que implica no sólo sentir al otrx,[2]sino compartir nuestra vida, nuestros sueños, con el otrx. En tal sentido, como praxis pedagógica, se espera que la ESS eduque para la cooperación, la gestión colaborativa y el trabajo en equipo (Gadotti, 2009). 

En cada sesión de la Escuela conocimos experiencias concretas de los participantes en donde el aprendizaje se vinculaba el sentir, con el pensar y el hacer de cada protagonista. Desde la práctica se compartía la visión de la ESS, se reflexionaba y sistematizaba vida y trabajo. En ese sentido, la ESS no puede formularse sólo en términos teóricos y abstractos porque “el comportamiento económico solidario sólo existe cuando es recíproco” (Gadotti, 2009, p. 35), cuando se practica. En cada módulo de la Escuela se experimentaron diversas dinámicas que nos invitaban a prácticas de ayuda mutua y toma de decisiones colectivas, por ello, “se puede decir que la economía solidaria es una praxis eminentemente pedagógica” (Gadotti, 2009, p. 35). 

Generalmente en las aulas de la universidad la enseñanza se centra en garantizar la adaptación del estudiantado a un sistema socioeconómico como “capital humano” en tres dimensiones: aprendizaje a lo largo de la vida, flexibilidad y empleabilidad. Así, “hablar de mejorar en el capital humano es referirse al aumento de la destreza, la experiencia y la formación de las personas” (Carrera & Luque, 2016, p. 97). Desde este enfoque, la educación se mercantiliza y es el mercado quien valora las capacidades del estudiantado y desecha otras. Podemos contrarrestar esta lógica desde el espacio más próximo de la universidad que es el aula.

Coincidimos con bell hooks (2021), quien consideraba que enseñar es un acto fundamentalmente político y que lo político es personal. Dentro del mundo de la academia, el espacio por excelencia es el aula ya que representa “el espacio de posibilidad más radical del mundo universitario” (p. 34). El aula, no solo se restringe al entorno de la universidad, sino que se puede expandir más allá de sus fronteras para convertirlo en un espacio y plataforma para introducir «desde fuera» cambios dentro de la universidad. La única manera de cambiar a la universidad es teorizar desde el no privilegio del cubículo propio (De la Cerda, 2023), “es trabajar como activistas y académicos del futuro” (Gibson – Graham, [2008] 2022, p. 197). La universidad es nuestro lugar de trabajo y consideramos que la academia sigue siendo un escenario para el trabajo comunitario entre iguales. De esta manera, es comenzar el cambio desde donde estamos. 

Una manera de no teorizar desde privilegio en la academia es poder imaginar otras alternativas y entender la economía como un espacio de disputa experimental, “pues no podemos gestionar éticamente algo que ni siquiera conocemos que existe” (De la Cerda, 2023, p. 19). Un ejemplo de ello, es reconocer que en la economía existen muchas formas de generar, apropiar y distribuir el excedente a partir de la “gran variedad de transacciones económicas, prácticas laborales y organizaciones económicas que contribuyen al bienestar social por todo el mundo” (Gibson – Graham, [2008] 2022, p. 164). Un caso lo representan las cooperativas de consumo, de producción y trabajadores que se organizan en torno a una ética de solidaridad y distribuyen su excedente económico entre sus miembros y a la comunidad en general (Gibson – Graham, [2008] 2022). 

Nuestra participación en la Escuela es teorizar desde el no privilegio. La Escuela representa una manera de llevar otra forma de educación a las aulas de la universidad para contribuir a la conciencia crítica y compromiso: acción y reflexión sobre el mundo para cambiarlo (hooks, 2021). Es el reconocer que existe una “conexión entre las ideas aprendidas en el ámbito universitario y aquellas aprendidas en las prácticas de vida” (hooks, 2021, p. 36). La Escuela nos permitió conocer de cerca experiencias, historias, retos que enfrentan las cooperativas en su labor diaria. Esto significó un gran aprendizaje para quienes desde nuestra formación profesional vemos en el cooperativismo una alternativa al desarrollo individualista imperante, ya que aquel tiene como base el bien común y el apoyo mutuo.

En la Escuela, nos encontramos con personas que día a día llevan a cabo un trabajo esencial para el funcionamiento de nuestra sociedad. Nos referimos a la ESS, aquella que muchas veces no es considerada cuantitativamente relevante, pero que sin embargo es uno de los pilares de nuestra economía; el acercamiento de los conceptos teóricos desde la academia, con la práctica que llevan a cabo día con día los sujetos cooperativistas ayudan a fortalecer y a reconocer la importancia que generan para la sociedad nuestras organizaciones desde el sector social de la economía. 

Consideramos que las herramientas que se ofrecieron dentro de la Escuela serán de gran utilidad para los sujetos cooperativistas, desde nociones administrativas, organizacionales, contables hasta elementos fiscales y de financiamiento, temas que reconocemos fundamentales para llevar a sus organizaciones; además de las dinámicas que permitieron reconocer la necesidad de crear redes de apoyo entre cooperativas, las cuales son fundamentales para su subsistencia, así como vislumbrar su importancia e impacto territorial.

La formación cooperativa es un elemento fundamental para su permanencia y desarrollo. Es por eso que valoramos la oportunidad de participar en esta iniciativa en conjunto con el Equipo de Emprendimiento de la Dirección Ejecutiva de Desarrollo Sustentable de la Alcaldía de Iztapalapa (Equipo de Emprendimiento), para aportar nuestro granito de arena en las cooperativas participantes pero que en realidad también nos mostró grandes retos que aún existen para las organizaciones cooperativas, desde retos al interior de estas, como institucionales, de competencia en una economía de mercado, entre otros, pero que sin duda nos guía hacia donde debemos trabajar.  

Nuestra labor desde la academia, como comunidad (estudiantes y profesores) es adquirir conocimientos, prepararnos y retornar ese conocimiento en beneficio de la sociedad. Al igual que las cooperativas quienes en su praxis cotidiana benefician no solo a sus miembros sino también a su entorno. De ahí la importancia de continuar trabajando en conjunto para mostrar que existe una alternativa a la economía de mercado, ya que se trata de “una propuesta de vida que parte de una visión integral de modelo de sociedad que coadyuva a la construcción del buen vivir”.

El escrito lo integran tres etapas de experiencia, la primera con la elaboración de las cartas descriptivas, la segunda como participantes – estudiantes y finalmente como talleristas. El intercambio que pudimos tener con lxs sujetxs cooperativistas y con los miembros del Equipo de Emprendimiento nos incentiva continuar trabajando desde nuestros espacios educativos para ampliar el estudio y la discusión sobre la posibilidad de un mundo diferente, con trabajos dignos, pertenencia a una comunidad, redes de apoyo, ingresos suficientes, democracia en torno a las decisiones, es decir un entorno cooperativo y no competitivo y sobre todo nos quedamos con saber que hay muchas personas que están optando por nuevas oportunidades de bienestar en su vida y están surgiendo experiencias de organización solidarias que permiten mejoras en la vida de lxs cooperativistas. Consideramos que cada vez somos más lxs que creemos y practicamos estas alternativas y que podemos llegar a ser parte de más Escuelas de Formación. Finalmente deseamos agradecer a las compañerxs cooperativistas que conjuntamente vivenciaron el inicio de un gran proyecto de formación de sujetos cooperativistas. ¡Gracias!

Primera etapa: Experiencia de la elaboración de cartas descriptivas

Detrás de las cartas descriptivas presentadas en la Escuela está todo un equipo de trabajo colaborativo y solidario que comenzó su labor de activismo económico desde el mes de abril en donde el conocimiento fue y sigue siendo compartido. Las sesiones donde se discutió el contenido de los módulos a impartir dentro de la Escuela estuvieron sumamente nutridas de conocimiento, varios actores expertos en los diversos temas aportaron visiones de la ESS que más allá de ser distintas se complementaban y aportaban a la construcción armoniosa de los temas a compartir. 

La planeación de las cartas se desarrolla bajo el principio de la división del trabajo colaborativo por equipos con el fin de que la elaboración de cada módulo fuera la óptima y para lograr el objetivo general de la escuela que es que las y los estudiantes se apropiaran de conocimientos relacionados a la ESS, así como el conocer experiencias desde el cooperativismo que les permitieran mejorar sus experiencias.  Desde un inicio se pidió a todos los integrantes que toda la información y presentación de temas fueran apegados a la ESS, que se mantuvieran esos temas exclusivamente y todos los módulos fueran adaptados a este camino.[3]

Se buscaba brindar una formación desde la educación popular y romper con los esquemas ortodoxos con la propuesta de categorías como: plan de mercados solidarios, plan de emprendimiento solidario y plan de impulso a organizaciones de la economía social. Finalmente, la ayuda mutua, la cooperación, la reciprocidad y por supuesto la solidaridad son valores de la ESS que fueron y siguen siendo puestos en práctica, en donde la elaboración de las cartas descriptivas, son un ejemplo claro de ello. Desde la concepción de la Escuela se mantuvo clara la idea que envuelve a la ESS como un proceso alterno de mostrar a la economía y que se ha consolidado desde un campo de estudios inter y multidisciplinario.

Segunda etapa: Experiencia como participante – estudiante 

La Escuela tiene como objetivo la formación para ser una persona cooperativista, con principios y valores, que sepa ubicarse dentro de sus circuitos sociales, que tenga conocimientos sobre las fortalezas y debilidades que puede llegar a tener una cooperativa y, finalmente, tenga acceso a información y herramientas financieras que le permitan el correcto ejercicio de su trabajo como cooperativista.

Las dinámicas pedagógicas desarrolladas en la Escuela son de gran importancia y que por su cobertura y poder pedagógicos pueden considerarse como una praxis pedagógica de la ESS. Tal es el caso de las actividades realizadas en el Módulo 2, en el que se hizo un juego llamado “Calles y Avenidas” del cual las compañeras y compañeros cooperativistas extrajeron vivencias propias relacionadas con sus experiencias de trabajo. Es decir, con este juego se hicieron algunas analogías de los obstáculos y áreas de oportunidad que los cooperativistas llegan a tener. También, en este módulo una de las ideas fuerza fue la comunicación y coordinación al interior de las cooperativas, situaciones que fueron expuestas con un ejercicio de elaboración de aviones de papel.

En el caso del Módulo 3, acerca de circuitos económicos solidarios, la vitalidad siguió siendo un elemento fundamental. Se llevó a cabo un ejercicio de “Mecate solidario” en que las compañerxs cooperativistas se reunían en equipos para trabajar sobre pequeños trozos de mecate y construir con ellos ideas que permitieran identificar la operatividad y principios de los circuitos económicos solidarios. Unión, pertenencia, comunicación, trabajo y cercanía fueron algunas de las principales aportaciones expuestas por los cooperativistas. En este mismo módulo se elaboraron mapas que dieron seña de las condiciones territoriales y las relaciones que en el territorio tienen las cooperativas: proximidad entre ellas, giro económico, complementariedad, etc. Con esto, las y los cooperativistas adquirieron un mapeo general de cooperativas en que ellos mismos se miraban pertenecientes, esto con el objeto de formar circuitos económicos solidarios.

Para el Módulo 4 se hicieron ejercicios más específicos, como el análisis FODA. En éste se distinguen elementos al interior de la cooperativa, sus fortalezas y debilidades, y en su exterior, amenazas y oportunidades. Acá es importante rescatar la necesidad de herramientas de administración, gestión, control y dirección. Entre los obstáculos y debilidades más mencionados se encuentran la falta de capital material, el individualismo social, la competencia desleal, entre otras. Una vez identificadas estas problemáticas, las compañerxs del Equipo de Emprendimiento expusieron de forma certera la utilidad de las herramientas de las que las cooperativas pueden hacer uso. En el caso de la administración, ésta se ejercita para reconocer los recursos con que cuenta una cooperativa y sus posibilidades de aprovechamiento. La planeación concreta metas y objetivos en tiempos específicos. En la organización se designan roles y tareas. La dirección y el control deben garantizar el éxito de la cooperativa al tiempo que desarrolla decisiones comunes. En este módulo, como en los otros, la formación de equipos de trabajo entre cooperativistas jugó un papel importante dentro de la praxis pedagógica.

Dentro del Módulo 5, dedicado al estudio de las Finanzas Solidarias, se expusieron contenidos relacionados con las actividades contables, tributarias y de fiscalización que las cooperativas deben llevar a cabo. Conceptos como derecho tributario, régimen fiscal y jerarquía de leyes, fueron algunos de los más importantes. En esencia, se trató de enseñar a las compañerxs cooperativistas que es necesaria una clara identificación de las operaciones contables y de la situación fiscal de sus cooperativas. Esto, como el resto, con el objeto de que las cooperativas ejerzan sus actividades de la mejor manera.

En la Escuela se vertieron vivencias de trabajo que dan cuenta del ardua tarea y gran determinación que las compañerxs cooperativistas han demostrado. Es de gran importancia subrayar que la participación auténtica de las cooperativas ha permitido que este proyecto de formación tenga gran utilidad y pueda ser aprovechado al máximo. Igual de importante ha sido el involucramiento de varias instituciones para la construcción y desarrollo de la Escuela. 

Tercera etapa: experiencia como talleristas

Nuestra experiencia en la impartición del módulo 3, llamado Circuitos Económicos Solidarios fue muy importante ya que muestran una posibilidad real de generar autonomía del trabajo y de la gestión como función primordial del quehacer comunitarios que privilegia dentro del territorio la organización de la producción, la circulación de bienes y servicios dentro de este. Los participantes de la Escuela externaron que el proceso del fortalecimiento de los circuitos económicos solidarios requiere de acompañamiento en la gestión durante los procesos de construcción y accionar de estos esfuerzos.

Durante los ejercicios realizados en la sesión de los circuitos económicos solidarios se motivó a generar esfuerzos para visibilizar a las organizaciones y experiencias de la ESS en el territorio. El propósito punto de que los participantes visibilizarían a sus compañeros en el territorio además de compartir que es ahí donde se realizan las actividades también tenía el fin de construir una nueva racionalidad económica solidaria donde el valor de uso y simbólico de los bienes está por arriba del valor de cambio que impera en la lógica de mercado. La creación de bienes y servicios dirigidos al mercado social. 

Para este módulo se realizaron diferentes actividades en donde lxs cooperativistas participaron y se pudo apreciar el trabajo en equipo. Con ello se aprendió sobre el tema de lo que son los circuitos económicos. Así como también se pudo aprender sobre mercados solidarios, conocimos más a fondo lo que cada participante hacía, desde cooperativas de producción, de servicios, de cultura, de arte, etc. Cada integrante al exponer lo que vendía o elaboraba se daba a conocer con los demás compañeros y compañeras. Así todos sabrían lo que cada uno elaboraba o a lo que sus cooperativas se dedicaban, así es como el mercado solidario se construye, dándose a conocer unos con otros.

Última reflexión 

La Escuela representó una oportunidad de cambiar la manera en que abordamos las formas de conocer y nos permitió pensar y practicar los valores que nos permitirían vivir de otro modo. Se necesita de una deconstrucción de las epistemologías aprendidas en la universidad, se requiere una transformación de nuestras aulas, de la manera que enseñamos – aprendemos. Es necesario convertirnos en nuevos sujetos académicos que no sólo expliquen el por qué de las cosas, sino en el cómo lograr transformarlas. 

Para ello, se requiere abrir la posibilidad de una comunidad de aprendizaje en las aulas en el supuesto de que la educación no es políticamente neutral. Es urgente abordar la educación desde un posicionamiento que incluya el poder imaginar futuros posibles, un lugar donde la economía se pueda vivir de otra manera. La experiencia en la Escuela nos permitió aprender que la teoría podía ser un lugar de construcción desde la práctica y no desde el privilegio del cubículo propio en donde muchas veces nos alejamos de las problemáticas tangibles No se puede renovar una disciplina desde el interior y en este sentido el mirar a la economía desde la pedagogía popular nos permite considerada como un conjunto de teorías, agendas, reivindicaciones y praxis que buscan acompañar la liberación – empoderamiento – emancipación de los hombres y mujeres y quizás en un futuro no muy lejano nos permita transformarla.

Bibliografía 

  • Carrera, Santafé & Luque Guerrero (2016). Nos quieren más tontos. La escuela según la economía neoliberal. Barcelona: El Viejo Topo. 
  • De la Cerda, Dahila (2023). Desde los zulos. México: Sexto Piso.
  • Gadotti, Moacir (2009). Economia solidaria como praxis pedagógica. São Paulo: Editora e Livraria Instituto Paulo Freire.
  • Gibson – Graham, J.K ([2008] 2022). Las economías diversas: prácticas perfomativas para «otros mundos». En Antonio Casellas (ed.) J.K. Gibson – Graham, Hacia una economía postcapitalista o cómo retomar el control de lo cotidiano (pp. 159-206). Madrid: Icaria.
  • hooks, bell (2021). Enseñar a transgredir. La educación como práctica de la libertad. Madrid: Capitán Swing.
  • Lewin, K. (1973). Action research and minority problems. En G. Lewin (ed.) K. Lewin: Resolving Social Coflicts: Selected Papers on Group Dynamics (pp. 201-216). London: Souvenir Press.
  • Plotinsky, Daniel. (2019).   El dinero de los argentinos en manos argentinas: historia del cooperativismo de crédito. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: IDELCOOP – Instituto de la Cooperación – Fundación de Educación, Investigación y Asistencia Técnica.

[1] Para más información pueden consultar el siguiente enlace https://educacion.economiasolidariadeiztapalapa.org/

[2] Consideramos que el uso del lenguaje, “es capaz de avivar fuegos de exclusión e intransigencia al reforzar injusticias, discriminación y estereotipos, pero también puede contribuir a lograr igualdad, ya que no se trata de una herramienta inerte, acabada, sino de una energía en permanente transformación que evoluciona para responder a las necesidades de la sociedad que lo necesita” (Plotinsky, 2019, p. 27) por esta razón a lo largo del texto utilizaremos la x para referimos a las mujeres y hombres “con la intención de hacer uso moderado que no entorpezca la lectura, pero que al mismo tiempo sea lo suficientemente potente como para recordarnos que estamos en un territorio de disputa” (Plotinsky, 2019, p.29).

[3] Como parte de los equipos de trabajo colaboramos con la organización y la compartencia del primer módulo, denominado “Marco conceptual del Cooperativismo” y del módulo 3 que se denominó “Circuitos de la Economía Social y Solidaria.”